Astronomía

A la caza de la piedra lunar perdida por los Franco

El mayor "cazador" de piedras lunares del mundo promete una recompensa de 10.000 dólares si aparece antes de este sábado

La piedra lunar que estuvo en posesión de Carrero Blanco y que se exhibe en el Museo Naval | Fundación Museo Naval

La piedra lunar que estuvo en posesión de Carrero Blanco y que se exhibe en el Museo Naval | Fundación Museo Naval

Richard Nixon regaló al pueblo español una piedra de la Luna en 1969 y Francisco Franco se la apropió. Tras la muerte del dictador en 1975, el obsequio cayó en el olvido y décadas después la familia aseguró que lo había perdido. Pero hay rumores de que un marqués trató de venderla en Reino Unido y Suiza. ¿Dónde está la piedra? El misterio podría tener las horas contadas.

"Estoy planeando un viaje a España para seguir su rastro y encontrarla". El que habla así con El Independiente no es cualquiera. Es Joseph Gutheinz, de 63 años y el mayor "cazador" de piedras lunares que hay en la Tierra. "La voy a encontrar y me voy a asegurar de que acabe en un museo español. Y ofrezco una recompensa de 10.000 dólares si aparece antes de que el sábado se cumpla el 50 aniversario de la llegada a la Luna", agrega.

EEUU regaló dos piedras lunares a España. La segunda estuvo en posesión de la familia de Carrero Blanco hasta que el hijo la cedió al Museo Naval en 2007

Agente Especial del Inspector General de la NASA en los 90, Gutheinz ha ayudado a encontrar casi 80 piedras lunares que estaban perdidas. En Estados Unidos le llaman el Moon Rock Hunter y tiene previsto venir a España en 2020 a seguir el rastro de la piedra de Franco.

Pero vayamos al principio. Exactamente a 1969, cuando el ser humano pisó la luna por primera vez. Fue tal el hito y tales las ganas de vender su victoria sobre la Unión Soviética, que la administración Nixon regaló piedras lunares a cada estado de los Estados Unidos, a 135 países más e incluso envió una muestra a la sede de Naciones Unidas.

Y esos regalos se repitieron en 1972 con piedras del Apolo 17, la última misión con hombres en la Luna. La del Apolo 17 también fue un regalo "para el pueblo español", pero en este caso se la quedó el presidente Luis Carrero Blanco. Por suerte, su hijo no la perdió ni la intentó vender: la cedió al Museo Naval, donde está expuesta desde  2009.

"Los dos regalos que hace Nixon a España pertenecen al pueblo de España, no a un General, a un Almirante o a la familia de una persona así", explica Gutheinz. "Pero no me malinterpreten: en Estados Unidos también ha pasado y tres Gobernadores  se llevaron a casa las piedras cuando dejaron el cargo".

Subastas, museos, Londres o Suiza: el rastro perdido

La historia de la piedra de Franco la recuperó el diario El Mundo en 2009 en un reportaje en el que el nieto del dictador negaba que su padre, el marqués de Villaverde, hubiera intentado vender la pieza. "Mi madre perdió la roca lunar que dieron a mi abuelo", afirmó el nieto de Franco. "Es totalmente falso que mi padre intentara vender la piedra".

No obstante, el descendiente de Franco admitió que un amigo de la familia tanteó a algunas casas de subastas. Y el que fuera responsable de la NASA en España, Luis Ruiz de Gopegui, también reveló en El Mundo que el marqués de Villaverde trató de venderla al Museo de Ciencias de Londres. El cazador Gutheinz añade ahora una pista más.

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"No lo tengo confirmado, pero tengo entendido que fue ofrecida en Suiza por un miembro de la familia de Franco. Y la transacción, de varios millones de dólares, fue bloqueada por la Interpol", asegura. Este periódico ha tratado de contactar con la Interpol y no ha obtenido confirmación de esa operación. "Cuando vaya el año que viene a España me encantará llamar a la puerta de casa de los Franco y hablar con ellos sobre el paradero de la piedra", añade el ex agente de la NASA, que actualmente ejerce como abogado en el estado de Texas. "La familia de Carrero Blanco hizo lo correcto con su piedra al entregarla al Museo Naval".

Antonio Rodríguez del Pino también conoce bien los entresijos de la historia. En los 60 fue secretario del director de la estación espacial de la NASA en Maspalomas y actualmente es voluntario cultural de Museo Naval. "He leído la posible trayectoria de esa primera piedra y tiene cierta credibilidad: es lógico que después de la muerte de Franco, alguien de su familia o cercano a él expoliara algunas pertenencias del general e intentara venderlas", cuenta a este periódico en la Biblioteca del Cuartel General de la Armada. "Además, es conocido que las grandes casas de subastas están detrás de estas piedras lunares".

Operación Eclipse Lunar en Honduras

La historia de Gutheinz como cazador de piedras lunares arranca en 1998, cuando se recuperó la primera roca perdida siendo todavía agente especial de la NASA. Fue la roca que Nixon regaló a Honduras por el Apolo 17. Gutheinz lideró la Operación Eclipse Lunar y consiguió que una persona le ofreciera la pieza por cinco millones de dólares. Tras intensas negociaciones, la transacción se iba a realizar en Miami, pero el oficial del banco de Florida era también un agente encubierto.

Desde entonces, Gutheinz ha compaginado su trabajo de abogado con la de cazador de piedras lunares. Tras dejar la NASA, lanzó el Moon Rock Project en la Universidad de Phoenix e investiga el rastro de las piezas perdidas junto a sus alumnos. "Con la ayuda de los estudiantes, hemos encontrado 78 piedras", dice el ex agente especial, orgulloso de que la Operación Eclipse Lunar vaya a ser llevada al cine próximamente.

De menos de un gramo, en metacrilato y con la bandera

Como la de Franco está perdida, para saber cómo es hay que visitar el Museo Naval de Madrid. Ahí está la que donó el hijo de Carrero Blanco en 2007. Dos años después, entró a formar parte de la colección. "Pesa apenas unos miligramos y es del tamaño de una alubia", explica el voluntario cultural d el Museo Naval Rodríguez del Pino.

"Está envuelta en una cápsula de metracrilato y está acompañada por la bandera de la época franquista dentro de una cuadro de madera", añade. Y además, hay  un pequeño texto que dice: "Este fragmento es una porción de una piedra del valle lunar Taurus-Littrow. Fue regalado como muestra de la unidad del esfuerzo humano y lleva consigo la esperanza del pueblo americano de un mundo en paz".

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