¿Imaginan que alguien les hurtara la posibilidad de cobrar un boleto premiado con más de cuatro millones de euros? ¿Y si, en realidad, fuera usted el que se dejara el cupón olvidado en la Administración? ¿Es posible que tal cantidad de dinero esté guardada en una urna de Loterías del Estado a la espera de resolver quién es el dueño? ¿Cómo de creíble es que más de 300 personas digan ser el poseedor original? Todas estas preguntas, o la mayoría, van a resolverse próximamente en un juicio que la Audiencia Provincial de A Coruña (Galicia) debe celebrar. El recién publicado libro El cambiazo revela muchas de las claves de lo que ocurrió hace ya once años en una pequeña administración gallega.

"A partir del momento que tomo contacto con el tema, en 2019, al hacer una pieza para el telediario, vi que era un asunto de largo recorrido", dice Xaquín López García, periodista de investigación de RTVE y autor del libro. La historia tiene, desde luego, todos los ingredientes para atrapar a cualquier lector: dinero, misterio y dosis de drama. A principios de este año, López realizó un documental bajo el título 'El misterio del boleto millonario' para el programa En Portada que finalmente iba a ser el germen del manuscrito. "Habían quedado cosas por contar en la producción audiovisual porque un formato de cuarenta minutos no da para desmenuzar una trama tan compleja", comenta a El Independiente. Dos meses después había libro.

La materia, ciertamente, no es sencilla como resume muy bien la primera frase del capítulo 15: "'El cambiazo' es un relato monotemático en el que intervienen 317 actores secundarios y tres protagonistas. Dos de ellos porfiaron por el boleto hasta morir, y el tercero murió sin saber que tenía todas las papeletas para reclamarlo".

¿Cómo es posible que Loterías mantenga en su cargo a un delegado acusado por la Fiscalía de una presunta estafa ?

Manuel Reija, un lotero del municipio de San Agustín que encontró el boleto olvidado en el mostrador de su establecimiento, es el principal protagonista de la trama. Lo halló por casualidad, o eso dijo cuando lo entregó. Ahora, es el principal imputado de la causa que ha liderado el Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña. "Conseguí en exclusiva la declaración judicial de los investigados, el lotero Manuel Reija y el delegado de Loterías de A Coruña [que resultó ser hermano del primero], Miguel Reija. Desde ese momento no lo solté. Fui recopilando autos judiciales, abriendo fuentes, tirando de contactos, me desplazaba con regularidad", cuenta el autor. Los hermanos se sentarán en el banquillo de los acusados en 2024 con una petición de seis años de cárcel. La Fiscalía cree que escondieron el boleto a su legítimo dueño para poder cobrar el premio.

Para entender el libro hay que saber los trucos que la Lotería permite. El lotero trató de cobrar el cupón antes de que se agotara el plazo que, resulta, tienen estos casos. Es decir, que si un profesional encuentra una papeleta premiada y su dueño real no aparece, tiene un tiempo estipulado para quedarse con el dinero. La Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) se reunió con él en Madrid, no le dio el montante ganador y encapsuló el cupón en una caja fuerte. Pero poco más ha trascendido. "He llamado al gabinete de comunicación unas diez veces, he solicitado una reunión informal con ellos para plantearles el tema, les he enviado mails y nada. He ido por la puerta de atrás y por el camino más corto, llamando a personas que estaban en mi lista de contactos y que han tenido vinculación importante con la institución. La respuesta es la muletilla del que no quiere hablar: no comentamos asunto sub judice", explica López.

¿Tiene sentido tanto hermetismo de un organismo que es público? El periodista lo tiene claro: "Cuando yo digo, en la introducción del libro, que el nepotismo nos impide crecer como una democracia de primer nivel, me refiero a detalles como ese. Ese oscurtantismo es una de las razones que más me animó a escribir el libro y aclarar los ángulos oscuros de la trama. Y voy más allá ¿Cómo es posible que la SELAE mantenga en su cargo a un delegado de Loterías formalmente acusado por la Fiscalía por presunto delito de blanqueo de capitales asociado a otro presunto delito de estafa en el pago de un boleto premiado?", revela.

300 dueños

El asunto no saltó a los medios hasta un año después de que hubiera ocurrido. Lo publicó Alberto Mahía en La voz de Galicia a quien el autor de la obra entrevista. En el libro, hablan también algunas de las personas que dicen ser dueñas del cupón. "Fue una idea brillante del realizador del documental, Julián Merino, un creativo de las ocurrencias ingeniosas. Yo fui el ejecutor, encargado de convencer a los personajes de que se expusieran a lo que parecía una misión imposible", responde López. "En mi larga trayectoria profesional, de casi cuarenta años, nunca olvidaré esa grabación, un domingo por la mañana en la tasca A Palloza de mi amiga Claudia", explica. En ese local del barrio coruñés de Monte Alto se dieron cita dos de los que dicen haber sido poseedores de la combinación ganadora.

Esa era 10 17 24 37 40 y 43, pero el periodista confiesa que, a pesar de que lleva cuatro años indagando en la historia, nunca ha comprado este número. "Mi relación más próxima con la lotería es un amuleto que llevo en mi cartera desde hace cuarenta años, el décimo de lotería al que jugaba mi padre cuando falleció, pero me temo que no me ha dado mucha suerte", dice. "En el juego", matiza.

Es un poco extraño que si alguien gana un premio en la pantalla de la adminisrtación el mensaje que aparezca sea: "Error de pagos. Premio Superior. Llevar el resguardo a la delegación". "A mí se me ocurren diez frases más animosas y comprensibles y que salvaguardan todos los estándares legales requeridos", puntualiza López. Ese mensaje le salió a una de las 300 personas, pero no lo leyó y no supo que era millonario en ese momento.

La Policía Nacional intervino para resolver el caso, una vez avanzada la investigación. Para el autor, el inspector que dirigió la pesquisas lo hizo de forma "brillante". "He planteado un argumento coral, donde intervienen decenas de personajes. Desde luego, en el libro, el personaje más pintoresco creo que es Jesús Fuentes, el inspector de policía [ahora jubilado] y que fue el primero en investigar parcialmente el caso".

Para el periodista, lo que ha dilatado más de diez años toda la instrucción ha sido la actuación del organismo público. "Cuando Loterías comprobó, en septiembre de 2013, que el lotero no estaba diciendo toda la verdad tenía que haberle facilitado esa información al inspector Fuentes y ponerse a investigar. Lo único que hicieron desde la SELAE fue pedirle que buscara las huellas dactilares del boleto y eso, en el momento en que el papelito había pasado por muchas manos, era lo menos relevante", refleja. La concatenación de errores ha sido de trama de libro totalmente, por ejemplo, no se revisaron las imágenes de la cámara de vigilancia del centro comercial donde estaba ubicada la administración y cuando quisieron verlas ya era demasiado tarde. Las imágenes habían borrado.

En esta década, cuatro directivos de SELAE han estado investigados en este caso. "Sigo pensando que Loterías del Estado tenía en su mano resolver este misterio en el minuto uno". Ahora, tendrán que resolverlo los jueces.

Sobre si se ha podido aclarar quién de esas cientos de personas era el legítimo propietario: "A mí no me cabe ninguna sospecha de que los investigadores han descubierto al auténtico propietario del boleto cuyo nombre, identidad e imagen no se pueden reproducir por expreso deseo de la familia. Pero una cosa es el deseo y otra la realidad, que diría el poeta Luis Cernuda. Todo está en 'El cambiazo'".