La fiesta de compromiso de Tamara Falcó e Íñigo Onieva continúa, cuatro días después de su celebración -fue el pasado sábado en la casa que Isabel Preysler tiene en la urbanización Puerta de Hierro- dando mucho que hablar.

A pesar de que finalmente la pareja ha decidido no vender la exclusiva de su pedida de mano y nos quedaremos sin ver cómo fue la presentación oficial de ambas familias, los looks de los asistentes -empezando por la propia marquesa de Griñón, radiante con un diseño lila de Zimmermann del que no ha trascendido ninguna imagen- y la decoración de la mansión de la 'reina de corazones', con cientos de hortensias y lirios, sí se ha filtrado que la cordialidad y las risas reinaron en la velada.

Tal y como apunta diferentes medios de comunicación, Isabel Preysler encajó muy bien tanto con la madre de Íñigo, Carolina Molas, como con su padre, Íñigo Onieva Sr, con el que conversó durante largo rato. Además, se ha dicho que el futuro suegro de Tamara la acogió como si fuese una más de la familia y se mostró de lo más cariñoso y cercano con ella, haciendo de la pedida de mano un día "precioso" y único, como ha revelado a su entorno la socialité.

Informaciones sobre las que le hemos preguntado a Íñigo que, cada vez más cómodo con la expectación mediática que despierta cada uno de sus pasos, ha confesado ante los micrófonos de Europa Press que todo salió "perfecto" en su fiesta de compromiso y todo -la comida, la decoración y la música- fue "fantástico".

"Muy bien, muy felices todos, muchas gracias", ha añadido, confirmando que su madre e Isabel Preysler se cayeron muy bien y que su padre trató a Tamara como una más en la familia: "Sí, la verdad. Todo muy bien".

Sin embargo, Íñigo ha preferido no entrar en detalles sobre los regalos que se hicieron respectivamente en la pedida y con un "los regalos los dejamos para la intimidad" ha evitado dar detalles sobre la exclusiva pulsera de rubíes con la que sorprendió a su futura mujer, ni sobre el carísimo reloj de 50.000 euros con el que le obsequió ella a él.

Además, el empresario ha asegurado que no veremos imágenes de la fiesta en su revista de cabecera y ha revelado el motivo: "Mi familia quiere seguir siendo anónima".