Métete en la sala de control de la NASA: InSight, en 360º
Desde las 20.00 (hora de España peninsular), El Independiente ofrece en directo el aterrizaje de la nave InSight en Marte. Esta es la señal del Control de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, que controla cada paso del descenso del aterrizador que llevará en instrumental de análisis del planeta rojo.
El programa contempla que después de las 20.40 la nave empiece las maniobras para atravesar la leve atmósfera marciana a 19.800 kilómetros por hora y a unos 125 kilómetros de altura. Poco a poco reduce su velocidad a sólo 8 kilómetros por hora, antes de que sus tres patas toquen el suelo marciano, en lo que se suele conocer en astronáutica como los 7 minutos de terror. Sencillamente, porque tras siete meses de viaje hasta el planeta rojo, la operación más compleja es ésta y se dirime en 6 minutos y medio. Esa desaceleración tan brutal en medio de la fricción con el aire aumentará la temperatura del escudo térmico de la nave hasta más de 1.500 ºC. A continuación, se abren los paracaídas y finalmente unos retrocohetes frenen el descenso hasta tocar suelo. A las 20.53 deberían estar parados los motores y la nave felizmente posada.
En la Tierra, de todo esto nos enteraremos con unos 8 minutos de retardo (ya calculado en el horario planeado), que es lo que tarda la señal en recorrer la distancia entre Marte y el JPL de la NASA viajando casi a la velocidad de la luz. Ahí sabremos si InSight está viva o se ha quemado o rebotado. Los peores escenarios dependen del ángulo de entrada en la atmósfera. Igualmente, otra catástrofe sería que no se abriesen los paracaídas o que los retrocohetes se activasen tarde, tal y como pasó con la misión Schiaparelli. Dos aparatos gemelos MarCO-A y MarCO-B, nos deben enviar la telemetría de la sonda durante el aterrizaje y retransmitirla en tiempo real a Tierra, que tarda en procesarla alrededor de un minuto más.
Por qué es tan difícil aterrizar en Marte
"Llevó más de una década llevar a InSight de un concepto a una nave espacial que se aproxima a Marte, y aún más desde que me inspiré para intentar emprender este tipo de misión", explicaba ayer Bruce Banerdt, del investigador principal de la misión. "Pero incluso después de aterrizar, tendremos que ser pacientes para que comience la ciencia".
Será cosa de dos a tres meses para que el brazo robótico coloque los instrumentos de la misión en la superficie. Durante ese tiempo, los ingenieros monitorizarán el medio ambiente y fotografiarán el terreno frente al módulo de aterrizaje. De vuelta en JPL, el equipo de operaciones de superficie practicará el ajuste de los instrumentos. Usarán una réplica de trabajo de InSight en un banco de pruebas interior, que se esculpirá para que coincida con el sitio de aterrizaje real de la misión en Marte. El equipo verificará que los instrumentos se puedan implementar de manera segura, incluso si hay rocas cerca o si InSight aterriza en ángulo.
Una vez que se decida la posición final de cada instrumento, tomará varias semanas levantar cuidadosamente cada uno y calibrar sus medidas. Entonces la ciencia realmente se pone en marcha. No antes de este martes recibiremos las primeras imágenes del planeta rojo desde InSight.
InSight: hacia el misterio de los martemotos
Nos hemos imaginado el interior de la Tierra (y de Marte), como una receta con chocolate fundido y láminas de manzana. Éstas serían las placas tectónicas sobre las que se asientan los continentes. Al poner la fuente con chocolate al fuego, como ocurre en el interior de la Tierra, el manto chocolateado empieza a bullir lentamente, moviendo las láminas, que pueden chocar. En Marte, el chocolate está sólido. No hay movimiento y el azúcar glasé se barre con facilidad, desapareciendo como si de la atmósfera se tratase. Eso es lo que pudo pasar al enfriarse el núcleo del planeta rojo que, sin embargo, sigue teniendo terremotos. | Vídeo: M. Viciosa y E. Moreno
La parte española de la misión
InSight lleva consigo la estación meteorológica TWINS, a cargo del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) y construida por la empresa Crisa. TWINS (Temperature and Wind for INSight) se basa en la estación REMS del róver Curiosity. Fue precisamente el éxito de la estación del vehículo que actualmente recorre Marte el que propició que se incluyese TWINS en esta nave. El instrumento mide la presión, temperatura y velocidad del leve aire marciano. Su importancia es clave para conocer a qué se enfrentarán exactamente los posibles astronautas en una futura misión. Además, la débil atmósfera marciana depara espectaculares tormentas de arena como la que desde mayo y hasta septiembre ha cubierto parte del planeta vecino. También tiene un experimento para el estudio de la rotación y la estructura interior (RISE: Rotation and Interior Structure Experiment) construido por el JPL.
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