La detención de Diego Marín Buitrago, alias El Pitufo, fue muy rápida. La Orden Internacional de Detención de Colombia llegó el 5 de abril por la mañana y esa misma tarde, a las 20:15 se le pusieron las esposas en Valencia. Los agentes le ofrecieron, como hacen con todo detenido, hacer una llamada a algún familiar para avisar de su arresto, pero Marín Buitrago no quiso. Alegó que su sobrino estaba presente y que él se encargaría de dichos trámites. Llevaba encima tres teléfonos móviles, un Rolex y 1.245 euros en efectivo. Lo cierto es que la Guardia Civil llevaba ya un mes tras él.

Este asunto habría pasado sin pena ni gloria, como una extradición más de las que todos los días ve la Audiencia Nacional si no fuera porque el presidente de Colombia, Gustavo Petro, hizo público que el caso había merecido una llamada suya al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Le agradezco al presidente Sánchez por su colaboración. Pude informar al presidente Sánchez en llamada telefónica de la presencia de Marín en España [...]. Le informé de la importancia de su captura y efectivamente se controló au ubicación y se procedió a su captura. La captura de Marín hace parte de la política de seguridad del gobierno: atacar las cabezas del delito y desarrollar una acción integral contra la economía ilícita de la que el contrabando es pieza fundamental (sic)", expresó Petro tras conocer la detención en la red social X.

El equipo de huidos de la Justicia de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil inició las vigilancias de este hombre de 62 años a mediados del mes de marzo. "Esta persona estaba siendo activamente buscada por dichas autoridades [colombianas] por la comisión de delitos de contrabando, cohecho y pertenencia a organización criminal", reza el informe policial al que ha tenido acceso El Independiente. Lo cierto es que, aunque Petro haya atribuido a este delito de contrabando el narcotráfico, no figura en su expediente de la Audiencia Nacional ningún tráfico de drogas y el entorno de Marín Buitrago niega que entre los productos con los que él hace negocios estén los estupefacientes.

Inicialmente solo se llevaron a cabo una serie de vigilancias. Primero lo localizaron porque "ya se tenía la certeza de que estaría ocultándose activamente". El proceso por el que Marín Buitrago está perseguido en Colombia nació en septiembre, pero fue el 13 de marzo de 2024 cuando la policía del país latino llevó a cabo una operación "de gran trascendencia nacional e internacional" para desmantelar una red de contrabando que compraba a funcionarios colombianos para entrar mercancía al país y que presuntamente lideraba él. En ese punto pone la Guardia Civil el inicio de la vida nómada de El Pitufo.

Residía en una urbanización de Toledo, pero tras la operación policial colombiana abandonó su domicilio allí para instalarse en la calle Ayala de Madrid y unos días después, el 18 de marzo, cogió un taxi desde la capital a Valencia. En esa Comunidad, Marín Buitrago cambia varias veces de casa en pocas semanas. Esto pone en alerta a los agentes que finalmente reciben una Red Notice de Interpol (la orden de detención) el pasado viernes.

"Con estos cambios de domicilio se había constatado la gran movilidad del reclamado y su capacidad económica para utilizar medios de transporte y domicilios temporales no llegando en la mayoría de ocasiones a agotar los plazos de estancia ya pagados, todo ello como clara medida de seguridad", refleja el informe de la UCO. Lo detuvieron al salir de un parking y lo llevaron a las dependencias de la Guardia Civil de Oliva (Valencia) donde se negó a declarar.

El sábado pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, pero, para decepción de Petro, el juez Ismael Moreno lo dejó en libertad. "Muy lamentablemente aún hablando con el presidente español y existiendo un tratado de extradición que hemos cumplido cabalmente, la justicia española ha dejado en libertad al principal contrabandista y lavador de activos del narcotráfico en Colombia", dijo el inquilino del Palacio de Nariño (Bogotá).

La realidad es que aunque El Pitufo nació en Colombia, también tiene nacionalidad española y esto, según las fuentes jurídicas consultadas, complica mucho la entrega a dicho país porque España no extradita a sus ciudadanos. Así lo dice el Artículo 2 del Convenio de Extradición entre España y Colombia firmado en 1892: "Ninguna de las partes contratantes queda obligada a entregar sus propios ciudadanos 0 nacionales, ni los individuos que en ellas se hubieren naturalizado antes de la perpetración del crimen".

La Fiscalía de la Audiencia Nacional, sin embargo, ha recurrido la decisión del magistrado de poner en libertad a El Pitufo (con prohibición de salida del territorio nacional, retirada de pasaporte y obligación de comparecencia cada 15 días en el juzgado). Las fuentes jurídicas consultadas ven difícil que la Sala de lo Penal cambie de criterio y decida que el colombiano entre en prisión provisional y ven en el movimiento del Ministerio Público más una actuación política. Lo que sí creen más posible y que, de hecho, plantea el juez en su escrito es que a Marín Buitrago se le termine enjuiciando en España.

El tratado de extradición propone que los países sí "se comprometen, sin embargo, a perseguir y juzgar conforme a sus respectivas leyes los crímenes o delitos cometidos por nacionalidades de otra parte contra leyes de la otra" por lo que eventualmente podría abrirse un proceso penal en territorio nacional por los hechos ocurridos en Colombia. Fuentes del entorno de Marín Buitrago aseguran que él a través de sus abogados en Bogotá trató de prestar declaración en la Fiscalía allí sin éxito antes de ser detenido.