Ni un paso atrás. El Gobierno no piensa ceder en su defensa de Álvaro García Ortiz, pese a que haya sido condenado —sin que se conozcan los argumentos jurídicos aún que le hacen responsable de un delito de revelación de datos reservados— por el Tribunal Supremo. Pedro Sánchez esgrimió este miércoles ante Alberto Núñez Feijóo que siempre estará del lado de quienes defienden la "verdad" y no "cubriendo las vergüenzas de la pareja" de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Y cree el presidente que finalmente el tiempo "pondrá las cosas en su sitio". Es decir, que primero el Tribunal Constitucional y luego el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) acabarán dando la razón al fiscal general del Estado. Es decir, que el Ejecutivo sigue confiando en su inocencia, y entiende que se le acabará reconociendo.

Feijóo atacó a Sánchez desde el primer minuto de la sesión de control de este 26 de noviembre, casi una semana después de que se conociera el fallo del Supremo, el que condena al fiscal general "por delinquir". Lo mezcló también con la vista que mañana pasan José Luis Ábalos y Koldo García en el mismo Supremo para revisar sus cautelares antes de sentarse en el banquillo, y que podría suponer su paso a prisión provisional. Y Sánchez, dijo, lo que hace ante ese "bochorno" es "decirle al Supremo lo que tiene que sentenciar y al exfiscal cómo tiene que recurrir". "Menos de presidente la verdad es que ejerce usted de todo". El jefe del PP recuperó el textual del líder socialista en una entrevista en El País pasado el ecuador del juicio a García Ortiz, cuando aseguró que "visto lo visto" hasta entonces, tenía más claro que él era "inocente". "No hace mucho usted preguntó quién iba a pedir perdón al fiscal general del Estado. Visto lo visto, ¿usted va a pedir perdón a los españoles?".

"Eso de pedir perdón por decir lo que uno piensa le pasará a usted. A mí no me pasa, señoría —replicó Sánchez—. No, no nos pasa, porque entre la verdad y la mentira, este Gobierno va estar siempre con la verdad, con la verdad. Entre periodistas que exculpan en su testimonio en la Sala Segunda del Supremo al fiscal general del Estado y el jefe de Gabinete de la señora Ayuso [Miguel Ángel Rodríguez], que dice que efectivamente mintió para propagar un bulo y poder cubrir las vergüenzas de la pareja de la señora Ayuso, este Gobierno, y yo mismo, estamos siempre con la verdad".

El presidente reiteró, como hizo el domingo desde su rueda de prensa al término de la cumbre del G-20 en Sudáfrica, que el Gobierno hace "tres cosas". Uno, acatar el fallo del TS. "Y, digo bien, el fallo, porque a día de hoy desconocemos la sentencia del Tribunal Supremo". Dos, señalar "una obviedad". "Afortunadamente, España y Europa cuentan con sistemas judiciales garantistas, y hay mucha gente, entre la que yo me incluyo, que estamos convencidos de que el tiempo pondrá las cosas en su sitio". Sánchez, por tanto, estaba apuntando a las siguientes instancias, el Tribunal Constitucional —presidido por Cándido Conde-Pumpido y con mayoría progresista— y el TEDH, que probablemente enmendarán la plana al propio Supremo. Y tres, el Ejecutivo "hizo lo que le corresponde", y es proponer como nueva responsable del Ministerio Público a Teresa Peramato, "una mujer de dilatada trayectoria, reconocida, independiente, rigurosa y, por cierto, feminista al frente de la Fiscalía General del Estado".

"Ustedes conocen la sentencia y están en contra de ella, cada vez usted es más peligroso para la democracia española", replicó Feijóo. El líder del PP continuó al ataque: si España tuviera "una situación normal", el Ejecutivo "respetaría a los jueces", cosa que "no hace" porque llama "mentiroso al Supremo", y "gobernaría en el Parlamento, aprobaría los Presupuestos, habría un debate del estado de la nación, uno al año y no uno en los últimos siete, y estaría con los problemas de los españoles".

Pero, para Feijóo, Sánchez solo está "de cuerpo presente", porque "su mente la tiene a las puertas del Supremo, a ver qué ocurre mañana" en la vistilla con Ábalos y Koldo, lo que "le inquieta es que se vuelvan a abrir las puertas de la prisión para que entre alguno de los suyos" y no que este jueves vaya a caer la senda de estabilidad por la falta de apoyo de Junts.

El jefe de los populares apuntó que a Sánchez le puede quedar la coartada de decir que "no les conocía de nada", como dijo esta semana sobre Arnaldo Otegi —negó haberse reunido alguna vez con el líder de EH Bildu, cosa que este también negó tajantemente—, pero en 2023 volvió a meter a Ábalos en las listas de las generales, recordó.

"Mire, gobernar no es vivir en el palacio, no es controlar la televisión pública ni el resto de las instituciones. Esto ya lo superaban los españoles hace 50 años. ¿Sabe una cosa? Se va a rodar algún día una serie de televisión sobre sus años de presidente y se titulará Anatomía...". Al líder del PP se le acababa el tiempo. Se trabucó. No pudo pronunciar de corrido la palabra Anatomía. Quería jugar con el título de la serie Anatomía de un instante, sobre el 23-F y estrenada la pasada semana en Movistar Plus+. En la que pensaba Feijóo es Anatomía de un farsante.

Sánchez se burló de él: "Entre sus virtudes no está el de ser un buen parlamentario. No por la forma en la que dice las cosas, sino por por lo que dice, porque no proponen nada". El presidente le subrayó que la izquierda "no pide ni permiso ni perdón para gobernar", y "ahí están" los resultados de la gestión económica del Ejecutivo. "Por cierto, señor Feijóo, yo entiendo que ustedes tengan que apoyar a la señora Ayuso. En definitiva, el primer punto del contrato que firmó con ella es obediencia ciega", remató. El objeto era y es dibujar un líder del PP entregado a la presidenta de la Comunidad de Madrid.