Un desayuno equilibrado establece la tónica del día y nos ayuda a mantener la energía de la primera hora. Por otro lado, una buena combinación de los alimentos, cuando la fruta es parte del desayuno, evita picos de glucosa excesivos y mantiene el apetito en la norma. La incorporación de una buena fuente de proteína en las tostadas, desde el jamón hasta el pavo, equilibra los hidratos de carbono y favorece un desayuno más estable y saciante.

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El equilibrio entre fruta y proteínas

La fruta es rica en vitaminas, minerales y fibra, pero también en azúcares naturales. Si al consumirla la acompañamos con una tostada y no añadimos una proteína, el organismo reaccionara con una rápida subida de la glucosa que hará que libere una gran cantidad de insulina, lo que va a favorecer el acúmulo de grasas y la aparición del hambre.

Si combinamos la fruta con una proteína, podemos evitar picos de glucosa y evitar esos típicos bajones de glucemia que son desagradables, ya que nos cuesta más dominar nuestro apetito.

Estrategia para mantener la energía

Aportar al desayuno una proteína de buena calidad contribuye a obtener aminoácidos esenciales y favorece la saciedad. También modera la respuesta metabólica a los azúcares de los hidratos de carbono que aporten el pan o la fruta. Para mantener un mejor equilibrio, el desayuno debe aportar menos calorías a lo largo del día y mejora la concentración en el trabajo y en la escuela. Gastar al menos un cuarto de hora en el desayuno y tomarlo en un ambiente tranquilo facilita la digestión y el inicio del día.

Incluir jamón en el desayuno

El jamón presenta la suma de proteínas con una cantidad moderada de grasa con la que participamos en disminuir el índice de absorción del azúcar que existe en la fruta (sin lugar a dudas el efecto de este tipo de procedimiento es que el cerdo no provoque picos de insulina, sino más bien acabar manteniendo probable toda la energía por la mañana). En su calidad de principal protagonista de la tostada se encarga, además, de equilibra la porción de hidratos como recomienda en los principios de la dieta mediterránea.

Una opción sencilla, saciante y accesible

El desayuno mediterráneo tiene como características la sencillez y la calidad de los ingredientes con que se elabora. Por el jamón, se puede introducir fácilmente en esta propuesta, aporta sabor sin necesidad de elaboraciones complejas y se adapta a los desayunos que se toman en casa y a los que se experimentan fuera. Seleccionar una cantidad generosa del jamón y depositarla sobre la tostada permite cumplir el 50% del aporte proteico que necesita un desayuno equilibrado a partir de una pieza de fruta y un alimento de pan, por ejemplo.

Proporciones en las tostadas con jamón

Un desayuno equilibrado es aquel que hace una distribución proporcional de los nutrientes para poder activar bien el metabolismo después del descanso nocturno. Si la fruta está dentro de las opciones del desayuno, la tostada ha de incluir suficiente proteína para compensar lo que la fruta proporciona. Llevar bien de relleno el pan equilibra y evita el hecho de comer sólo hidratos de carbono, ya que esto incrementa la respuesta glucémica y favorece los desequilibrios energéticos durante el resto del día.

La clave está en llenar la tostada

No es suficiente con colocar un pequeño trozo. Para que la regulación de la glucosa se pueda percibir realmente, se debe cubrir toda la superficie del pan. Esta proporción se mantiene de acuerdo con la idea del 50-50 entre proteínas e hidratos de carbono. Así, la fruta deja de ocasionar una participación glucémica acentuada y, así el desayuno resulta una comida completa, saciante y en consonancia con los principios de una alimentación sana.

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