Más de 5.000 millones de personas, sobre todo en África y Sudeste asiático, actualmente las zonas más vulnerables, sufrirán en 2050 los mayores impactos por contaminación del agua, tormentas costeras y pérdida de cultivos por la desaparición de polinizadores. Así se desprende de un estudio de la Universidad de Stanford, en el que ha colaborado el investigador del Basque Centre for Climate Change (BC3) Unai Pascual y que publica este viernes la revista Science.

El estudio señala que la naturaleza está perdiendo su capacidad de proteger a las personas ante las consecuencias de riesgos cada vez más frecuentes debido a la contaminación del agua, fenómenos tormentosos en la costa y cultivos poco polinizados. Pascual ha explicado a EFE que la investigación se ha realizado con datos de Integrated Valuation of Ecosystem Services and Trade-offs (InVest) basándose en información de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), del que el investigador es copresidente de evaluación.

Se calcula que 4.500 millones de personas se verán afectadas en todo el mundo por la contaminación del agua, 5.000 millones por las pérdidas de producción agrícola, y más de la mitad de la población mundial que vive en zonas litorales se verá afectada por el ascenso del nivel del agua de los océanos. Según la investigación, África y el sudeste asiático son dos de las zonas que sufrirán más los impactos de la intensificación de la agricultura, la contaminación del agua y los fenómenos meteorológicos en el litoral, aunque 200 millones de personas en zonas de Norte y Sudamérica estarán expuestos también a estos efectos, según el investigador del BC3.

Pascual reconoce que la población "empieza a entender lo que sucede, pero también que no se está haciendo lo necesario para la reducción de emisiones a la atmósfera". Eso supone que "no se llegará a las cero emisiones para final de siglo", con lo que se evitaría un aumento de la temperatura global por encima de los dos grados. Con las “evidencias recogidas en todo el mundo”, los investigadores han elaborado un mapa interactivo mundial sobre las contribuciones de la naturaleza al bienestar de las personas a escala global.

El mapa, elaborado con una nueva tecnología basada en código abierto, permite ver las zonas en las cuales las personas se benefician más de las contribuciones de la naturaleza y las más vulnerables al cambio climático, sobre todo por la degradación de los ecosistemas.

Esta herramienta ofrece la información necesaria para hacer frente a los peores escenarios que proyectan los modelos climáticos actuales y avanzar hacia un futuro donde el desarrollo humano a nivel mundial requiere aumentar la sostenibilidad y equidad.

Pascual ha destacado que “el análisis evidencia que la actual gobernanza ambiental a nivel local, regional e internacional está fallando cuando se necesita dirigir inversiones estratégicas para proteger los ecosistemas y las poblaciones humanas ubicadas en las regiones más vulnerables del planeta.

El estudio forma parte del trabajo del grupo Natural Capital Project, del Stanford Woods Institute for the Environment (EEUU) y ha sido patrocinado por Marianne and Marcus Wallenberg Foundation.

En él se urge a todos los organismos responsables de la gestión de los ecosistemas a adoptar medidas urgentes, porque de lo contrario, según Pascual, los ecosistemas serán incapaces de seguir proporcionando un seguro natural sobre las necesidades básicas de los humanos: alimentos, agua e infraestructuras”.