Los inminentes cambios en la dirección de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil no afectarán a las investigaciones en curso. Los agentes seguirán indagando en la causa que afecta al exministro José Luis Ábalos y sus compañeros, en la de la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, o en la de su hermano, David Sánchez.

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El Ministerio del Interior busca relevo para el coronel que la dirige, Rafael Yuste, ya que ha finalizado el curso que lo asciende a general. Como ha publicado La Vanguardia, es inminente que se enfunde el cinto rojo con el que viste el generalato. Las fuentes consultadas señalan final de año como la fecha más posible.

Yuste podrá acceder a distintas plazas de general. Recientemente se han publicado los ceses del general de brigada Arturo Prieto Bozec, que dirigía la Guardia Civil en la Comunidad Valenciana y el de Francisco Javier Sánchez Gil, en la Jefatura de Servicios Técnicos, con sede en Madrid. Ambos pasan a la reserva al cumplir cuatro años en sus puestos.

El ministro Fernando Grande-Marlaska debe buscar a un sustituto en la unidad de élite. Sin embargo, los agentes al frente del equipo de delitos económicos (los que investigan la corrupción) seguirán al frente de las investigaciones. Las fuentes consultadas recuerdan que la Guardia Civil "sólo obedece al Duque de Ahumada". Y "también a los jueces".

La UCO, que se ha convertido en una suerte de bestia negra del Gobierno, se enmarca dentro de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Al frente de la unidad que investiga los delitos económicos está un coronel, Rafael Yuste, y por encima de este un general de brigada, Alfonso López Malo, que antes había dirigido a ese mismo equipo de agentes que ahora copan portadas (y antes Asuntos Internos).

"Quiero a Balas"

Las sospechas de relevo en la cúpula de la UCO surgieron con las primeras noticias de Leire Díez, exmilitante del PSOE a la que se le acusa de hacer trabajos de fontanería. En una grabación con un empresario de hidrocarburos, le pidió información comprometedora del teniente coronel Antonio Balas, responsable de la unidad anticorrupción de la Policía Judicial. Le llegó a decir: "Quiero a Balas".

El rumor de cambio empezó a correr, con la sombra de una "patada hacia arriba" por parte del Gobierno para los mandos de la Benemérita. Sin embargo, las fuentes consultadas explican que esa solución es muy complicada. Primero por la escabechina que supone mover a los altos cargos. Segundo porque Moncloa tendría que buscar a un especialista en investigación. Y por último porque nadie se iba a prestar a seguir órdenes políticas en el Instituto Armado.

Además, de llegarse a producir un relevo masivo en la UCO, los distintos jueces que investigan casos que afectan al PSOE o al entorno de Pedro Sánchez tendrían un as en la manga. Podrían constituir una comisión judicial con los jefes apartados para que dependiesen directamente de ellos.

Como explicó El Independiente, esto se ha utilizado en instrucciones que han estado sometidas a muchas presiones políticas y policiales. Ocurrió, por ejemplo, en el caso de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el Pequeño Nicolás. El juez Arturo Zamarriego constituyó una comisión judicial cuando el comisario de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, Marcelino Martín Blas, que dirigía la investigación fue destituido por una guerra interna en el seno de la policía.

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