Según el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2017 de la FAO, el hambre ha aumentado por primera vez en más de una década, principalmente debido a conflictos y al cambio climático. Se calcula que, actualmente, el hambre afecta a 815 millones de personas.

Sin embargo el cambio climático provoca más fenómenos meteorológicos extremos, degradación de la tierra, desertificación, escasez de agua, subidas del nivel del mar y climas variables, lo que obstaculiza los esfuerzos para alimentar al planeta.

Los líderes mundiales y expertos que están asistiendo a la última ronda de negociaciones sobre el clima en Bonn han dicho hoy que la seguridad alimentaria mundial solo puede lograrse coordinando las políticas centradas en el hambre, la pobreza y el cambio climático.

“El cambio climático es un enorme obstáculo para el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 2 (ODS2) , que consiste en poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición”, dijo José Graziano da Silva, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en un evento de alto nivel dedicado al hambre en la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP23).

La alimentación y cambio climático

El cambio climático socava el progreso hacia la erradicación del hambre, y la variabilidad del clima aumenta el riesgo de interrupciones del suministro y la distribución de alimentos. “Para conseguir el ODS2  y responder con eficacia al cambio climático, necesitamos una transformación de nuestros sectores agrícolas y nuestros sistemas alimentarios”, añadió.

La COP23 de este año está centrada en cómo cumplir los compromisos asumidos en virtud del Acuerdo de París, con el que se pretende limitar el calentamiento medio del planeta muy por debajo de los 2 grados centígrados, y lo más cercano posible a los 1,5 grados.

En ese acuerdo se reconoce la prioridad fundamental de lograr la seguridad alimentaria, así como la vulnerabilidad de los sistemas de producción de alimentos a los efectos del cambio climático.

Soluciones en gestación

En el evento organizado por la FAO durante la COP23 con representantes clave de Gobiernos, el sector privado y la sociedad civil, se analizaron formas de combatir el cambio climático (ODS 13), el hambre (ODS 2) y la pobreza (ODS 1) de forma coordinada, entre otras cosas a través de una agricultura sostenible y prácticas que proporcionen múltiples beneficios. Estos son algunos de los enfoques incluidos en el documento final elaborado en el evento:

  • Apoyo a los mecanismos basados en la comunidad para la adaptación al cambio climático y la gestión del riesgo de desastres, a través Programa de acción mundial sobre seguridad alimentaria y nutrición en los pequeños Estados insulares en desarrollo.
  • Gestión sostenible de los bosques como parte de una gestión integrada de los paisajes.
  • Mejora de la inversión en sistemas alimentarios sostenibles, con un nivel bajo de emisiones de carbono y resilientes para acabar con la pobreza y el hambre.
  • Buenas practicas en ganadería. En la reunión también se destacaron ideas prácticas para reducir las emisiones de la agricultura, así como el papel de la mejora de las prácticas en la reducción de la intensidad de las emisiones y el aumento de la productividad. En el caso del sector de la ganadería, la FAO calcula que las emisiones podrían reducirse fácilmente cerca de un 30 % adoptando las mejores prácticas.
  • Asimismo, en la reunión hubo consenso en que la tierra debe gestionarse de forma que aumente el carbono del suelo, sobre todo en los pastizales, y que, en colaboración con las partes interesadas, es necesario crear protocolos rigurosos para evaluar y llevar un seguimiento de las reservas de carbono. Según algunas estimaciones, la rehabilitación de suelos agrícolas y degradados puede eliminar hasta 51 000 millones de toneladas de carbono de la atmósfera.