El hervidero de la Cumbre del Clima ha concentrado en Madrid a más de 20.000 personas entre técnicos, políticos, empresarios y grupos ecologistas. Entre estos últimos la organización ecologista Greenpeace se ha mantenido muy activa tanto dentro como fuera del territorio de la ONU creado estos días en Ifema. La organización, como suele ser habitual, se mueve en esos dos planos. En la calle ha llevado a cabo sus acciones mediáticas como la que inauguró la cumbre cambiando el eslogan de la ciudad, Madrid Green Capital (Madrid capital verde) por Madrid Grey Capital (Madrid capital gris), que el Consistorio había creado con la ocasión de la cumbre.

Pero si las acciones con sus banners amarillos marcan la imagen de la organización, en todas las cumbres y encuentros políticos medioambientales hay otra parte menos visible, la política. En esta cumbre ese papel ha recaído en la Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional. Morgan, junto con otros representantes de la sociedad civil, ha mantenido encuentros con actores clave de las negociaciones y ha participado en diversos actos de los muchos que han tenido lugar estos días en Madrid, donde se ha presentado con la mejor aliada de los activistas que luchan contra el cambio climático: la ciencia.

“La ciencia es la base de todo si los políticos estuvieran dispuestos a actuar con la ciencia, interpretarla y entenderla al nivel de su urgencia y avanzar estaríamos en una situación mucho mejor. Los científicos necesitan ser ESCUCHADOS, con letras mayúsculas, necesitan estar aquí, necesitan continuar. Ellos son los que están gritando con las evidencias”, explica a El Independiente.

La directora ejecutiva de la organización ya tiene las miras puestas en la siguiente cumbre que tendrá lugar el año que viene en Glasgow. “Creo que el mensaje que sale de esta COP es que debemos actuar en todos los niveles de la sociedad y los gobiernos. Glasgow será muy importante para hacer progresos y que todos los países aumenten su ambición, no importa lo que diga la COP [25], la ciencia es muy clara y la presión hará más fácil involucrarse y el Gobierno británico necesitará ser fuerte y avanzar”.

Si antes de la cumbre la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, nos reconocía que estamos viviendo un tiempo para el activismo, las dos semanas de cumbre se han visto múltiples acciones de activistas, incluso dentro del plenario de la ONU, lo que terminó con la expulsión de los observadores. Morgan estuvo con ellos negociando su readmisión en la cumbre. “Veo muchos nuevos grupos involucrándose y usando todas las vías posibles para tener voz en este proceso”, asegura. Un movimiento que para Morgan todavía tiene recorrido: “Creo que esto va a crecer y veremos la respuesta de los gobiernos que mostrarán la confianza que les han dado los ciudadanos y van a marcar el camino a seguir, enfrentándose a los combustibles fósiles y los gases de efecto invernadero. Estos movimientos van a crecer y el activismo va a ser incluso mayor”, asegura.

Mujeres y jóvenes

La cumbre ha tenido dos colectivos que salen muy reforzados: los jóvenes y las mujeres. “Los jóvenes son vencedores de esta cumbre en el sentido de que han podido venir y enfrentarse a ministros y políticos y señalar el papel de las industrias de combustibles fósiles y decirles que les están vigilando, pero no son los ganadores porque no han conseguido lo que piden, pero sí son los que están empujando para que la situación avance”, asegura Morgan.

Las empresas de combustibles fósiles han venido a Madrid a conseguir una normativa de escape para los mercados de carbono

Sobre las mujeres, la ecologista asegura que cuando piensa en la mujer en la COP, piensa "en las líderes que hay aquí y en las mujeres que lideran estos movimientos jóvenes”. En este sentido figuras como las de Greta Thunberg o Luisa Neubauer, jóvenes y mujeres, son las claras protagonistas de la cumbre. A esto hay que sumar que se ha aprobado que en las políticas de cambio climático de la ONU se tendrán en cuenta las perspectivas de género. “Es muy bueno poner atención en los asuntos de género porque no solucionaremos el cambio climático sin más empoderamiento y más voces de mujeres de todo el mundo ni sin el apoyo a las mujeres y el papel que desempeñan en sociedad. Espero que esto ponga una nueva energía sobre este ámbito”. 

La parte más negativa de esta cumbre para Jennifer Morgan la han puesto "las empresas de combustibles fósiles que han venido a Madrid a conseguir una normativa de escape para los mercados de carbono así pueden seguir usando y extrayendo petróleo y compensar sus emisiones”.

Para Morgan, la atención ha aumentado en estas empresas en esta COP, pero señala un hecho que para ellas es “la gran noticia empresarial” de la cumbre que “la Comisión de Derechos Humanos de Filipinas ha asegurado que las grandes empresas contaminantes puede ser perseguibles por sus daños en las comunidades locales”. Para Morgan, pese a los avances de muchas empresas en anuncios y políticas de descarbonización, en esta cumbre “no hemos visto el liderazgo que necesitamos por parte de las empresas”.