Ni el extremismo del discurso de Vox en inmigración, ni la ausencia de medidas por parte del Gobierno. A primera hora de la tarde de este martes, y horas después de que en Génova viniese allanándose la posición, Alberto Núñez Feijóo difundió un mensaje a través de redes sociales para ubicarse en una postura intermedia entre Vox y el Gobierno con los disturbios y ataques xenófobos en Torre Pacheco (Murcia) como escenario de fondo.
Por un lado, Feijóo negó asumir el discurso connivente con los quien se toman la justifica por su mano que esa misma mañana expresó Vox a través de su portavoz parlamentaria, Pepa Millán. Ella comparó incluso la criminalización a Vox por denunciar la inseguridad junto a los vecinos, con el "silencio" que se le pedía a los familiares de las víctimas de ETA para "no crispar". "Basta ya ante quienes llaman a incumplir la ley bajo la falsa proclama de tomarse la justicia por la mano", dijo el dirigente popular. "Que nadie cuente con el PP para agitar las calles", incidió con Vox en la diana y a modo de condena por los sucesos que se dieron el sábado por la noche, con enfrentamientos callejeros y traslado por parte de ultras a la localidad para dar "caza" al magrebí.
En el Congreso, Millán vino a justificar de una forma u otra que el entorno del agredido en Torre Pacheco se tome esa justicia particularmente si no ve una acción contundente por parte del Gobierno. Lo orientó hacia más recursos policiales para garantizar una seguridad que asocia a la inmigración irregular de la zona, así como las "repatriaciones" que no se están ejerciendo, según Vox. De ahí que Vox evite condenar a los vecinos y esas acciones violentas. "No habrá condena por parte de Vox", indican en privado fuentes del partido. Al aludir a los vecinos, en todo caso, se diluye esa presencia de grupos violentos.
Por la tarde, la Guardia Civil detuvo a uno de los principales incitadores de esa presencia ultra en el municipio durante el fin de semana. Al cierre de esta edición, se desconoce su identidad. Las convocatorias para esas "cacerías" que ahora están sobre la lupa del fiscal contra los delitos de odio se han hecho, principalmente, a través de los canales de Deport Them Now, una red europea ultra que se coordina entre sí, que tiene promoción desde España, Francia, Alemania, Italia o Polonia, y que ha participado junto a Vox en un par de movilizaciones contra la inmigración musulmana en localidades como Barcelona y Tarrasa.
Por otro lado, en esa declaración grabada Feijóo arremetió contra el Gobierno de Pedro Sánchez precisamente por esa omisión de la responsabilidad que sí comparte con Vox sin asumir el global de su discurso. Para el PP, el Ejecutivo está renunciando "a ejercer la autoridad del Estado" frente a esos disturbios. Igual que Vox, intuye una intención voluntaria. Mientras lo de Santiago Abascal le acusan de hacerlo "deliberadamente" para que se ataque y "demonice" al partido, Feijóo cree que Sánchez lo hace "para tapar sus cesiones al separatismo" y los escándalos "por su corrupción". Se refirió así a la financiación singular pactada con Cataluña y a la situación por Santos Cerdán y José Luis Ábalos.
Equilibrios del PP en su posición
Los populares asumen que esta cuestión retroalimenta a PSOE y Vox, sobre todo con un escenario de polarización cada vez más creciente. "A Vox le gusta que se hable de esto", indican en el PP, a la vez que creen que con ello los socialistas pueden salir y venderse como parapeto. Sin embargo, creen que ambas formaciones están apostando por posturas "simplistas" que "no dan respuesta a un problema complejo" como es el migratorio. Así lo estiman fuentes de Génova.
La competencia con Vox en inmigración preocupa a la izquierda. Temen que el PP tumbe la regularización pendiente en el Congreso de medio millón de migrantes
En el mensaje difundido por el PP, Feijóo hace equilibrios para situarse en medio de las dos corrientes. Lo hace en línea con el discurso sostenido hasta el momento, de querer ser alternativa de cara a las próximas elecciones generales. Aunque ese propio distanciamiento de Vox en inmigración, que es crucial para los de Abascal, pone más trabas a un posible entendimiento a futuro. En todo caso, desde Vox repudian la actitud del PP. No ya por querer distinguirse en inmigración, sino por estar pensando en mayorías de gobierno sin haber convocatoria electoral. Lo denunció el lunes Abascal. Fuentes de Vox sostienen que Feijóo no debe dar por descontados sus votos por el mero hecho de querer echar a Sánchez.
El popular, en el vídeo, aseguró que todo aquél que llega a España debe ser mediante "respeto" a la legalidad y para su "integración" social. Y si lo hace de forma ilegal, deberá ser devuelto "inmediatamente" a sus lugares de origen. Esta posición responde al giro y endurecimiento del PP desde principios de año en inmigración, en la línea de sus socios europeos pero sin asumir tesis populistas. Quedó reflejado en la ponencia política de su último congreso de principios de julio. Se habla de "fronteras desprotegidas" y de la realidad de "un sistema de regulación caótico".
En añadido, y por la aclamación —el lunes de la semana pasada— de la portavoz de Emergencia Demográfica y Políticas Sociales de Vox, Rocío de Meer, a favor de deportaciones masivas y usando el término 'remigración' —responde a la homogeneidad étnica de las sociedades occidentales y la expulsión de todo lo racial o culturalmente ajeno al prototipo, tanto inmigrantes de primera como de segunda o tercera generación—, el PP ya tomó distancia.
"No estamos a favor de las deportaciones masivas porque van en contra de la legalidad", trasladó la portavoz parlamentaria, Ester Muñoz. "Tampoco estamos a favor de las regulaciones masivas", dijo para compensar. Apeló con ello directamente a la regulación aún pendiente en el Congreso de los Diputados impulsada mediante una Iniciativa Legislativa Popular que afectaría a medio millón de personas. Ya el PP, durante estos seis meses defendió la necesidad de acotar y rehuir de generalidades. Para aprobar esa regulación exigió que se mirase cada caso uno a uno y solo afectase a quien cuenta con contrato de trabajo y no tiene antecedentes.
Ahora desde partidos como Sumar se teme que el debate migratorio y el endurecimiento del PP les enroque y voten en contra una vez llegue a pleno y salga de debate de enmiendas parciales. Se comenta que organizaciones católicas como Cáritas, muy implicadas en el asunto, están presionando al PP para que apoye esa iniciativa.
Pese a esa dureza, en su mensaje Feijóo hizo "una llamada a la calma". "Esto no va de españoles contra extranjeros —dijo por los las difusiones en redes sociales—, ni de PSOE contra Vox —por los reproches mutuos que se vienen lanzando—. Va de ciudadanos que anhelan vivir en paz, por un lado, y de delincuentes, por otro. El PP critica que en el peor momento de los sucesos, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, estuviese en la final de Wimbledon.
Denuncian "populismo" migratorio
A raíz del discurso de Feijóo, fuentes populares señalan que se tiene que apostar por la convivencia y la mejor forma es que el debate se modere, se aborde de forma fría. "La mejor forma de convivencia es que el Gobierno asuma responsabilidades". Que la asuman tanto los que dicen que todos los inmigrantes "delinquen" como los que aseguran que "nadie lo hace". Como dardo al Ejecutivo, se indica que "negar que haya inseguridad no resuelve el problema", sino que incita más el populismo.
Desde el PP defienden un modelo intermedio. De necesidad de recibir inmigración regular y ligada a contratos de trabajo por la baja natalidad nacional. De control de fronteras. Creen que así se rebajaría la tensión y se apostaría por la convivencia. No creen, con todo, que el episodio de Torre Pacheco vaya a extenderse por otros territorios. Opinan al contrario que el Gobierno: "Puede darse, porque es un combustible demasiado peligroso".
Tanto el Gobierno como partidos integrados en Sumar arremeten contra el PP, en todo caso. Creen que esa falta de contundencia y culpabilización al Ejecutivo alienta la complicidad con Vox, aunque por otra parte creen que el PP está ejerciendo, en parte, "un silencio cómplice" que también favorece a Abascal. Se alude al discurso de inseguridad. Pilar Alegría, este martes desde Moncloa, insistió en que el 73% de los delitos cometidos en España los realizan ciudadanos españoles. Y que el gasto social en el colectivo migrante es del 1% frente al 10% que aportan a la seguridad social.
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