Arrancó un 11 de julio de 2002 y fue uno de los episodios más tensos que jalonan la siempre turbulenta historia entre Marruecos y España. La ocupación de Perejil -Tura o Laila, en árabe y bereber- por unos gendarmes marroquíes situó en el mapa un diminuto islote deshabitado -apenas unas cabras pastaban por su geografía- que durante una semana de hace 23 veranos puso a ambos países al borde de una guerra abierta que evitó la mediación de Estados Unidos.
Hay recuerdos que resultan difíciles de digerir y el desenlace de la ocupación de Perejil sigue escociendo en el majzén, el círculo de Mohamed VI. 23 años después, Perejil (La guerra que no fue) -una serie de MovistarPlus+ producida por El Terrat (The Mediapro Studio)- trata de desempolvar los entresijos de aquel conflicto que algunos consideran un ejemplo incipiente de “guerra híbrida” y que no pocos tratan de minimizar a la categoría de anécdota. Su ejercicio de memoria llega a la plataforma de Telefónica sin versión oficial marroquí. El régimen alauí optó por el silencio. Ninguno de los funcionarios y diplomáticos contactados por la productora respondió positivamente.
En conversación con El Independiente, Tian Riba reconoce que la tarea de incluir la versión oficial marroquí resultó infructuosa. Misión completamente imposible. “Las autoridades de la época en Marruecos no han hablado. Creo que por dos razones. Aquello en Marruecos se vivió un poco como una humillación, por el hecho evidente de que España mandó las fragatas y a los tres ejércitos para desalojar a seis gendarmes. Y, segundo, porque, como ahora las relaciones entre España y Marruecos son buenas, en el sentido de que Marruecos está consiguiendo también las cosas que quiere, han evitado interferir en las relaciones actuales”, arguye Riba.
40 voces, ninguna de un funcionario marroquí
Hasta 40 personas ayudan a reconstruir los acontecimientos que terminaron conduciendo a la operación Romeo-Sierra, el asalto a Perejil por el Mando de Operaciones Especiales del Ejército de Tierra junto a miembros de la Unidad de Operaciones Especiales de Infantería de Marina (UOE) a bordo de helicópteros HT-27 «Cougar». Entre los protagonistas del lado español, figuran José María Aznar, Federico Trillo o Ana Palacio, entonces ministros de Defensa y Exteriores, y el director del CNI Jorge Dezcallar. Del bando marroquí, hablan voceros oficiosos del régimen como el periodista Nabil Driouch pero ninguno de los prebostes marroquíes. Rehusaron su participación en el documental el entonces ministro de Exteriores Mohamed Benaissa, fallecido en marzo, el consejero real André Azoulay o la embajadora marroquí en Madrid Karima Benyaich.
En aquel momento Aznar no contó que él había hablado con Jacque Chirac y que Chirac siempre le decía: 'Tienes que devolverles las islas mediterráneas y Ceuta y Melilla'
“Es un país en el que nada se mueve si no es con el permiso del rey. Estas ausencias las hemos suplido con periodistas e historiadores, unos críticos y otros oficialistas, que nos permiten dar esa visión de Marruecos”, señala Riba. Las voces oficialistas insisten en aquella fugaz ocupado del islote se debió a “la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal”. “Sigue siendo la posición oficial de Marruecos para dar respuesta a lo que sucedió en Perejil”, arguye el director de la serie, disponible desde este jueves en Movistar+. En cambio, disidentes y entrevistados españoles apuntan a que los hechos demuestran que la decisión de invadir un peñón situado a 200 metros de la costa marroquí partió del palacio real, en una coyuntura en la que Mohamed VI se hallaba al inicio de su reinado y sus promesas de reforma aún no habían caído en saco roto. De hecho, aquella crisis coincidió con los festejos por su boda con Lalla Salma, de la que se divorció en 2018.
“Me hubiera gustado contar con Benaissa. Fue el interlocutor durante muchos días de Ana Palacio hasta que se enfadó por el tema de la operación y desapareció de escena y entonces tuvo que aparecer como mediador Colin Powell. Era una pieza clave para que apareciera en el documental. De hecho, hablamos con él y, lamentablemente, declinó su participación”, admite Riba. Uno a uno todos los rostros marroquíes del contencioso de Perejil siguieron su estela. Dijeron que no a una serie documental de tres episodios que disecciona los diez días que enfrentaron a España y Marruecos por la soberanía del peñasco.
Mohamed VI, cada vez más desligado del día a día del reino, también quedó fuera. “Mi voluntad hubiese sido, obviamente, hablar con el rey, pero ese contacto no lo conseguimos. Hablamos con su consejero real Azoulay y también se negó”. A pesar del mutismo del país vecino, la producción intenta rescatar el suceso y las implicaciones geopolíticas que causó, con ecos en la UE, la OTAN y Estados Unidos, para el que España y Marruecos son estrechos aliados. “La inmensa mayoría de la gente solo recuerda, quien lo recuerda, que eso de Perejil fue una anécdota, poca cosa. Recuerdan la frase de Trillo de 'al alba'; las cabras de la isla y una respuesta exagerada del Gobierno de Aznar. Había que explicar bien las motivaciones y no creo que las autoridades de la época argumentaron de manera tan completa las razones de la operación. En aquel momento Aznar no contó que él había hablado con Jacque Chirac y que Chirac siempre le decía: 'Tienes que devolverles las islas mediterráneas y Ceuta y Melilla'”.
Misión marroquí: testar la respuesta de España
En el documental, Aznar acusa al entonces presidente francés de ser “el impulsor” de la invasión marroquí del islote dada su cercanía con el difunto Hasán II y su predisposición a ayudar a su hijo a cambio de los servicios prestados por su progenitor. También se evocan los temores de Richard Armitage, entonces subsecretario de Estado de EEUU, y Washington a “una gran escalada” y las reticencias que el Elíseo planteó en el seno de la UE.
En Perejil subyace la idea, manejada por varios de los intervinientes, de que con la ocupación Marruecos buscaba probar a España y, según la respuesta obtenida, preparar el terreno para futuras campañas de anexión. “Tampoco en aquella época se dijo que se estaba testando a España para ver si no hacíamos nada, cómo sucedió con la Marcha Verde. El siguiente paso hubiesen sido el peñón de Alhucemas, Ceuta y Melilla. Está mucho mejor argumentado ahora y mucho mejor contado ahora de lo que se contó en su momento”, subraya Riba.
El tiempo ha permitido arrojar luz, ayudado por la salida de la primera línea de muchos de los personajes que rodearon el litigio. A pesar de declaraciones que tratan de minimizar aquello, como la que lanzan desde el lado marroquí o el ex periodista de El País Javier Valenzuela, otros dibujan un escenario grave y marcado por el desafío alauí. Una rotundidad que comparten, por ejemplo, los periodistas Javier Otazu e Ignacio Cembrero. “No hubo una guerra como tal, porque no hubo tiros. Pudiese haber sido, porque los propios testimonios del ejército dicen que cualquier tontería que hubiese pasado, hubiese podido significar alguna baja. Y es verdad que el ejército tenía informes para prever una posible escalada en grados diferentes y que al final no pasó. En el primer momento en que sucede la operación, el Palacio Real habla de declaración de guerra. Luego todo se rebajó”, confirma Riba.
Estoy convencido de que algo puede pasar
Sobre la serie, que recupera los hechos a través de cuidadas recreaciones, también sobrevuela la pregunta de si podría volver a ocurrir. “Estoy convencido de que algo puede pasar, pero no te lo digo de manera alarmante. No digo que vaya a haber una guerra entre España y Marruecos, pero estando tantos meses hablando con una parte y con la otra, me parece que es una evidencia que Marruecos no va a dejar nunca de reivindicar el gran Marruecos [un proyecto expansionista que abarca territorios de España, Argelia, Mauritania y Mali]. Y eso significa terminar el trabajo en el Sáhara Occidental, pero también peñones, Ceuta y Melilla. Nunca van a desistir sobre esta reivindicación. Hemos visto esa guerra híbrida cada vez que Marruecos quiere presionar a España. Cuenta con diferentes herramientas que no son su ejército, como abrir la valla y que pasen los inmigrantes ¿Qué sucederá en el futuro? No sé, pero no se puede descartar nunca nada”, concluye el director de Perejil.
Te puede interesar
Lo más visto
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado