Lo más alien que existe en la naturaleza son los parásitos", afirma rotunda Cecilia Ramírez, parasitóloga Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de A Coruña. "Son organismos que dependen metabólicamente de los hospedadores que los albergan y con los que establecen una relación íntima y obligatoria".

A pesar de que, como los octavos pasajeros, son capaces de poner huevos que ingerimos; eclosionan dentro de los humanos, "los parásitos realizan todo o parte de su ciclo vital dentro o sobre el hospedador y sólo lo abandonan para acceder a otro hospedador".

Del cuerpo humano no suelen salir formas adultas, de ahí que no atraviesen la piel

A diferencia del alien de la película, en los humanos no es posible que crezcan en su interior para luego atravesar el abdomen o la espalda para salir. "Dada la dependencia metabólica del parásito, existen lo que se denominan formas infectantes", advierte Ramírez.

"No salen las formas adultas sino formas mucho más resistentes al medio externo, capaces de vivir fuera del individuo. Por ejemplo, quistes, huevos, larvas etc. Son mucho más pequeñas y su salida, por tanto, mucho menos llamativa que en el caso de Alien".

El gusano que sale por el pie

Extracción de un gusano de Guinea

Extracción de un gusano de Guinea

Lo más habitual es que los parásitos abandonen (y entren en) el cuerpo humano por las heces. Y sin matarlo, claro. No obstante, sí que existe un gusano que atraviesa la piel: el gusano guineano.

"Esta es la vía de salida de las larvas del nematodo (gusano cilíndrico) Dracunculus medinensis", precisa Ramírez. Es largo y delgado; vive en bajo la piel del hospedador. Tiene un grosor de 1 a 2 mm.

"Tras la cópula, la hembra migra al tejido subcutáneo de brazos, piernas, hombros, etc. La liberación de las larvas se debe realizar en el agua. Cuando se va a producir la descarga provoca en el hospedador la formación de una pápula cutánea que se transforma en una vesícula (ampolla) que termina estallando al entrar en contacto con agua fría".

"A través de la rotura sale un asa del útero del gusano, descargándose las larvas en el agua". El siguiente contagio está listo. Basta que los crustáceos beban ese agua.

La tenia, una solitaria bien acompañada

En el intestino delgado vive la tenia. Es plana y vive enganchada a él gracias a una ventosa y unos ganchos. Es hermafrodita y pueden producir hasta 60.000 huevos. Los cerdos suelen ser huéspedes intermedios. Comer carne en mal estado puede convertirnos en su hogar.

Pero hay una tenia más escalofirante. En la serie Futurama existen las babosas cerebrales. Parásitos que se adosan al cráneo, anulando la voluntad del huesped. En la vida real, la tenia Spirometra puede llegar al cerebro, provocando dolencias de todo tiempo, dependiendo de la zona por la que viaje.

Hace unos años se secuenció el genoma de este gusano. Se presenta en intestinos de gatos y perros. Cuando estos animales expulsan los huevos en sus heces, pueden entrar en contacto y contaminar el agua.

Hay tenias que pueden llegar al cerebro

"Las enfermedades parasitarias están asociadas generalmente a condiciones higiénicas, sanitarias y económicas deficientes. Las medidas preventivas que se deben poner en marcha dependen del parásito en cuestión. Si se transmiten a través de vectores como moscas o mosquitos es importante controlarlos con el uso de insecticidas, mosquiteras, etc. También es importante controlar los reservorios animales que contribuyen a estas enfermedades, fomentar el desarrollo de vacunas y mejorar los hábitos higiénico-sanitarios de las personas", concluye Ramírez.