La Pedroche es el fruto de las proyecciones del público. Cristina es quien se ha abierto en canal en Gracias al miedo, un libro que sale de sus diarios personales tras haber sido madre de su hija Laia. Ella insiste en que no se trata de un libro de autoayuda, que no siente que tenga lecciones que dar a nadie.

Ahí se aprecia que es víctima de la cultura que empuja a las mujeres hacia abajo, siempre disculpándose, dejando claro que su espacio está claramente delimitado. Para no molestar ni intimidar, para no ser el blanco de las críticas.

Pero Cristina Pedroche sabe que no puede evitar el odio que va a recibir. Ni siquiera cuando un relato tan vulnerable sirva como el vehículo perfecto para que el público la vea con los ojos de la compasión y comprensión.

"Para conseguir empatizar tendrían que leerse el libro entero", confiesa la presentadora. Admite que tiene miedo porque todo lo que dice "se tergiversa". "Se me hace a veces muy pesado ser quien soy", se sincera. Pero inmediatamente después siente la necesidad de dar más explicaciones, intentar justificar su dolor pese al privilegio que es consciente que tiene.

¿De dónde sale este libro?

Todo empieza con una sencilla pregunta. Es una historia que resonará con muchas mujeres, y que recuerda, por ejemplo, a lo que pasó con Meghan Markle. Cuando se interesaron por ella en aquella entrevista en Sudáfrica se rompió. "La ginecóloga me mira a la cara y me pregunta, ¿cómo estás? Y me vine abajo”, confiesa Cristina Pedroche durante la rueda de prensa.

La presentadora Cristina Pedroche posa durante la presentación de su libro 'Gracias al miedo'.
La presentadora Cristina Pedroche posa durante la presentación de su libro 'Gracias al miedo'. | EFE/ Fernando Alvarado

En ese momento, la comunicadora se sinceró con la ginecóloga y le explicó que, aunque ama a su hija, estaba todo el rato llorando y no lo entendía. La profesional le recomendó que escribiera: "A modo terapia, como si fuera un diario". Fue tiempo después cuando recibió una llamada de Ángel Martín, el que fuera presentador de Sé lo que hicisteis, el programa donde empezó. "Es una persona muy importante para mí", explica Cristina Pedroche. "Ha sido mi ejemplo a seguir en todo", admite.

Fue Ángel Martín quien le dijo que su editora, con quien había escrito Por si las voces vuelven, quería reunirse con ella. Esos primeros pasos hacia publicar sus diarios personales los dio en secreto, sin comunicarse con su pareja, Dabiz Muñoz, o con sus padres. "No quería asustarles", admite la presentadora, pero una vez lo han leído su madre le he preguntado, con seriedad, si está segura de que quiere publicar este libro.

"Necesito que la gente de mi alrededor, aunque hayan pasado ocho meses y piense que ya estoy bien, entienda que no lo estoy. Cuando doy un paso hacia delante y me dicen: 'Si es que lo tienes todo' o 'No te puedes quejar', doy dos pasos hacia atrás", confiesa Cristina. Víctima de la influencia de los demás y de que todo el mundo tenga opiniones. "A las mujeres se nos cuestiona todo", señala. Un discurso muy parecido al que Aitana pronunció esta misma semana en los premios de ELLE.

El equilibrio entre el privilegio y ser desagradecido

Hay muchas cosas en las que Cristina Pedroche tiene mucha suerte. Ella lo sube y enumera los signos de buena fortuna, lo hace con honestidad, no con ganas de presumir. Explica que su parto fue buenísimo, tanto que lo haría "una vez al mes". Aunque luego recula y dice que cada dos. Pero no lo hizo sin miedo, sin las preocupaciones previas y posteriores.

No ayudó que, cuando todavía estaban en el hospital, llegó a sus oídos una crítica dura e innecesaria. "Escucho como hay unas personas criticándome a mí, a mi marido y a mi hija, dentro del propio hospital", confiesa Cristina durante la rueda de prensa. Ella sabe y es consciente de los sentimientos que produce, pero la línea roja está bien clara. "A mi hija que no se la toque, ¿ella qué culpa tiene?", comparte.

Fue la segunda noche, después de pasar horas dando de mamar a su bebé, sin haber dormido. "Había dos mujeres en la puerta de la habitación diciendo cosas horribles sobre mí, sobre mi parto, sobre mi hija... poniéndonos verdes a mí y a Dabiz porque no nos soportaban, les caíamos mal", cuenta en Gracias al miedo. El chef tuvo que salir a llamar la atención a aquellas mujeres, pero el daño estaba hecho. Al escuchar las críticas a la niña, por la mente de Cristina pasó la dolora frase: "Qué pena ser hija de la Pedroche". La habían hundido.

Cristina Pedroche ha admitido que la hundieron cuando, la segunda noche tras nacer su hija Laia, escuchó a dos mujeres criticándola a ella, a su pareja y a la niña.
Cristina Pedroche ha admitido que la hundieron cuando, la segunda noche tras nacer su hija Laia, escuchó a dos mujeres criticándola a ella, a su pareja y a la niña. | EFE/ Fernando Alvarado

Pero al contarlo en la rueda de prensa, una vez más Cristina Pedroche siente la necesidad de explicarse. Sabe que su hija Laia tendrá los enormes privilegios que le otorga su profesión. Desde el dinero hasta las oportunidades. Y aún así admite que vive con miedo ante la posibilidad de que, haber puesto su apellido primero, haga que la niña sea blanco fácil de los comentarios en el colegio. "Intento entender qué he hecho para levantar ese odio", se sincera.

La petición de Cristina

"De la Pedroche de antes casi ni me acuerdo", revela. "Con el tiempo iré rescatando las cosas buenas de la Pedroche anterior, pero las cosas buenas de ahora me las quedo", añade. Durante más de una vez en la conversación con los periodistas, Cristina se ha emocionado. Aunque ha intentado no llorar, admite que está especialmente sensible por las mañanas y que va cogiendo fuerza a lo largo del día.

Aunque dice que no tiene un escudo o un caparazón para todo el odio al que se expone ahora, se aprecia en sus palabras que está a la defensiva. Una y otra vez matiza y detalla qué quiere decir. Tiene miedo de la repercusión de sus palabras: "Llega un momento en el que te escondes", admite Cristina después de contar que sufrió el acoso en redes sociales porque había perdido el peso del bebé y le cabían sus vaqueros de antes del embarazo en solo tres semanas.

Cristina Pedroche no ha podido evitar emocionarse en varias ocasiones durante la rueda de prensa de su libro.
Cristina Pedroche no ha podido evitar emocionarse en varias ocasiones durante la rueda de prensa de su libro.

"Todas las hostias me las llevo yo. Habrá muchas madres o ginecólogas que habrán escrito libros más interesantes que el mío pero no llegan a dónde llego yo. Y claro, no se llevan las hostias que me llevo yo. Unas por otras", comenta en tono jocoso.

Es autoconsciente y quiere proteger a su hija de todos los comentarios que ella recibe. Por lo que no quiere publicar su imagen en redes sociales ni que lo hagan los medios de comunicación. Explica que, por mucho que la pixelen, la fotografía sin pixelar existe y está en manos de a saber quién, por eso pide espacio y respeto. "La gente me dice que con el tiempo te acostumbras. Pues no", zanja.