El que fuera 'número dos' del Ministerio del Interior bajo el Gobierno de Mariano Rajoy, Francisco Martínez, ha dado un nuevo giro a su defensa y ha cambiado de abogados por tercera vez desde que comenzó su periplo en los tribunales en 2020. Las fuentes jurídicas consultadas señalan que el exsecretario de Estado de Seguridad se está preparando para un juicio complejo por el 'caso Kitchen' y está tratando de salir de las últimas causas judiciales que se le han abierto en la Audiencia Nacional. Martínez ha contratado ahora al despacho Baker Mckenzie que logró desimputar a la otrora secretaria general del PP Mª Dolores de Cospedal.

El pasado 22 de abril, el letrado Juan Antonio Frago enviaba al Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia su carta de renuncia a la defensa de Martínez, según el documento al que ha tenido acceso El Independiente. El vínculo cliente-abogado apenas duró un año. El despacho del exfiscal Frago anunció la unión en mayo del pasado año y hablaron entonces de buscar un "nuevo impulso procesal" para cambiar la defensa del exsecretario de Estado en 'Kitchen'. El juez Manuel García Castellón lo considera uno de los cabecillas de la organización de una supuesta operación parapolicial para espiar al extesorero del PP Luis Bárcenas y sustrarle documentación sensible sobre la 'caja B' del partido.

Pero el último año, al exsecretario de Estado no han parado de abrírsele nuevos frentes judiciales. En enero de 2024, el magistrado García Castellón lo citó como investigado también por una especie de 'operación Kitchen' dos en el marco del 'caso Villarejo'. Se trata de una ramificación de esta causa en la que se indaga sobre supuestas presiones al abogado de Bárcenas Javier Gómez de Liaño. Este letrado y exjuez solicitó que se imputara a Martínez y relató cómo, mientras defendía al extesorero popular, recibió todo tipo de presiones que llegaron, incluso, a su secretaria. Él, por su parte, se desliga totalmente de toda esta operación.

Pero además, en febrero, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz acordó admitir una querella de Podemos contra Martínez así como contra altos cargos de la policía de Rajoy por "presuntas investigaciones prospectivas y ajenas al control judicial" a la formación de Pablo Iglesias. En el escrito de admisión de la causa, el magistrado rechazó investigar al exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, que sí está cerca de ir a juicio por el 'caso Kitchen', pero accedió a involucrar a su 'número dos', a Martínez. Por el momento, las pesquisas están paradas y ni siquiera lo han llamado a declarar, pero con esta ya son tres las acusaciones que lo mantienen bajo el foco.

Además, existe una querella de él contra el comunicador Alvise Pérez que difundió información privada sobre algunas de estas investigaciones en su cuenta de Telegram donde tiene varios miles de seguidores.

Este horizonte ha provocado un nuevo cambio en la estrategia procesal de Francisco Martínez que busca una defensa más robusta porque se "juega mucho", aclaran en su entorno. La elección ha sido uno de los grandes despachos internacionales afincados en Madrid.

Sobre Baker Mckenzie

Alicia Franch del bufete de Baker Mckenzie será a partir de ahora la que represente al exsecretario de Estado. A ese mismo despacho pertenece Jesús Santos, uno de los letrados penalistas de referencia del PP y defensor de Cospedal en el 'caso Kitchen' que consiguió que ella quedara al margen de la causa de cara al juicio. También pertenece a esta compañía la penalista María Massó, abogada del exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato.

Franch es directora de equipo dentro del área de Derecho Penal desde septiembre de 2015. Según las fuentes consultadas en el despacho, sobre su trayectoria destacan una profunda especialización en el ámbito penal, estando enfocada en asuntos de defraudaciones, falsedad documental, delitos fiscales, blanqueo de capitales, delitos contra el Patrimonio Histórico, etc.

A lo largo de su carrera profesional, Franch ha participado en asuntos complejos y mediáticos como por ejemplo el juicio de Carlos Lamela o el de Neymar, en el que Baker McKenzie asumió la defensa tanto del futbolista como de su familia.