Las imágenes de las playas mediterráneas desaparecidas por las olas provocadas por el temporal Gloria cada vez son más frecuentes en la costa mediterránea. Una frecuencia que pone en peligro la viabilidad y sostenibilidad de algunas playas, a la luz de la predicciones científicas que esperan al Mediterráneo y que apuntan a un mayor número de temporales y más virulentos como un efecto directo del cambio climático.

“Para saber si el cambio climático está detrás de Gloria hay que hacer un estudio de atribución. No es una situación habitual pero sí recurrente. Es verdad que algunos estudios sí que indican que los patrones están cambiando, estudios que indican que  la formación de borrascas está pasando del patrón oeste-este a otros que más norte-sur o noroeste-sureste. ¿Esto podría guardar una relación con Gloria? Sí, porque los patrones norte-este suelen desembocar en borrascas en el Mediterráneo, pero es pronto para establecer una atribución directa” explica el meteorólogo Roberto Granda.

“En los últimas décadas ha aumentado la temperatura del Mediterráneo y esto facilita fenómenos más virulentos por el contraste con el aire frío”, explica Granda. El mayor número de fenómenos extremos y su mayor recurrencia exponen a las costas del Mediterráneo y en particular a sus zonas más vulnerables, las playas a constantes pérdidas de arena. Este ha sido el caso de Gloria que ha sido especialmente llamativo en su virulencia en el mar y su impacto en la costa, habiendo batido récord de altura de olas en las costas de Valencia y Mallorca

Playas vulnerables

Miriam García Gracía, urbanista y directora de la consultora LandLab y autora del estudio La reinvención de la costa. 2100: Escenarios de cambio climático de la costa metropolitana de Barcelona tiene claro que muchas playas de la costa española van a desaparecer antes de que suba el nivel del mar, un metro en 2100 según los cálculos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC).   

habrá que plantear cuáles de las playas dejamos, porque mantener de manera artificial las playas va a ser cada vez más insostenible

“Nuestras playas se mantienen de manera artificial porque nuestros ríos no aportan los sedimentos necesarios para que se regeneren solas. Las playas no son magia, se forman por sedimentos. Son tremendamente vulnerables y necesitan aportes sedimentarios extra, eso cuando no son totalmente artificiales. El problema es que cuando llegan fuertes temporales arrastran la arena”, explica García Gracia.

Para esta consultora “la mayoría de la playas tiene déficit sedimentario y de cara al futuro habrá que plantear cuáles de las playas dejamos, porque mantener de manera artificial las playas va a ser cada vez más insostenible”. Para esta experta no existe un catálogo de soluciones para las playas, cada una de ellas dependen de muchos factores. “Depende de las corrientes y de la configuración geomorfológica de la zona se pueden desplegar tubos de geotextil para que las ola rompan más lejos de la playa, podemos pensar en diques sumergidos para contener la arena de la playa sumergida, depende de muchas cosas. Tampoco podemos pensar en estructuras duras, como escolleras y diques, porque con el cambio climático las corrientes están cambiando y no van a servir. Recomponer una playa cuesta mucho dinero y un gasto energético tremendo y es una solución temporal, porque al año siguiente tienes que volverlo a hacer”, añade.

“Tenemos que ablandar nuestras costas recuperando hábitats que han desaparecido, porque la playa no es la única geoforma del litoral, hay sistemas dunares, hay humedales y otros ecosistemas litorales que son más resilientes para hacer nuestras costas menos vulnerables”, explica García Gracia.

Paseo de Jávea tras la borrasca Gloria.

Para Pilar Marcos, coordinadora de Área de Biodiversidad de Greenpeace, con la Ley de Costas de 2013 “se han dado por buenas muchas de las destrucciones de hábitats naturales que sirven para amortiguar la subida del nivel del mar. Al final muchas de las zonas que están consolidadas, que son legales aunque los ecologistas reiterábamos que eran un peligro para estos temporales están ahí, es cuestión de frecuencia e intensidad. Lo que estamos viendo es eso". 

“Lo que hemos conseguido en un amparo de leyes urbanísticas y pocas ambientales ¿Cuánto dinero público nos vamos a gastar para que temporal tras temporal tengamos que restaurar las playas de Denia o de todo el levante, o paseos marítimos?”, se pregunta la ecologista.

El 13% de la costa española, urbanizado

Cataluña y Comunidad Valenciana están a la cabeza de la degradación de la costa española. Según datos de Greenpeace, presentados en el informe A toda costa de 2018, en los últimos 30 años (desde la aprobación de la Ley de Costas), la superficie urbanizada junto al mar se ha duplicado, pasando de 240.000 a 530.000 hectáreas. Esto implica que un 13,1% de la costa nacional está urbanizada, frente al 2% del interior.

Indicadores de presión urbanística en la costa española

Indicadores de presión urbanística en la costa española Greenpeace

La expansión de las zonas urbanas y el aumento de la construcción a pie de playa, indica un cambio en la actividad económica y de usos del suelo que se caracteriza por un abandono de las actividades agrarias ligadas al mundo rural, a favor de una economía basada en el turismo masivo. La reducción de un 10,6% de la vegetación de la ribera de los ríos y otros cauces de agua también expone a las poblaciones a eventos climáticos extremos. Las lluvias torrenciales, que descargan miles de litros rápidamente y con un terreno yermo sin vegetación o incluso urbanizado en zonas inundables, son un peligro para la seguridad ciudadana, según este informe de Greenpeace. Algo que hemos constatado en las últimas danas vividas la costa mediterránea.