Un centro de salud de Cehegín, en Murcia, tuvo que atender en la madrugada de Año Nuevo a un hombre de 30 años que se mordía a sí mismo y se lamía la sangre después. La extrema agresividad del paciente hacía imposible su tratamiento para los profesionales médicos, que tuvieron que recurrir a la ayuda de la Policía, que investiga las circunstancias del caso adelantado por El Español. La principal hipótesis es que el hombre había consumido droga caníbal, una sustancia sobre la que pesan multitud de leyendas sobre sus brutales efectos sobre el cuerpo humano.

La 'droga caníbal' es una de las formas coloquiales con la que se nombra a la metilendioxipirovalerona, o MDPV. Esta sustancia, que se consume en pastillas o en polvo, actúa como una droga psicoactiva que inhibe la recaptación de la noradrenalina y la dopamina, reduciendo el control de la persona sobre su propio cuerpo.

Aunque está desmentido que la droga caníbal provoque, en efecto, canibalismo, sí desata multitud de procesos psicológicos y fisiológicos en el organismo. Entre ellos están las pulsiones suicidas, las conductas extremadamente violentas, los delirios, las paranoias o el bruxismo. Además, el consumo de la MDPV o droga caníbal también genera en el cuerpo taquicardias, hipertensión, náuseas, escalofríos, cólicos nefríticos, mareos, falta de aire o hiperestimulación.

Además, la droga caníbal interactúa de manera muy peligrosa con la cocaína y un consumo habitual de la MDPV potencia los efectos de la cocaína e incluso favorece a su reincidencia.