"La gente no te toma en serio hasta que tus cohetes vuelan". Así lo asegura Ezequiel Sánchez, presidente ejecutivo de la empresa aeroespacial PLD Space, que en octubre del año pasado hizo historia al lanzar el Miura 1, el primer cohete privado de Europa. Desde luego, aquello hizo que ahora todo el mundo les tome en serio: acaban de ganar un contrato de la Agencia Espacial Europea (ESA) y el Gobierno de nuestro país les ha adjudicado 40,5 millones de euros del PERTE para desarrollar su próximo proyecto.

A Sánchez el lanzamiento del Miura 1 no se le olvidará nunca. "Se te pasan muchas cosas por la cabeza, pero cuando ves que el cohete vuela es la demostración empírica de que esto verdaderamente tiene sentido. Fue un momento muy emocional, y aunque duró muy poco tiempo a mí se me hizo muy largo a medida que íbamos alcanzando todas las metas que nos habíamos propuesto. El único objetivo que nos faltó fue el de recuperar el cohete, pero era algo muy secundario. Así que cuando vimos que todo había ido bien, a las tres de la mañana, llamamos a un bar para ir a celebrarlo todos", recuerda.

Pero, a pesar de su enorme importancia y significado, el Miura 1 era una prueba. Su principal utilidad era testear tecnologías y mecanismos y recabar información para desarrollar el Miura 5, el proyecto estrella de la empresa. Se trata de un cohete que pondrá pequeños satélites en órbita, que será tres veces más grande que su predecesor y que integrará el 70% de la tecnología del Miura 1. Su primer lanzamiento está previsto para 2025, y si todo va bien en 2026 iniciará su actividad comercial.

"Ya hemos definido por completo el diseño del Miura 5, y estamos desplegando las infraestructuras que necesitamos para poner a prueba las tecnologías que ahora estamos desarrollando. Hemos ampliado nuestras instalaciones y estamos haciendo unos nuevos bancos de ensayos. Pero vamos incluso por delante de lo que teníamos previsto. En este 2024 hemos recortado 12 días de la planificación que habíamos hecho", relata Sánchez.

El desarrollo del Miura 5 coincide con una gran crisis en Europa. Y es que los cohetes capaces de poner satélites en órbita escasean, precisamente en un momento en el que la demanda se ha disparado. Tal y cómo explica Sánchez, el Viejo Continente lideró con mano de hierro este sector durante las últimas cuatro décadas. Pero los problemas de las lanzaderas europeas Ariane 6 y Vega, las dos que prestaban estos servicios, coincidieron con el crecimiento de SpaceX en Estados Unidos. Y ahora la empresa americana se ha convertido en la referencia del sector.

"A nosotros nos comparan con SpaceX, y es cierto que el precio que te dan está muy bien. Pero conseguir disponibilidad para volar con ellos no es tan fácil", recalca Sánchez, que detalla que ya han tejido una red de contactos entre las compañías más punteras del sector. "Al final todo el que ha volado un cohete sabe lo difícil que es, y hay mucho respeto. Cuando me preguntan por la explosión de Starship les digo que no son conscientes del mérito que tiene lo que está haciendo SpaceX de hacer volar algo que es más grande que la Estatua de la libertad, o la mitad de grande que el Empire State. Están expandiendo los límites de la tecnología, por eso son una compañía con muchísimo mérito", afirma. 

Están codeándose con los mejores del mundo. Pero desde el principio PLD Space se ha enorgullecido de tener su base en Elche. Lo que para otros sería un hándicap para ellos, según explican, es una ventaja competitiva. Ahorran costes y tiempo de transporte, y están consiguiendo atraer talento a una ciudad donde "se vive muy bien". En los últimos seis meses han contratado a 54 personas (ahora son unos 170), y quieren seguir a ese ritmo para acabar el año con cerca de 300 trabajadores. 

Sin embargo, sus éxitos, aseguran, repercuten en todos. El Miura 1 convirtió a España en el décimo país en tener acceso directo al espacio. Y eso, más allá de ser un hito a nivel técnico, puede ser importante a nivel estratégico. Sánchez lo ilustra: "Este negocio está pasando de ser algo público a privado. Y ahora tener una industria espacial sólida es un interés nacional para todos, te da autonomía y soberanía. Y como país puedes gestionar los lanzamientos, priorizar unas cosas u otras y colarte en las listas de espera. Y eso puede ser muy interesante en caso de conflicto o de cualquier emergencia, como por ejemplo en la erupción del volcán de La Palma. No es solo demostrar capacidad tecnológica. Es poder utilizarla también posteriormente".

Los entresijos del Miura 5

El Miura 5 será un cohete de dos etapas. La primera tendrá cinco motores, porque se necesita mucha potencia para superar la fase inicial del lanzamiento, que es la más compleja porque es donde la atmósfera es más densa. Pero cuando alcance una determinada altitud el cohete se separará en dos, y la segunda etapa -más pequeña y eficiente- será la que siga adelante, con ayuda de un solo motor. 

Cuando llegue al lugar adecuado, los satélites se inyectarán en las órbitas específicas. Hay órbitas incontables, y cada cliente decidirá dónde quiere ubicar su tecnología, según la función que quieran que cumpla. Porque cada una, claro, tendrá un precio distinto. "Las órbitas típicas pueden estar entre los 350 kilómetros y los 900. Pero cuanto más baja sea la órbita, más rápido tiene que ir el satélite para no caerse. Luego sus trayectorias pueden ser muy distintas, algunas pasan por los polos, algunas por el Ecuador y luego hay algunas más complejas, que pasan por un sitio cuando es de día y por otro distinto cuando es de noche. Estas últimas son las más interesantes a nivel comercial", detalla Sánchez. 

El Miura 5 se lanzará desde el Puerto Espacial de Kourou, ubicado en la Guayana francesa, que es el que suele utilizar la Agencia Espacial Europea. Su cercanía al Ecuador lo convierte en el mejor del planeta, porque permite enviar más carga a bordo de los cohetes. Por poner un ejemplo, en comparación con el legendario puerto de Cabo Cañaveral que utiliza la NASA, el de Kourou permite lanzar un 12% más de carga. 

Imagen del futuro Miura 5. PLD SPACE

El año pasado cerca del 96% de los satélites que se pusieron en órbita pesaban menos de 540 kilos, que es precisamente el límite de carga que tendrá el Miura 5. O sea que, a día de hoy, PLD Space sólo podría perder el 4% de la cuota de mercado. Sin embargo, no descartan trabajar en un futuro con satélites más grandes, ni tampoco lanzar misiones tripuladas por humanos. "No hemos hecho públicos nuestros planes sobre qué haremos después del Miura 5, pero los sabemos. Desde luego ese cohete no será lo último que haremos. Lo que pasa es que nuestra filosofía es cumplir lo que prometemos. Por ahora el Miura 5 es lo suficientemente complejo para centrarnos solo en su desarrollo. Pero queremos ser la compañía de espacio más influyente de Europa, y eso requiere ir por delante", comenta Sánchez.

Aunque están haciendo historia, a día de hoy PLD Space no es una empresa rentable. El propio Sánchez explica por qué: "La industria del espacio es compleja, porque tiene muchas barreras de entrada. En nuestro caso hemos tenido que desarrollar muchas infraestructuras, construir espacio puertos, desarrollar tecnología, ganar credibilidad…Y todo eso es muy costoso. El avance que hicimos fue haber tenido un primer vuelo exitoso y que la gente viera que somos serios. Y ahora tenemos que seguir manteniendo ese nivel de calidad, porque es cierto que cuando consigues superar todo esto esta industria es rentable, es muy buen negocio. Nosotros esperamos empezar a facturar ahora y en dos años y medio recuperar la inversión que hemos hecho".

Aún con todo, Sánchez considera que nuestro país tiene un gran futuro en el sector aeroespacial... Si se hacen las cosas bien. "Creo que tiene que haber una apuesta decidida. España es una potencia en espacio a nivel europeo y con capacidad mundial en muchos campos. PLD Space está ya en el top-5 de compañías a nivel mundial en su sector, y somos la primera a nivel europeo. Y cuando tienes una industria que es competitiva, tienes que rentabilizarla y hacer que crezca. Así que yo pediría que en la futura estrategia del espacio hubiese un soporte comercial para hacer que nuestra industria pueda vender al exterior", concluye.