Las últimas encuestas de 2025 dejan a Sánchez y a sus socios a 38 escaños de la mayoría absoluta

Sin en apoyo de Junts y sin Podemos, que busca distinguirse de su izquierda y del PSOE para ser visto como alternativa por los electores descontentos, Pedro Sánchez afronta el inicio de 2026 a 38 escaños de la mayoría absoluta que logró configurar en noviembre de 2023. Todo, bajo la posibilidad de que tenga que adelantar generales en los próximos meses por la inviabilidad de la legislatura, por el bloqueo legislativo en el Congreso, y por la presión interna en un PSOE que no parte con las mejores perspectivas a los comicios de Aragón, Castilla y León y Andalucía. Sobre todo, después del descalabro de las siglas en uno de sus bastiones históricos: Extremadura.

Al cierre de 2024, todos los grupos que apoyaron al Ejecutivo quedaban en 162 diputados de los 176 necesarios para repetir investidura. De adaptarlo a la situación actual, sin el apoyo de morados y posconvergentes, la cifra descendía a 148 escaños favorables frente a los 138 de ahora. La diferencia corresponde a las pérdidas de Sumar y el PSOE desde 2023. Si se mira la comparativa con Junts y Podemos incluido, en contraste con esos 162 escaños totales al cierre de 2024, ahora todos los partidos que vienen estando asociados quedarían en 147. A esos nueve escaños de la izquierda comentados, se suman los tres perdidos por Podemos y uno de Junts durante estos 12 meses. Por el rechazo a pactos.

Sánchez cierra así su peor año al frente del gobierno, por escándalos como los casos de acoso sexual dentro de su partido a diferentes escalas, o la presión judicial por presunta corrupción, con el encarcelamiento de Santos Cerdán -en libertad provisional- o José Luis Ábalos, y novedades en casos como el de Leire Díez, entre otras cuestiones que han llevado a nuevos registros de la UCO. Un desgaste que reflejan las estimaciones de diversas demoscópicas privadas entre mediados de noviembre y este mes de diciembre.

Hay un aspecto clave: la caída del PSOE se endulza por el voto refugio de exvotantes -un tercio- de Sumar o Podemos que optarían por el PSOE como alternativa de haber elecciones actualmente. Especialmente por el enfrentamiento que enfrenta a magentas y morados a la izquierda del tablero, que no dan seguridad.

De esta forma, Sánchez pasa de 121 escaños en 2023 a 109 estimados en estos momentos. Son ocho menos que al cierre de 2024. A nivel de porcentaje de voto, del 31,68% de apoyo en urnas el 23-J, el PSOE pasa ahora al 27,22%. Los socialistas aspiran a ser la fuerza más votada entre la izquierda por el desgaste de sus socios, pero al no aglutinar toda la fuerza porcentual de sus competidores quedan debilitados a la hora de poder sumar para un gobierno. No capitalizan votos para el reparto de escaños mediante la ley D'Hondt y mucho apoyo a Podemos o Sumar no se transforma en representación.

Sumar es el partido que sufre el mayor desplome. Baja desde los 27 escaños -31 iniciales antes de la ruptura con Podemos- a 9 diputados. Y este año se deja otro por el camino respecto a la medición de diciembre de 2024. La candidatura de Yolanda Díaz ahora, algo que debe definirse así como la configuración que tome el espacio en las próximas generales, recibiría el 6,58% de los votos respecto al 12,33% de 2023. La suma de los dos partidos de Gobierno se minimiza: de los 152 -148 sin Podemos- al cierre de 2023, a los 119 actuales.

El partido de Ione Belarra se mantendría dentro del Congreso de celebrarse unos comicios, pero perderían representación. De sus cuatro escaños actuales, obtendrían 3 (3,81%). Entrarían tanto Belarra como Irene Montero, que aspira a ser la candidata en las próximas generales. Los morados reivindican autonomía frente al Gobierno, y aunque se niegan a colaborar en algunas cuestiones, no omiten votos a cuestiones que creen que pueden favorece a la ciudadanía. Pero se desmarcan como aliados de Sánchez.

De los socios progresistas del Gobierno, externos, ERC y EH Bildu mantienen la misma representación que en las pasadas generales. No obstante, los republicanos y la izquierda abertzale pierden votos. La candidatura de Gabriel Rufián pasa de 1,89 puntos -ponderado respecto a todo el país y no solo a Cataluña- a 1,75. Bildu, de 1,36% a 1,17%. El BNG doblaría a dos su escaño, algo que ya se estimaba al cierre del año anterior. Néstor Rego, de repetir, mejoraría del 0,62% al 0,8% sus votos. Los socios de centroderecha, caso de PNV y Coalición Canaria también salen perjudicados en porcentaje, aunque mantienen los mismos escaños: 5 y 1 respectivamente. La candidatura de los jeltzale pasas de 1,12 a 0,92 puntos, y los nacionalistas canarios del 0,47% al 0,45%.

Junts, que impuso en septiembre un veto generalizado a una veintena de leyes en el Congreso y rompió las relaciones con Sánchez, perderían un representante y quedarían en 6 escaños. No se advierte aún posibilidad de que Aliança Catalana se aproveche de ello para entrar al Parlamento. De momento, su líder Sìlvia Orriols niega que tengan esa meta. Aunque también se negó que buscasen entrar en el Parlament hasta el año pasado, donde ahora se le estima en las previsiones que puede ser cuarta fuerza y pisa los talones a Junts.

Mayoría absoluta de la derecha

La treintena de escaños que pierden PSOE y Sumar en lo que va de legislatura la capitaliza Vox en su mayoría. No por transferencia de votantes, sino por salir beneficiado en el reparto de cocientes. Al ser la tercera fuerza, y con un desplome del PSOE como segunda y sumar como cuarta, se aprovecha. La falta de cuatro diputados que penalizó a la derecha para gobernar en 2023, o para promover una moción de censura contra el Gobierno actualmente, se supera con creces en las previsiones demoscópicas. En todo el año, hay que descartar, ningún sondeo privado -se descarta el CIS- ha dado posibilidad a Sánchez de repetir mandato.

Hay que destacar, con todo, que al cierre de 2022, la media elaborada por El Independiente alejaba notablemente a Sánchez de los resultados obtenidos seis meses después en las generales. De los 97 escaños de media, Sánchez alcanzó los 121. Y el espacio de la izquierda, entonces Unidas Podemos, con 21, quedó con 31 bajo las siglas de Sumar. El PP creció hasta los 137 respecto a los 133 estimados, y de los 51 dados a Vox, los de Santiago Abascal cayeron hasta los 33, lo que impidió esa mayoría absoluta estimada.

Ahora el desgaste del PSOE es importante, también el de Sánchez, e internamente algunas capas socialistas estiman que se está produciendo un cambio de ciclo. Está por ver los cambios que pueden darse en las mediciones de aquí a 2027 o antes si Sánchez precipita las urnas. Por ahora, el PP mejora sus resultados de 2023. Pasa de 137 escaños (33,06%) a 142 (32,75%). Pero dependería en mayor medida de Vox, que casi duplica atribuciones. De los 33 escaños (12,38%) actual, Abascal subiría a 59 escaños (17,25%) de media. Siete más que su mejor dato histórico: los 52 parlamentarios obtenidos en noviembre de 2019.

Una coalición de derechas sumaría 201 escaños, 25 cargos más de los necesarios para esa mayoría absoluta. Sin embargo, los problemas de negociación entre populares y ultraconservadores dejan en el aire la modalidad del acuerdo. Sería difícil que Abascal no extrapolara a Moncloa el rechazo a entrar en coaliciones regionales, dado que sería la puerta para que el partido tuviese su mayor cota de influencia política desde su nacimiento en 2014. Pero Alberto Núñez Feijóo, en el último congreso popular prometió que gobernaría en solitario. Por lo que el PP buscará únicamente un pacto externo. Que Sumar actualmente con 31 escaños tenga 5 ministros, es un aliciente para que Vox se oponga a esa oferta de Feijóo.

La alternativa con el PNV y otros partidos minoritarios para obligar a Vox a una abstención al menos en la investidura se aleja por las malas relaciones entre populares y jeltzales. PNV, Coalición Canaria (1) y UPN (1) darían a Feijóo 149 escaños. Muy lejos de una cifra viable, incluso adhiriendo a Junts. Además, ir de la mano de los nacionalistas daría alas a que Vox justificase su rechazo a una investidura del PP.