La cumbre del clima de 2024, Cumbre de Partes o COP29, se celebra desde hoy hasta el día 22 en Bakú, la capital de Azerbaiyán. La reunión congrega a los 198 países firmantes de la Convención Marco de Cambio Climático de las Naciones Unidas (CMNUCC) que busca darle solución a la problemática del cambio climático.
El contexto poco favorecedor de la cumbre invita al pesimismo de políticos, científicos y ecologistas. El pesimismo está sustentado en la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, negacionista de la crisis climática que ya sacó en su primer mandato a EEUU del Acuerdo de París y que en campaña se comprometió a hacerlo de nuevo e incluso podría llegar a abandonar la Convención Marco de Cambio Climático de las Naciones Unidas.
Está por ver. De momento su regreso a la presidencia ha caído como una bomba en el sector de las energías limpias de EEUU que está viviendo un momento dorado gracias al impulso político y las subvenciones de Joe Biden. Con todo, hay quien considera que esta situación puede proporcionar un impulso a la ambición de otros países para aumentar su capacidad de financiación y sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero.
Pero la peor cara de la situación no es la de Trump, si no la del propio cambio climático que se manifiesta cada vez con mayor crudeza. Pese a que no es la primera gota fría de la historia, los primeros estudios de atribución climática señalan que la dramática DANA que ha matado más de 200 personas en España no se explica sin el cambio que padece nuestro clima. Lo señaló el World Weather Attribution (WWA) y lo confirma ClimaMeter, proyecto de investigación financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica francés (CNRS). La virulencia de la DANA que ha dejado registros de lluvias récord en España ha sido posible por el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero, otra cosa es que el territorio y la administración estuvieran preparados o adaptados para semejante cantidad de agua.
La lista de eventos catastróficos propiciados por el cambio climático por todo el mundo es amplia y no hace sino imprimir más urgencia a las soluciones de los estados en la COP 29. Sequía e incendios en la Amazonía, incendios en Canadá, Grecia y continuas olas de calor por todo Europa, récord de deshielo en el Ártico, huracanes y otros fenómenos meteorológicos extremos como las inundaciones de Libia, por citar algunos de los más recientes.
Todos estos fenómenos responden al calentamiento global que según avanza el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) tendrá este 2024, de nuevo, el año más caluroso. Pero con un detalle importante por primera vez la temperatura global habrá superado los 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales, momento en el que empezaron las emisiones humanas a alterar el clima. “Después de 10 meses de 2024 ahora es prácticamente seguro que 2024 será el año más cálido registrado y el primer año con más de 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales según el conjunto de datos ERA5. Esto marca un nuevo hito en los registros de temperatura global y debería servir como catalizador para aumentar la ambición de cara a la próxima cumbre sobre Cambio Climático, COP29”, afirma Samantha Burgess, directora adjunta de C3S.
Concretar la ambición
Para que esta cumbre sea un éxito en los objetivos de la diplomacia climática se tienen que dar avances sustanciales en dos puntos. Por una parte la COP29 debe acordar un nuevo objetivo de financiación para el clima: el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés). El objetivo actual es de 100.000 millones de ayuda a los países que padecen el cambio climático y se cumplió por primera vez en 2023. Pero las necesidades de mayor financiación son crecientes.
ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en un informe, publicado este mes de noviembre, calcula que los países en desarrollo necesitarán 1,1 billones de dólares para el clima a partir de 2025. Una cifra que según sus estimaciones debería alcanzar 1,8 billones para 2030. La UE es el actor que se espera que lidere ese compromiso: “Es importante que la UE manifieste claramente su intención de seguir siendo un socio creíble para la financiación de la lucha contra el cambio climático”, sostienen desde el think tank StrategicPerspectives.
El otro punto para el éxito de la COP20 son los compromisos de los países en la reducción de sus emisiones, la denominadas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Desde París en 2024 son la ruta de cada país para llevar a cabo su transición energética. Cuanto menos ambiciosa sea esa ruta más impacto tendrá el cambio climático en nuestras vidas pues habrá más emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera y más subirá la temperatura. Los NDC no tienen que actualizarse, obligatoriamente, hasta 2025 pero se esperan gestos de países importantes como Reino Unido.
Europa es, también en este punto la gran esperanza, la UE se ha propuesto legislar para que en 2040 se haya reducido el 90% de las emisiones de sus miembros y para que sus NDC sean más ambiciosos. La UE ha reducido sus emisiones un 37% respecto a los niveles de 1990 y, de momento, se ha comprometido a alcanzar el -55% en 2030. Según el Informe de situación sobre la acción por el clima de 2024, las emisiones netas de gases de efecto invernadero de la UE disminuyeron un 8,3 % en 2023.
Pero el ritmo de reducción se queda corto según las previsiones de la propia ONU cuyo reporte anual Informe de Brecha de Emisiones denuncia que según los niveles de emisión actual de gases de efecto invernadero "el mundo se encaminaría hacia un aumento de la temperatura de entre 2,6 y 3,1 °C a lo largo de este siglo. Esto tendría consecuencias devastadoras para las personas, el planeta y las economías", subraya el análisis de la ONU. Avisados estamos.
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hace 3 semanas
Al planeta no le pasa nada. China es el problema
hace 3 semanas
Solo por el nivel medio del mar y el incremento que parece estar experimentando, estoy casi convencido de que estamos inmersos en un proceso de calentamiento global, por ello formulé la hipótesis del cañón de fuego hacia 2006 y que apunta al exceso de incendios forestales como factor determinante e ignorado en el cambio climático.
Esta tesis, aun sin aval científico pero tampoco refutada, considera el incremento de incendios forestales en el mundo como una variable asociada al carácter antropogénico de la inmensa mayoría de incendios a nivel global, y a un crecimiento demográfico mundial cuasi geométrico que dirige a la especie humana a un colapso inminente y que, muy probablemente, tendrá lugar durante el presente siglo XXI.
Si desean conocerla pueden buscar HIPOTESIS DEL CAÑON DE FUEGO
hace 3 semanas
Si tan convencidos están del cambio climático y sus consecuencias, más que reuniones internacionales, cada uno en su país preocuparse de realizar las actuaciones necesarias para minorar lo efectos.
hace 3 semanas
Que no nos lo creemos