Este martes Ecologistas en Acción, Federación de Consumidores y Usuarios CECU y Greenpeace España han emitido un comunicado en el que informan de que han presentado sendas denuncias por "declaraciones ambientales engañosas" contra Repsol ante la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) y ante la Dirección General de Consumo.

Según se recoge en el texto las tres organizaciones demandantes llevaron a cabo una investigación entre 2022 y 2023 para analizar el impacto de la actividad de Repsol sobre la deforestación en Indonesia y su contribución al cambio climático. "España es el principal importador de aceite de palma de Indonesia y el mayor productor de biocombustibles en la UE. Y es la empresa Repsol uno de los principales importadores de aceite de palma y productor de biodiésel con este aceite", aseguran las tres organizaciones.

Los resultados de esas investigaciones, siempre según los demandantes, demostrarían que Repsol "oculta en su comunicación pública y en su publicidad la deforestación y demás impactos ambientales y sociales provocados para la producción del aceite de palma que se utiliza para la fabricación de sus biocombustibles". De esta manera, las tres organizaciones afirman que el aceite de palma que utiliza la compañía petrolera no es sostenible y no reduce las emisiones de gases de efecto invernadero respecto al combustible fósil convencional, contribuyendo al calentamiento global y provocando deforestación y pérdida de biodiversidad.

Repsol no puede afirmar que los biocombustibles fabricados a partir del aceite de palma reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

El conflicto legal viene a raíz de que Repsol califique sus biocombustibles como "sostenibles", "ecocombustibles", "neutros en carbono", "con baja huella de carbono" o "renovables". Las tres organizaciones apuntan que estos términos son generales y equívocos, lo que resulta "engañoso" para la ciudadanía: "Su estrategia de marketing y publicidad induce a la confusión de la ciudadanía, al estar plagada de información parcial, vaguedades, ocultación de información relevante o directamente alegaciones ambientales engañosas".

"Repsol no puede afirmar que los biocombustibles fabricados a partir del aceite de palma reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Si tenemos en cuenta la deforestación provocada por la expansión de los cultivos de aceite de palma, el consumo de biodiésel elaborado a partir de este material emite tres veces más gases contaminantes que los combustibles fósiles, y agravan de este modo el calentamiento global", ha declarado Josep Hurtado, de Ecologistas en Acción.

"La desinformación de Repsol sobre sus supuestos combustibles ‘bio’ deja en situación de indefensión a las personas consumidoras", ha afirmado David Sánchez, director de CECU. "Estas declaraciones ambientales engañosas no solo confunden a consumidores e inversores, sino que propagan falsas narrativas que contribuyen a generar una cultura de la desinformación sobre la lucha climática y el verdadero compromiso empresarial", ha añadido.

Por su parte, fuentes de Repsol sostienen que "estas demandas tratan de desprestigiar una solución que la Unión Europea considera válida y alternativa a la electrificación para reducir de manera inmediata y asequible las emisiones de CO2. Además, tratan de confundir a la sociedad, cuando la materia prima que se emplea está regulada por la normativa, supervisada y certificada.

"Repsol acaba de poner en marcha la primera planta de combustibles renovables de la Península Ibérica, en Cartagena, que usa exclusivamente residuos orgánicos para producir 250.000 toneladas al año de combustible renovable", matizan.

"Hoy se vende diésel renovable al 100% a público general en más de 10 países europeos, como Finlandia, Dinamarca, Noruega, Suecia, Estonia, Lituania, Letonia, Holanda, Bélgica e Italia; y Alemania acaba de aprobar la venta de este combustible en estaciones de servicio. Otros países también lo comercializan para flotas de transporte.”, finalizan.

Las organizaciones firmantes cuestionan en su denuncia la metodología utilizada por la petrolera para calcular su huella de carbono y, por tanto, su compromiso de alcanzar cero emisiones netas en 2050. Uno de los elementos clave en esta estrategia de descarbonización de Repsol es la producción y venta de combustibles "sostenibles", "eco", "neutros en carbono", "bajos en carbono" o "renovables", incluyendo los fabricados a base de aceite de palma, que la empresa considera que "no contaminan" o "contaminan menos".

"No solo engañan con sus falsos biocombustibles. Si hacemos caso a sus datos, solo el 0,8 % de la producción de energía de Repsol en 2022 tuvo un origen supuestamente ‘renovable’. El resto, más del 99 %, corresponde a la producción de petróleo y gas. Esta apuesta por los combustibles fósiles es incompatible con los objetivos del Acuerdo de París, con las recomendaciones del IPCC y los últimos compromisos alcanzados en la COP28 en Dubai. La ruta hacia la descarbonización de Repsol no existe, es una falacia, una gran operación de greenwashing", ha declarado Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España.

"Las organizaciones pretenden, por un lado, que la infracción sea debidamente sancionada: exigen la responsabilidad accesoria de sus representantes legales y personas que integran los órganos directivos que hayan intervenido en la infracción, así como se impongan otras sanciones accesorias que legalmente procedan. Finalmente, solicitan que se dé publicidad de la sanción y se ordene su rectificación pública por parte de la empresa sancionada. Como una de las mayores emisoras de gases de efecto invernadero del mundo, y una de las principales compañías de petróleo y gas, la falta de compromiso real de Repsol con la transición climática ha tenido y tendrá en los próximos años un impacto determinante sobre el clima", zanjaba el comunicado.

Por su parte, fuentes de Repsol consultadas por Europa Press consideraron que estas demandas "tratan de desprestigiar una solución que la Unión Europea considera válida y alternativa a la electrificación para reducir de manera inmediata y asequible las emisiones de CO2" y aseguraron que "tratan de confundir a la sociedad, cuando la materia prima que se emplea está regulada por la normativa, supervisada y certificada".

Estas demandas se producen después de la que el pasado mes de febrero Iberdrola presentara una demanda contra Repsol en el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Santander por competencia desleal y publicidad engañosa, al considerar que incurría en 'greenwashing' o blanqueo ecológico. Aunque precisamente este mismo martes Autocontrol ha desestimado íntegramente la reclamación.

Repsol gana la primera batalla

La sección primera del Jurado de Autocontrol, Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial, ha desestimado íntegramente una reclamación de Iberdrola contra Repsol por publicidad engañosa.

Asimismo, el organismo impone a Iberdrola el pago de las tasas que eventualmente pudieran devengarse por la tramitación del procedimiento ante Autocontrol.

En concreto, la reclamación fue presentada el pasado 19 de enero por Iberdrola Clientes contra una publicidad difundida en televisión, prensa e internet por Repsol en la que se promocionan sus nuevos combustibles renovables.

En ellas se podía leer: 'La calidad de Repsol ahora 100% renovable. A partir de residuos orgánicos. Ya disponible en más de 50 estaciones de servicio y a final de año en 600'; 'Nuevos combustibles 100% renovables de Repsol'.

Según exponía en su escrito de reclamación, Iberdrola consideraba que esta publicidad resultaba "contraria al principio de veracidad, y, por tanto, contraria a la norma 14 del Código de Conducta Publicitaria de Autocontrol", considerando que era "engañosa o idónea para inducir a error", en tanto a su parecer generaba la impresión de que toda la actividad y productos de Repsol ahora era 100% renovable.

Asimismo, la eléctrica ponía en duda la veracidad del origen 100% renovable de estos combustibles, así como que pudieran ser utilizados por todos los vehículos.