Catalán, euskera y gallego no son todavía lenguas oficiales de la Unión Europea. Pero el Gobierno ha arrancado este martes la oportunidad de estudiar la medida. No ha habido veto en el Consejo de Asuntos Generales, que ha invertido apenas 45 minutos de debate para acordar estudiar los costes económicos y legales de la medida.

Una veintena de ministros han tomado la palabra para expresar sus dudas y la presidencia de turno que ejerce España ha "tomado nota" de las posiciones de sus socios en la UE y anunciado que el Consejo "retomará el asunto en una reunión futura", sin aclarar los plazos, informa Ep. Ahora le corresponde a la presidencia española preparar los siguientes pasos, tanto derivar la discusión técnica a los grupos de trabajo previstos en el seno del Consejo como encargar la opinión de los juristas de la institución.

Una decisión que da aire a las negociaciones del PSOE con JxCat y ERC para la investidura de Pedro Sánchez. Desde el entorno independentista, sin embargo, evitan dar por definitiva la respuesta de la Unión y recuerdan que todavía quedan dos reuniones de los ministros de Exteriores antes del debate investidura.

El calendario de la presidencia española recoge un próximo encuentro del Consejo de Asuntos Generales el 24 de octubre, y un tercero el 15 de noviembre. La investidura de Sánchez puede votarse hasta dos meses después del debate que protagonizará el próximo 26 de septiembre Alberto Núñez Feijóo.

Defensa de Albares

A su llegada al encuentro, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha defendido la necesidad de dar carácter oficial en la Unión Europea (UE) al catalán, el euskera y el gallego porque no son lenguas minoritarias y porque se trata de una demanda que España defiende desde el año 2005.

JxCat y Esquerra han señalado los progresos en la oficialidad del catalán, tanto en la Unión Europea como en las Cortes, como condición básica para negociar la investidura de Pedro Sánchez. Y Albares se ha esforzado en la última semana por demostrar el compromiso del Gobierno en funciones con el acuerdo alcanzado el pasado agosto, para la constitución de la Mesa del Congreso.

A esa preocupación responde la propuesta del Gobierno, que la semana pasada se ofrecía a pagar el coste de la oficialidad de las tres lenguas españolas para vencer las reticencias de sus socios comunitarios. Una oferta que ha reiterado Albares este martes en el transcurso del debate en Bruselas. El Gobierno sueco fue el primero en explicitar sus reticencias, y a él e han unido progresivamente buena parte de los gobiernos europeos, con los nórdicos a la cabeza.

Dudas de Francia, Finlandia y Eslovenia

A las puertas del encuentro, el ministro de Exteriores de Finlandia, Pekka Haavisto sorprendía con un mensaje en catalán, para expresar, eso sí, sus reticencias a la propuesta española. "Es demasiado pronto para tomar una decisión hoy" advertía.

"Soy un gran amigo de las lenguas de España, un gran amigo de la cultura catalana" aseguraba. "Juntos tenemos que defender la diversidad lingüística de la UE, pero también tenemos que conocer las consecuencias de nuestras decisiones".

Junto a Finlandia, los ministros de Francia o Eslovaquia han explicitado sus dudas sobre la petición española a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores de la Unión. “Vamos a ayudar a España todo lo posible” pero “para eso necesitamos juristas” para ver cómo y dónde pueden usarse las “lenguas regionales”, explicaba la secretaria de Estado para la UE francesa, Laurence Boone.

El catalán no es minoritario

"No estamos hablando de lenguas minoritarias" argumentaba el titular de Exteriores. "Son idiomas que hablan millones de personas, en concreto, les trasladaré -al resto de ministros de la UE-, que el catalán es hablado por más de 10 millones de personas, lo cual le sitúa por encima de muchas de las lenguas que en estos momentos son oficiales". Cree además que la "especificidad del régimen constitucional lingüístico español, que lo hace prácticamente único en el seno de la UE" avala la petición española.

Albares ha añadido, a las puertas de la reunión del Consejo de la UE un tercer argumento que hasta ahora se había utilizado en contra de las aspiraciones catalanas: el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso. Estos idiomas "se usan dentro del Parlamento español", defendía el mismo día que el catalán, el gallego y el euskera se usarán por primera vez en el Congreso de los Diputados