"Ya estamos en Madrid en un campo de la Cruz Roja". Fawad Ahmad, el traductor que contó a El Independiente que temía que los talibanes lo degollaran por trabajar para las fuerzas españolas, ya está a salvo. Así lo confirmaba este sábado a última hora de la mañana por whapp. El viernes nos había confirmado que después de días de una angustiosa espera había podido llegar al aeropuerto Hamid Karzai de Kabul junto a su familia.

Fawad Ahmad, de 34 años, es uno de las 110 personas que ha sido evacuada por el gobierno de España en el segundo avión que logra cumplir con esta misión. Partieron de Kabul el viernes y tras una escala en Dubai aterrizaron en la base aérea de Torrejón de Ardoz este sábado. Desde Herat se trasladó a Kabul, donde llevaba esperando desde la caída de la capital en manos de los talibanes, el pasado 15 de agosto.

Trabajó con el ejército español en Badghis durante siete años. Cuando el gobierno ofreció a unas decenas de colaboradores salir del país, a instancias de una campaña que promovió la reportera Mònica Bernabé, Fawad Ahmad optó por quedarse porque su padre estaba enfermo y no podía traerlo. Su padre ya murió y ahora temía por sus hijos, dos chicos y dos chicas, sobre todo. Aceptó una indemnización entonces. El gobierno español se ha abierto a evacuar también a los que aceptaron esa compensación entonces, dado que las circunstancias han empeorado sustancialmente.

En el primer vuelo llegaron otras 55 personas. A mediodía del sábado han visitado esta zona de primera acogida el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Sánchez ha asegurado que "estos 20 años de presencia española en Afganistán no han sido en balde", a pesar de que los talibanes han tomado el poder antes incluso de que se fueran totalmente las fuerzas internacionales.

El dispositivo seguirá mientras queden colaboradores de las fuerzas internacionales en el país, según han confirmado a los medios el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, y la ministra de Defensa, Margarita Robles. La titular de Defensa hablaba el viernes en Radio Nacional de España de las enormes dificultades de este operativo de evacuación, ya que los accesos al aeropuerto de Kabul están abarrotados de gente, desesperada por salir. Y los talibanes controlan toda la ciudad y han establecido controles.

Espera angustiante

Por esa razón, Fawad Ahmad daba cuenta esta semana de la angustia que han padecido. Algunos intérpretes iban al aeropuerto y luego tenían que volver sin poder salir. Necesitaban soldados españoles para avalar su identidad, según los talibanes.

También le había llegado la información de que el jefe de la provincia de Bagdhis, donde se desplegaron las tropas españolas, estaba amenazando con matar a los que habían colaborado con el ejército. "Cada día que pasa es más peligroso para nosotros. No tenemos sitio donde quedarnos ni forma de llegar al aeropuerto", decía entonces.

Muchos temían acercarse al aeropuerto porque en las avalanchas hubo varios muertos. Son estremecedoras las escenas en las que una familia pasa por encima de un muro a un niño de corta edad que recoge un soldado. La ministra Margarita Robles contó en RNE cómo una familia de las que ahora han llegado a España tuvo que dejar a uno de sus hijos en la pista de Kabul porque la perdieron en el caos imperante.

Afortunadamente Fawad y su familia, su esposa y cuatro hijos, han podido salir de Afganistán. La operación desplegada por el gobierno español está dando sus frutos poco a poco. Va más lenta de lo que desearían todos los que están implicados pero hay esperanza en que pueda culminarse bien.

España ha prometido evacuar a todos aquellos que hayan colaborado con las tropas y el gobierno. Con sus familias, se calcula que serán varios cientos. "No vamos a dejar a nadie atrás", insiste el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares.

Lida Noori, la intérprete con quien contactó El Independiente, sigue a la espera. Confía en que ella, su marido y sus dos hijos, de seis y cuatro años, puedan disfrutar pronto de la tranquilidad que tiene Fawad de estar fuera de peligro.