Lleva más de 200 días viajando entre planetas y estrellas. El 30 de julio partió para emprender una de las misiones más ambiciosas jamás realizadas por el hombre. El plan es que este jueves, por fin, llegue a su destino: Marte. La hora de llegada prevista, las 21.50 horas. Es un viaje planificado hasta el milímetro tras años de investigaciones y toma de decisiones. La NASA no deja nada al azar y si sus previsiones se cumplen, a esa hora la cápsula donde viaja el que es considerado uno de los laboratorios móviles más avanzados jamás construidos, irrumpirá en la atmósfera marciana e iniciará la operación más delicada, la del amartizaje.

Culminada la ruta de 225 millones de kilómetros que separan ambos planetas, el paracaídas del ‘Perseverance’ ralentizará bruscamente la velocidad y recorrerá alguna de las cuatro rutas que los científicos creen que podría tomar en torno al cráter Jezero, lugar de llegada previsto. Será poco después cuando la cápsula se abra y de ella salga propulsada la estructura que deberá depositar a su único ‘pasajero’, el rover o robot articulado construido por equipos de científicos de Estados Unidos y varios países europeos, entre ellos España. El ‘Perseverance’ deberá depositarse en las cercanías del cráter que en un pasado remoto albergó un lago de agua. Lo hará la estructura encargada de descolgarlo desde 18 metros para después desaparecer. A partir de entonces estará solo en la inmensidad de Marte. Si los planes se cumplen, la operación 'Mars2020' habrá superado con éxito la primera y más delicada de sus fases.

Después comenzará una labor de años en los que desde la tierra se dirigirá las tareas de análisis y registro de muestras que se han programado y que no concluirán hasta dentro de una década. Será entonces cuando un nuevo ‘rover’, enviado por una operación conjunto de la NASA y la Agencia Espacial Europea, haga el mismo viaje hasta el ‘planeta rojo’ para recoger las 40 muestras que se tomarán de distintos elementos –y que habrán sido puesta en órbita- y traerlas a la tierra para su estudio.   

“El rover ‘Perseverance’ es el laboratorio más complejo enviado hasta la fecha a Marte. Con él no ´solo se va a investigar las posibilidades de vida pasada o actual, sino que se van a seleccionar muestras para su retorno a la tierra en futuras misiones”, asegura Agustín Sánchez Lavega, director del Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco que ha participado en el diseño de elementos del ‘Perseverance’. Como él, hoy decenas de equipos de científicos y expertos seguirán a distancia la evolución del amartizaje para comprobar si los cálculos hechos en sus laboratorios, despachos y mesas de trabajo se cumplen o si imprevistos no bien ponderados complican la Mars2020.

El planeta más deseado

Marte se ha convertido en el destino de un buen número de proyectos espaciales. Cuando ‘Perseverance’ ponga su estructura en suelo marciano se unirá a su predecesor, el ‘Curiosity’, que llegó a Marte en 2012 y desde entonces envía imágenes y lleva a cabo análisis químicos de la superficie y clima marciano, hasta que una tormenta de polvo que cubrió todo el planeta lo dañó. También continúa allí la plataforma ‘Insight’, de la NASA. Las tres estructuras abordarán investigaciones combinadas desde distintos puntos del planeta. El interés por las posibilidades que pueda ofrecer Marte ha hecho que las grandes potencias quieran ver con sus propios medios ese posible nuevo mundo. En mayo está previsto que China ponga allí a su propio robot articulado, el ‘Tianwen 1’. ‘Perseverance’ estará apoyada por ocho naves que orbitan diseccionando el planeta.

El programa de trabajo previsto es que lleve a cabo un estudio detallado del entorno en el que se mueva un mínimo de un año marciano, equivalente a 867 días terrestres. Analizará la superficie y la atmósfera. La estimación, sin embargo, es que pueda realizar esta labor durante varios años.

Las características de Marte la convierten en la opción con más posibilidades para encontrar rastros de vida presente o pasada. Con la mitad de radio que la tierra, sus días son similares a los nuestros, 24,5 horas y cuenta con un ciclo anual de estaciones. La mayor diferencia respecto a la Tierra radica en su atmósfera, mucho más tenue, con una presión 7 milésimas a la terrestre, y con presencia de dióxido de carbono. Por no hablar de sus gélidas temperaturas, de -50 Cº de media y máximos de -105 Cº, y una superficie irradiada fuertemente por rayos ultravioleta solares.  

El ‘Perseverance’ lleva consigo a MEDA, un instrumento desarrollado por el Centro de Astrobiología-INTA de Madrid y en el que han intervenido equipos de investigadores del País Vasco. Gracias al Meda se analizará la posibilidad de predecir las tormentas en Marte, se medirá el viento, los niveles de humedad, de radiación y otros muchos parámetros: “Medirá cómo varían las tormentas a lo largo del día, la fluctuación de la temperatura, la temperatura de la superficie, etc.”, asegura el director del grupo de Ciencias Planetarias de la UPV, José Manuel Madariaga. Se muestra convencido de que el proyecto saldrá bien, dados los niveles de exigencia planteados en todo el proceso por la NASA: “Muestra de ello es que nos exigieron, por ejemplo, que algunos elementos aguantaran una presión de hasta 40G, casi el doble de lo previsto”.

Una 'Supercámara'

Los expertos creen que en su origen la Tierra y Marte pudieron ser muy similares. El ‘planeta rojo’ llegó a tener océanos. Se ha constatado la existencia de agua en su superficie, lo que abre a puerta a que pueda encontrarse, bien en su superficie o de modo subterráneo.

En esta labor jugará un papel importante la ‘Supercam’ que llevará consigo el ‘Perseverance’. Ha sido desarrollada por el Grupo IBeA. Se trata de una cámara con cinco espectómetros capaces de analizar multitud de elementos situados entre 1 y 7 metros de altura. En su desarrollo han intervenido la Universidad de Valladolid, como coordinadora, junto a la Universidad de Málaga y la Universidad Complutense de Madrid, además de la UPV. “Es el más complejo sistema espectrópico para hacer análisis a distancia. Cada una de sus unidades aporta parte de información que combinada va a permitir hacer no solo análisis químicos sino también petrográficos, algo que ninguna misión anterior a Marte ha podido hacer”, asegura Juan Manuel Madariaga, catedrático de Química Aplicada.

El equipo de investigación IBeA también ha participado en otro importante estudio que será clave para el éxito del amartizaje previsto para hoy. El grupo de investigación ha sido uno de los encargados de diseñar una de las cuatro rutas que se prevé que pueda tomar el ‘Perseverance’ en su llegada a Marte. En función de la que finalmente desarrolle determinará parte de la labor a desempeñar de acuerdo a las particularidades del lugar en el que se desenvuelva el rover. Para ello tuvo que mapear el área e incluso ha tenido la oportunidad de ‘bautizar’ tres de las áreas de Marte: ‘Urdaibai’, ‘Urbasa’ y ‘Basque Coast’.

Además, la UPV ha recibido la responsabilidad por parte de la NASA de constituir un centro de operaciones del programa Mars2020 desde el que se recogerán informaciones del ‘Perseverance’ y se podrán dar instrucciones. Se ha habilitado en la Plataforma Tecnológica Martina Casiano de la UPV y desde el que hoy se seguirá con mucho detalle la llegada del rover a Marte. El centro estará abierto al público interesado en seguir el desarrollo de las labores de ‘Perseverance’. El siguiente reto es que la NASA pueda asignar al centro académico vasco como uno de los responsables para en análisis y estudio de alguna de las 40 muestras que dentro de alrededor de una década se confía en poder traer desde Marte.