El Gobierno de Pedro Sánchez encuentra una ventana por la que respirar en un momento crucial. Acuerda "abrir un diálogo" con Alemania para que el catalán, el euskera y el gallego sean reconocidas como lenguas oficiales en la Unión Europea. Un pacto que llega justo cuando Junts denuncia los "incumplimientos" de los socialistas y amenazan con romper con ellos, trasladando la decisión a sus bases a partir del próximo lunes.
España y Alemania trasladaron su compromiso en un comunicado conjunto publicado este viernes en alemán, inglés y castellano: "Nuestros dos gobiernos han acordado hoy abrir un diálogo con el objetivo de encontrar una respuesta a la solicitud española de que sus lenguas oficiales distintas del español sean reconocidas como oficiales en la Unión Europea de forma que sea aceptable para todos los Estados miembros", señala el texto. Un salto fundamental por cuanto Berlín es una de las capitales que más pegas ponía a la demanda española, y su sí a la negociación puede desbloquearla en el conjunto de la Unión.
Madrid y Berlín reconocen que las lenguas cooficiales son "una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España". España presentará un nuevo texto a debate y votación tras las conversaciones bilaterales con Alemania
Los dos países subrayan en su nota que la incorporación del catalán, el euskera y el gallego "constituye una parte esencial de la identidad nacional plurilingüe de España". Y por esa razón los dos ejecutivos han decidido "conjuntamente iniciar conversaciones bilaterales a partir de las cuales España presentará un texto para debate y decisión de los 27 Estados miembros en una futura reunión del Consejo de Asuntos Generales". Ese diálogo, acaba el comunicado, "comenzará a la mayor brevedad" a cargo de los respectivos ministerios de Asuntos Exteriores.
El comunicado, publicado tanto en la web de la Moncloa como en la del Gobierno federal germano, es un tanto político para Sánchez en un momento crítico de sus conflictivas relaciones con Junts. El pasado miércoles, la portavoz de los posconvergentes en el Congreso, Míriam Nogueras, advirtió al presidente de que "quizá" ha llegado ya "la hora del cambio". Ayer, el jefe del partido, el expresident Carles Puigdemont, convocó a su ejecutiva para el próximo lunes, 27 de octubre, en Perpiñán (Francia), para decidir el futuro de su interlocución con el Gobierno. Decisión que los posconvergentes someterán a consulta de su militancia.
El presidente ya había repetido a última hora del jueves que su Gobierno cumple con lo que está en su "mano" con Junts y con lo que no lo está, trabaja "para que se cumpla". Este era un ejemplo claro
El presidente advirtió ayer jueves por la mañana desde Bruselas a Junts que el "cambio" puede suponer también "involucionar", ir "50 años atrás", porque la traducción de ese giro, de consumarse, sería una: el apoyo a una moción de censura con PP y Vox que pudiera tumbarle. Por la noche, al término del Consejo Europeo, cuando ya había trascendido que la cúpula independentista iba a preguntar a sus bases sobre su relación con los socialistas, Sánchez manifestó su respeto. Apuntó que se reunirá con Puigdemont "cuando toque" y recalcó, como había hecho horas antes, que su Ejecutivo sí cumple con lo firmado en Bruselas hace dos años y que le permitió recibir sus votos en su investidura: "Estamos cumpliendo con lo que está en nuestra mano y lo que no está en nuestra mano, estamos trabajando para que se cumpla".
Distancia de Merz hace apenas un mes
Esta última sentencia ahora se entiende todavía mucho mejor. Porque la oficialidad del catalán en la UE fue uno de los compromisos contraídos por los socialistas al comienzo de la legislatura. España ya elaboró una propuesta [aquí en PDF], la ha sometido en varias ocasiones a debate entre los Veintisiete, pero no ha logrado aún el sí, y para que salga adelante se necesita la unanimidad.
Alemania había sido uno de los países más reticentes hasta ahora a ampliar el catálogo de lenguas oficiales en la UE. Esa frialdad la visibilizó el canciller germano, el democristiano Friedrich Merz, en su reunión con Sánchez en la Moncloa del pasado 18 de septiembre. El dirigente conservador aseguró entonces que comprendía "muy bien" el interés de España. Pero "cómo resolverlo, ya lo tendremos que ver".
El canciller democristiano había dado largas hace poco más de un mes y trasladó como una "muy buena solución" confiar el trabajo a la IA: no se necesitarán ya intérpretes, dijo, aunque para eso "todavía pasará un poco de tiempo"
Merz recordó que él había sido eurodiputado —de 1989 a 1994— y sabía lo "complicado" que es el servicio de idiomas en la UE y cómo cada lengua nueva que se introduce "multiplica la necesidad de traducciones". Apuntó a una salida posible para el catalán, el gallego y el euskera: podría ser "una muy buena solución" confiar el trabajo de interpretación y traducción a la inteligencia artificial (IA). "Ya no necesitaremos a intérpretes. Vamos a poder entender y hablar en todos los idiomas de la UE". Pero para eso, reconoció, "todavía pasará un poco de tiempo". "Llevamos 40 años esperando este momento y espero que podamos lograrlo en un futuro no muy lejano", respondió por su parte Sánchez. Los dos admitieron que habían hablado de este asunto, fundamental para Junts, durante su reunión de aquel día.
El fruto llega hoy. Pese a que Merz había mostrado clara distancia, accede ahora a abrir ese diálogo con Sánchez para ver cómo encajar ese reconocimiento de las lenguas cooficiales españolas en el seno de la UE. Ese paso puede ser clave, porque si Alemania cede, lo más probable es que el resto de países reacios al reconocimiento del catalán —caso de Italia, Finlandia y Suecia, o los bálticos—, la secunden.
Alemania era uno de los países más reticentes al reconocimiento del catalán, por eso el Ejecutivo cree que si acaba girando automáticamente se unirán el resto de capitales reacias
El Gobierno había defendido en los últimos meses que no estaba tan lejos ese giro en la UE, pero se encontró con que el PP de Alberto Núñez Feijóo se había movido con sus colegas europeos a la contra, y esas gestiones funcionaron. La oficialidad del catalán, el euskera y el gallego quedaba varada, pero el Ejecutivo prometió continuar intentándolo. Aunque a la vez advertía a Junts de que la decisión dependía de otros países miembros. El sorpresivo viraje de Berlín hace prever que la demanda de España (y exigencia de los posconvergentes) esté más cerca de poder materializarse. Y con ello el Ejecutivo espera desactivar parte de la ira de Puigdemont contra Sánchez y reconducir sus relaciones. "El Gobierno no ha dejado de mostrar su determinación para avanzar hacia la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego. El de hoy es un paso importante para hacerlo posible", celebraron fuentes oficiales de la Moncloa.
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1 Comentarios
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hace 6 minutos
Sine die ( ya se verá …,mientras gana el tiempo que necesita) y, seguro, con alguna contrapartida mediante en favor de Alemania, pero lo suficiente para agotar la legislatura .Hay que reconocer que es el más capaz de todos. ¿ Sabe Feijoo que el canciller alemán comparte con él ideología y, teóricamente, intereses, en Europa por lo que este movimiento de Sánchez le desautoriza fuera y dentro ? Lo dicho , el más listo y con diferencia . Mal que nos pese.