Primera premisa: Pedro Sánchez sí irá a la comisión de investigación del caso Koldo del Senado el jueves 30 de octubre, a las 9 de la mañana. No hay dudas, ni se cruzará ninguna cuestión de agenda, ni se resistirá. "Máxima normalidad, el presidente del Gobierno no tiene nada que esconder", "siempre ha dado explicaciones", recalcan de entrada en su equipo. Ya daban por hecho en la Moncloa que el PP tendría la tentación de ubicar su comparecencia el día 30, justo el día después del funeral de Estado por las víctimas de la dana, que se celebrará en Valencia, coincidiendo con el primer aniversario de la riada que se llevó la vida de 229 personas. Pronóstico cumplido, porque esa fecha le permite "tapar la vergüenza" de la gestión de las inundaciones por parte del president, Carlos Mazón, y de su Consell. A partir de ahí, fijada la fecha, elegida a conciencia, los socialistas están convencidos de que los populares no se pararán en barras y "bajarán al barro más absoluto". La consecuencia es, creen, que "se pasarán de frenada y entonces mostrarán su debilidad".

Dos semanas por delante y muchas incógnitas por despejar. Para empezar, quién se enfrentará con Sánchez, dado que la portavoz del PP en el Senado, Alicia García, se descartó voluntariamente y se limitó a señalar que le interrogará uno de los 17 miembros que el partido tiene en la comisión Koldo. Pero lo más relevante será el contenido de la sesión, las preguntas que los grupos le formulen al presidente y sus respuestas, y qué marcador queda al final. Quién gana la partida parlamentaria, o si queda en tablas. En el Gobierno y en el PSOE rehúyen de triunfalismos, prefieren no inflar las expectativas, pero se muestran seguros de que su jefe superará la prueba, por su buen desempeño en las Cámaras, porque "no hay nada", ningún indicio que le señale criminalmente, y porque los precedentes le son favorables: en las comparecencias anteriores de miembros del Ejecutivo y dirigentes del partido, "el que perdió fue el PP". Ni tan siquiera les magullaron, repiten, en buena medida porque entienden que la comisión de investigación, que lleva año y media abierta y por la que han desfilado ya 88 personas, va camino de convertirse en un fiasco.

Los socialistas se muestran seguros de que su jefe superará la prueba por su buen desempeño parlamentario, porque "no hay nada" que le señale criminalmente y porque en las comparecencias de miembros del Ejecutivo "el que perdió fue el PP"

Fue el pasado 8 de octubre cuando Alberto Núñez Feijóo anunció que su grupo, con mayoría absoluta en el Senado, llamaría a Sánchez a la comisión Koldo este mismo mes. "Se acabó la huida", le advirtió. "Ánimo, Alberto", le contestó irónico el presidente, entre aplausos de celebración de la bancada socialista. Ese es el ambiente que sigue dominando en partido y Gobierno: el arranque de curso ha sido muy distinto a cómo Sánchez llegó a las vacaciones, muy tocado y débil por el enorme impacto del informe de la Guardia Civil sobre Santos Cerdán, el secretario de Organización que sucedió en el cargo al exministro José Luis Ábalos y que cumplirá pronto cuatro meses en prisión provisional. El jefe del Ejecutivo decidió pasar a la ofensiva, situar el debate en el terreno ideológico, llevar la confrontación al terreno de la gestión, atreverse a perder votaciones en el Congreso. Una estrategia que le ha permitido recuperar la iniciativa y, según las encuestas, ir reconquistando al electorado que huyó con el estallido del caso Cerdán. En paralelo, los sondeos apuntan a una bajada del PP y un fuerte crecimiento de su competidor directo en el espectro de la derecha, Vox.

"Es que por eso traen a Pedro al Senado: las encuestas les van mal, Feijóo está débil y quieren ver si logran sacar la cabeza. Pero en el fondo es una demostración de la debilidad del PP —destacan desde la dirección del Grupo Socialista en la Cámara alta—. Pero al traerle ya aquí están escribiendo la crónica de la muerte anunciada de la comisión, porque él es el plato fuerte. Una comisión que, con todo, está mediáticamente muerta". El impacto de los trabajos del órgano auspiciado por los populares ha sido limitado en este año y medio.

Génova mantiene secreto el nombre (o nombres) de quién interrogará a Sánchez. En el PSOE no descartan que puedan ser dos senadores del PP: "Preguntarán por todo, se pasarán tres pueblos"

Fuentes de la Moncloa señalan que llevan días preparando material para la comparecencia del presidente, haciendo acopio de las posibles preguntas que le dirijan los grupos —especialmente el PP, el último en intervenir, y Vox y UPN, los que abrirán fuego como miembros del Mixto— y bocetando las respuestas. Pero se guardan las cartas. Rechazan contar por anticipado la estrategia que desplegará Sánchez. Tampoco lo quiere hacer el PP, que ni siquiera ha querido avanzar a quién (o quiénes) elegirá para interrogarle. Génova ha apuntado que solo habrá un interrogador, sin dividir los 50 minutos de los que disponen entre varios senadores, como hicieron en otras comparecencias, porque les supone perder fuerza, informa EFE. Pero en el PSOE no se fían. "Ellos están en un juego estúpido de despistar, pero tengo la sensación de que puede preguntarle más de un miembro del PP —presiente un veterano senador socialista—, pero es que se van a pasar de frenada. Van a entrar a preguntar por todo, se pasarán tres pueblos y demostrarán la debilidad que tienen".

"Como si tuvieran algún senador bueno"

Entre las apuestas de los socialistas, cotizan alto los senadores populares Alfonso Serrano, un perfil muy duro (es número dos del PP de Madrid, mano derecha por tanto de Isabel Díaz Ayuso); la aragonesa Rocío Dívar, o "perros de presa" como Fernando Martínez-Maíllo —número tres del PP cuando Mariano Rajoy lo lideraba—, Luis Santamaría o el portavoz de la comisión, Alejo Miranda de Larra. Por parte de los socialistas, su representante será el vasco Alfonso Gil, secretario general del grupo y rostro del partido en la comisión Koldo. En la Moncloa ya han estudiado todos los perfiles posibles y aseguran que no les preocupa a quién les pondrá delante el PP. "Como si tuvieran algún senador bueno", ironizan, "pero en todo caso es algo que no está de nuestra mano, así que nos da igual".

Más alla del quién, Gobierno y PSOE dan por hecho que el PP buscará protagonizar "una comparecencia muy sucia, intentando lo que lleva intentando en los últimos meses: llenar de bulos y mentiras la realidad y acusar al Gobierno de estar rodeado por completo de corrupción", "es lo que ya llevaron en un lema en aquella manifestación [de junio de 2025]: mafia o democracia".

En el Ejecutivo prevén que el PP "bajará al barro más absoluto", que optará por "una comparecencia muy sucia, intentando llenar de bulos la realidad y acusar al Gobierno de estar rodeado por completo de la corrupción"

"Van a preguntar por todo, también obviamente por la mujer del presidente [Begoña Gómez] y por su hermano [David Sánchez]. Esperamos una comisión estilo PP, y como están desnortados y no saben plantear alternativa... Solo hay que mirar lo que ocurrió este miércoles en la sesión de control en el Congreso: Feijóo empezó hablando de autónomos y acabó hablando de los prostíbulos", indican en la dirección socialista en la Cámara alta. Tanto en el Gobierno como en el partido no aprecian riesgos para Sánchez, terrenos especialmente resbaladizos o que le puedan dejar en evidencia, porque a fin de cuentas "solo puede contestar aquello que está a su alcance, no puede inventarse las cosas".

"Lo que pasa es que ellos han entrado en la ruleta del hámster y lo que sucede a veces es que al hámster le acaba dando un infarto. Y nosotros nos lo tomamos con la institucionalidad que requiere", apuntan en la cúpula parlamentaria socialista. Y añaden: "El PP quiere llevar a la gente a un extremo que no existe, lo que veremos es una fábrica de bulos gigante llevada a la máxima expresión. Ellos mismos están perdidos".

Los conservadores vienen insistiendo en los útlimos días en la existencia de una supuesta caja b del PSOE y en los pagos en efectivo. Sánchez ya ha recalcado que "no hay descuadres" ni "financiación irregular" en su partido, y se apoya en la UCO

Los populares inciden en los últimos días en la existencia de una supuesta caja b en el PSOE y en los pagos en efectivo. Ferraz y la Moncloa subrayan que todo está en regla y que "no hay descuadres", como incidió Sánchez en la SER el martes. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil admitía que había pagos del PSOE a Ábalos "sin respaldo documental". En el partido responden que tienen resguardo de todas las facturas. ¿Por qué no las enseñan?, se ha inquirido reiteradamente a Ferraz. "El primer tique que debe mostrarse es el de Mazón en El Ventorro", replican, aludiendo al restaurante en el que el president pasó varias horas con la periodista Maribel Vilaplana mientras la riada iba anegando localidades a su paso y segando vidas de ciudadanos.

"Pretenden tapar también a Feijóo"

En definitiva, el Senado acogerá, como resume un altísimo mando del Ejecutivo, "una performance impresentable". A los socialistas les indigna especialmente que el PP haya elegido el día 30, con la clara intención de "opacar el funeral de Estado por la dana", que presidirá el Rey en Valencia, para que "sus vergüenzas por su gestión" de la tragedia "se tapen". "Es que solo se les ocurre ubicar esta comparecencia en la semana del dolor por las 229 muertes que provocó la riada. Intentan tapar a Mazón y el aniversario de un dolor tan grande —valora un alto cargo monclovita—. Pero elegir esa fecha es un error. Nos deja el discurso de que a ellos no les importan nada las víctimas". Los estrategas del presidente ya anticipan que, por mucho que lo pretenda el PP, los afectados por la dana seguirán estando en el "centro" ese día, porque Sánchez hará que estén situados bajo el foco a lo largo de sus respuestas, y denunciará que los populares "no respetan el duelo" y solo buscan "derribar al Gobierno". "No solo pretenden tapar a Mazón, también pretenden tapar a Feijóo —agregan en la dirección parlamentaria socialista en la Cámara alta—. Es una vergüenza. ¿Qué hubieran dicho en el PP si nosotros hubiéramos hecho lo mismo en el aniversario de un atentado?".

El formato de las comparecencias en las comisiones de investigación de Congreso y Senado es muy distinto al que se ve en los plenos o en las comisiones ordinarias. Porque no hay una exposición inicial, una intervención de los grupos y una réplica del miembro del Gobierno. Son un toma y daca entre el parlamentario interpelante y el compareciente. Un interrogatorio. En este caso, largo, porque cada uno de los siete grupos parlamentarios de la Cámara alta dispondrán de 50 minutos en total, entre las preguntas y las respuestas. En total, unas seis horas, si intervienen todos los portavoces y agotan sus turnos.

En el Gobierno apuntan que Sánchez sí se acordará de las víctimas en el Senado, pese a que el PP quiera "tapar" su gestión de la dana. El líder socialista "saldrá como entró: presidente", respetando la "institucionalidad"

Los socialistas prefieren no echar las campanas al vuelo por adelantado, para no hinchar las expectativas. "Pero en el PP ya están arrepentidos de haberlo llamado", valora mordaz un miembro del Ejecutivo. "El presidente saldrá como entró: presidente. No vamos a decir si saldrá mal o a hombros. Él se cree la institucionalidad. Va a dar explicaciones de lo que conoce y de lo que no conoce dirá que lo desconoce. Esto no es un tribunal, sino una comisión de investigación". En el PP, mientras, recordaban este jueves que el presidente "está obligado a decir verdad", y no hacerlo "implica incurrir en un delito penal". "Y nada nos gustaría más que pillarle en una mentira. Por tanto, haría bien en no facilitarnos el tener que llevarle ante los tribunales", remachaban.

"No vemos peligros donde no los hay. ¿Qué miedo tiene que tener el presidente cuando a día de hoy no hay nada de qué preocuparse? Todo lo que está judicializado afecta a personas que han formado parte del PSOE [José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García], no al PSOE como partido. Y el presidente no está implicado en ninguna causa. Y en lo del hermano y la mujer seguimos sin ver nada punible", señalan en el Grupo Socialista en el Senado. Sánchez ha reiterado que su esposa y su hermano son "inocentes" y que la verdad acabará saliendo a la luz, y sobre los protagonistas del caso Koldo ha insistido en que el partido y él mismo adoptaron decisiones "muy duras" en cuanto tuvieron conocimiento de los hechos, echándolos. La tesis oficial, la que él apuntaló el martes en la SER, es que "no hay financiación irregular", como a su juicio acreditó la Guardia Civil en el informe sobre la situación patrimonial de Ábalos, conocido el pasado 3 de octubre.

Hasta ahora, quien ha salido frustrado es el PP. Donde no hay no van a sacar", remachan en la dirección socialista en la Cámara alta. Sánchez será el segundo presidente en ejercicio en comparecen en una comisión de investigación. Antes, Zapatero

La conclusión, por tanto, es que el interrogatorio en la comisión "no servirá para nada", ni aportará novedades. "El presidente no tiene interés en callarse, ni nada que ocultar. Que pregunten lo que quieran. ¿Pero qué compareciente de los nuestros ha perdido en la comisión?", se preguntan en la Moncloa. Por el momento, han desfilado varios ministros por el órgano: Fernando Grande-Marlaska (Interior), María Jesús Montero (Hacienda), Ángel Víctor Torres (Política Territorial, hasta en tres ocasiones), Óscar Puente (Transportes, dos veces), Elma Saiz (Inclusión), Óscar López (Transformación Digital), Pilar Alegría (Educación) y Luis Planas (Agricultura). Pero también pasaron por allí los presidentes de Cataluña y Navarra, los socialistas Salvador Illa —como exministro de Sanidad— y María Chivite; la presidenta del Congreso y expresidenta balear, Francina Armengol, además de Ábalos, Cerdán y Koldo, entre muchos otros.

"Hasta ahora, quien ha salido frustrado es el PP. Donde no hay no van a sacar", finalizan en la dirección socialista en la Cámara alta. Pase lo que pase, la expectación será gigante de aquí hasta el 30 de octubre. Será el segundo presidente del Gobierno en ejercicio que comparezca en una comisión de investigación parlamentaria. Antes que él lo hizo el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, el 13 de diciembre de 2004, pero no fue por casos de supuesta corrupción, sino por los atentados yihadistas del 11 de marzo en Madrid.