Como un efecto mariposa, la votación de una iniciativa de Vox a principios de octubre en el Ayuntamiento de Madrid, ha traído al PP una nueva polémica interna entre su aparato nacional, Génova, y con la baronesa y presidenta autonómica de las siglas y de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El apoyo de los populares a advertir a las mujeres de la capital que quieran recurrir al aborto sobre un -falso, no lo avalan los expertos- síndrome post-abortivo, llevó al Gobierno central a querer blindar ese derecho en la Constitución.

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Al mismo tiempo, Moncloa pasó a pedir a las comunidades -las que no lo habían facilitado, entre ellas la Asturias del socialista Adrián Barbón- a proporcionar el listado de médicos objetores. Ya se ha hecho formalmente.

Las del PP, Baleares y Aragón, afirmaron que cumplirían desde el primer momento. Pero Madrid pasó por varias fases que han puesto en cuestión el discurso de Alberto Núñez Feijóo. El jueves pasado durante el pleno madrileño, Ayuso se negó a hacer "listas negras" de médicos -pese sí contar con un listado similar para la eutanasia, que de momento no se cuestiona-, y señaló que las cifras de abortos en España "son un fracaso" y en la mayoría de los casos "se podría evitar" con políticas de apoyo. Justificó su posición incidiendo que se puede estar yendo contra "el derecho a la vida", de "libertad ideológica" o contra la deontología profesional. "Si les parece poco, váyanse a otro lado a abortar", espetó a PSOE o Más Madrid.

Feijóo acudió raudo a remarcar posición poco después. Es mismo jueves publicó en redes una carta afirmando que su "posición es conocida" en este asunto. "Garantizaré siempre que cualquier mujer que opte por la interrupción de su embarazo pueda hacerlo con la mejor atención médica y psicológica, conforme a la ley", dijo, asegurando que el verdadero riesgo es la falta de apoyo del Gobierno a la natalidad. "Dejen de manosear las causas superadas", expresó.

Este pasado lunes, en una entrevista en Antena 3, volvió a dar un toque, y ésta vez más directo a la baronesa. "El PP y todas las autonomías" donde gobiernan "cumplen la ley". Ese cumplimiento incluye la elaboración de listas de objetores, de acuerdo a la ley de 2023.

El PP opta por tener un perfil bajo frente a choque entre Ayuso y el Gobierno. Defienden la posición de Feijóo y el debate interesado de Sánchez

Tras ese pronunciamiento de Feijóo, Génova no ha querido entrar en el asunto. Al menos en lo que tiene que ver con Ayuso. Se opta por perfil bajo, algo que, al mismo tiempo, se produce con la madrileña rebajando algo su beligerancia contra el Ejecutivo, que este martes pidió un requerimiento formal para que se creen los listados de objetores de conciencia en el plazo de un mes, sino Moncloa irá por la vía judicial del contencioso-administrativo.

Por su parte, este martes el Ejecutivo regional abrió ligeramente la puerta a crear ese listado -aunque no hay una decisión tomada aún- al mismo tiempo que se insiste en que no se va a señalar a nadie. 24 horas más tarde, y tras el Consejo de Gobierno de la Comunidad, el consejero de Presidencia, Miguel Ángel García, apuntó que están estudiando el requerimiento. La intencionalidad de el Ejecutivo madrileño sería de buscar vías legales para afrontar el choque que plantea Moncloa.

Preguntadas fuentes del PP nacional sobre ello, éstas se sienten cómodas con la idea trasmitida ya por Feijóo, de listados de profesionales que estén dispuestos a realizar interrupciones del embarazo. Es algo que sugirió el lunes. Esta idea permite hilar la cuestión con el posicionamiento de Ayuso, contraria a las "persecuciones". Aunque hay que destacar que este tipo de listados no son públicos, sino de uso interno para saber gestionar los procesos y que se puedan prestar los servicios. Los populares inciden en ese carácter de voluntariedad, pese a que la ley especifica ese derecho y la excepción son los profesionales que muestran reticencias -en la sanidad pública, donde se realizan poco más de dos de cada diez abortos solicitados-.

Fuentes nacionales del PP no trasladan si ha habido contactos con Ayuso por este asunto. En algunos casos opta por el silencio. Pero sí hay una intención de atenuar lo que aparentemente es un nuevo desafío de la madrileña.

En todo caso, ha trascendido que en el pasado Ayuso pidió carta blanca a Génova para desplegar su política y competir de la forma más efectiva a Vox, algo que está funcionando, con la primera legislatura con absoluta en la comunidad. De hecho, a nivel nacional se achaca esa posición dura con el aborto al intento de sortear la ola de crecimiento que viene experimentando Vox en estas semanas, algo patente en las encuestas nacionales. Líderes con absoluta, como el andaluz Juanma Moreno, ya ven posible tener que pactar con Vox el próximo año. Aunque desde Génova se apunta más a un desgaste de la izquierda que beneficia a Vox en los repartos de escaños más que un daño al PP. "El bloque de derecha sigue creciendo y el de izquierdas baja", se argumenta.

Por otro lado, hay quien aprecia algo sesgo personal en la postura de Ayuso, más allá de esa estrategia frente a Vox que además persigue como fin último la confrontación con el Gobierno de Sánchez. La propia presidenta entró contra el presidente el martes, tras una entrevista en Cadena SER en la que cargó contra los populares por asumir, dijo, las banderas de la ultraderecha. Y recordó el "drama" que le supuso pasar por dos abortos naturales. Por ello cree que tiene autoridad moral para hablar del asunto, mientras que reprocha a Sánchez "dar lecciones de machito (...) como si fuera Dios". "¿Quién se cree para representar a todas las mujeres?", añadió.

Preguntadas fuentes de Génova sobre la cuestión en las últimas horas, éstas marcan cierta distancia con la derivada madrileña. No entran a valorar si les preocupa una derivada judicial entre Moncloa y Sol por las listas en un futuro. Y, por otro lado, se recalca que la posición que importa es la de Feijóo, que es la del PP nacional y la del partido que aspira al Gobierno. A falta de saber si Ayuso presentará el listado, el PP insiste, en sintonía con el aparato madrileño, en que "se cumple la ley" y que el acceso en Madrid al aborto está garantizado. Ahondar en ello, en definitiva, y cuando es algo consolidado durante años, creen los populares, solo alienta al PSOE.

No dar oxígeno a Sánchez

En el seno del PP son conscientes de que Sánchez busca abrir grietas entre las dos almas del partido, la enfocada en la economía y la gestión, y la más ideológica. Y que se quiere utilizar a Ayuso para tensionarla y que eso repercuta en el propio Feijóo, en plena estrategia de los socialistas para equipararle a Vox por su acercamiento en materias como la inmigración. Eso cuando lejos de calmarse las aguas, la polémica con Ayuso se ha avivado día tras días.

Todo, aseguran fuentes del PP, cuando la UCO vuelve a acorralar al PSOE con nuevas informaciones sobre José Luis Ábalos. Cuando se habla de "cajas con dinero", con Ábalos en la diana del Supremo, o cuando el Gobierno plantea una nueva subida de la cuota de autónomos -no convence a Sumar-. En ello ahondó Feijóo este miércoles durante su cara a cara con Sánchez en el Congreso.

Dentro del PP se contempla que en unas semanas la polémica que se intentará alentar será otra, porque al presidente "le interesa desviar el foco" de su gestión. Sobre todo lo atribuyen a la dificultad que tendrá el Ejecutivo de aprobar los presupuestos. O en noviembre, cuando llegue el aniversario de los 50 años de la muerte de Franco, después de haber estado agitando "la causa palestina". Los populares entienden que el Gobierno lo intente, pero creen que es burdo.

Frente a ello, insisten en labores de oposición. Se destaca la convocatoria a Sánchez en la comisión de investigación por el caso mascarillas en el Senado, cuya fecha se decidirá este jueves. Igualmente, el plan de inmigración de diez puntos, frente a la "inacción" del Gobierno, pero también a Vox. "Protestan mucho, pero aún no hemos visto ningún plan" de Abascal, dicen los populares.

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