Como si fuera una teleserie con un final de infarto, el líder ruso, Vladimir Putin, se ha reunido con el Consejo de Seguridad para abordar la crisis con EEUU y los aliados en una sesión que ha sido retransmitida por televisión. La agenda solo tiene un punto en el orden del día: Ucrania. Y en concreto la independencia de Donetsk y Lugansk, provincias ucranianas donde hay partes controladas por los separatistas prorrusos. Putin ha simulado una consulta con todos sus asesores, entre ellos el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, el titular de Defensa, Serguei Shoigu, o el presidente de la Duma, Vyacheslav Volodin, entre otros. Tras retirarse a deliberar y así dilatar el suspense, Putin ha anunciado que va a firmar en breve el reconocimiento de la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, provincias ucranianas, en una alocución televisada a todo el país.

"Con esta decisión enviaremos una señal en contra de que pisoteen los derechos de nuestros ciudadanos", ha dicho Lavrov, sobre el Donbás. Por su parte, el titular de Defensa denunciaba cómo Ucrania está recibiendo armamento como misiles Javelin. "Nadie aboga por cumplir con Minsk sino que aboga por la vía militar. Tenemos que reconocer". La bolsa de Moscú se ha desplomado, con una caída superior al 12% en el curso de la reunión. Poco antes de anunciarlo, Putin ha informado al canciller alemán, Olaf Scholz, y al presidente francés, Emmanuel Macron, según las agencias rusas. Macron ha convocado al Consejo de Defensa.

El reconocimiento de la independencia de Donetsk y Lugansk ha sido el eje de la reunión en el Kremlin. Este paso permitirá a Rusia entrar en estas provincias ucranianas, con el pretexto de que sus líderes prorrusos demandan asistencia militar y, sobre todo, con la excusa de proteger a la población rusa en esta zona. Y el ministro ruso del Interior, Vladimir Kolokoltsev, ha dicho que incluso habría que reconocer "desde Mariupol hasta sus fronteras históricas". Es decir, allana el terreno a la invasión de estas regiones ucranianas.

Para Ucrania es el equivalente a legalizar una invasión. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha pedido una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Está por ver si esta decisión va a provocar que EEUU y sus aliados activen las sanciones contra Rusia, como demanda Zelensky.

Todo indica que la Unión Europea será contundente. El Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Josep Borrell, ha dicho: "Reaccionaremos de forma unida y fuerte".

Hay precedentes. En el caso de Osetia y Abjasia del sur, Rusia reconoció su independencia después de una guerra relámpago en Georgia en 2008. Aquí sería al contrario: primero se reconoce a Donetsk y Lugansk, y luego se entra a proteger. El resultado es el mismo: se crean Estados ficticios que en realidad son satélites del Kremlin.

Alta tensión en la frontera oriental de Ucrania

La idea que ha querido transmitir el Kremlin es que Putin toma las decisiones de forma transparente y después de consultar a sus asesores. En ocasiones ha planteado preguntas como: "¿Entonces los líderes ucranianos no quieren hablar con los representantes de Donetsk y Lugansk?" o bien "¿no cree que Ucrania vaya a respetar los Acuerdos de Minsk?" El guion ha estado aderezado con alegatos en defensa de la población rusa en el Donbás, que estaría sometida al yugo ucraniano, aplicado de forma implacable.

Previamente, los líderes de las repúblicas autoproclamadas de Donetsk, Denis Pushilin, y Lugansk, Leonid Pasechnik, habían pedido al presidente ruso que reconociera la independencia de sus territorios. La Duma rusa solicitó a Putin la semana pasada que dé este paso, que equivale a declarar la muerte de los Acuerdos de Minsk 2.

Ucrania y Rusia se reprochan mutuamente por la falta de cumplimiento del pacto alcanzado en febrero de 2014, que realmente no se ha llegado a respetar. Más de un millón de personas han pedido allí la ciudadanía rusa, según fuentes rusas.

"Vladimir Vladimirovich, para evitar la muerte masiva de la población de la república, de la que 300.000 son ciudadanos rusos, le pido que reconozca la soberanía e independencia de la República Popular de Lugansk", ha dicho Pasechnik en una declaración en video. Pushilin ha solicitado al Kremlin "considerar la posibilidad de celebrar un acuerdo de amistad y cooperación" con la autoproclamada República Popular de Donetsk, según informa RT.

Durante la mañana del lunes la tensión fue en aumento en el este de Ucrania: Rusia acusó cinco saboteadores ucranianos, a los que habría matado, de querer atacar su territorio. Rusia cuenta con 190.000 tropas en torno a Ucrania, en territorio ruso y bielorruso. En Bielorrusia se mantienen los efectivos que realizaban maniobras, que tendrían que haber regresado a sus bases este domingo. Los informes de Inteligencia apuntan a que dos terceras partes de las tropas están a listas para invadir y a menos de 50 kilómetros de la frontera.

Veto a la expansión de la OTAN

"La crisis de Ucrania está relacionada con nuestros problemas de seguridad. No buscamos una confrontación pero la admisión de Ucrania en la OTAN es una amenaza real porque Kiev querrá recuperar Crimea". Putin mantiene que Ucrania está siendo instrumentalizada por EEUU y sus aliados.

En la reunión del Consejo de Seguridad, ha intervenido el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, quien ha señalado que la vía del diálogo sigue abierta. "Pero seguimos exigiendo que se detenga la expansión de la OTAN. Nuestras propuestas no son un menú que se pueda elegir". Al tiempo confirmaba su encuentro con el jefe de la diplomacia de EEUU, Antony Blinken, con quien se verá el jueves 24 en Ginebra. Lo que insinúa Lavrov es que EEUU está dispuesto a suspender el ingreso de Ucrania en la OTAN, pero demanda más claridad.

"Nuestra impresión general es que Occidente intenta fragmentar nuestras propuestas sacando de contexto frases sueltas... Queremos entender en qué consisten los supuestos cambios de posición de EEUU", ha dicho Lavrov. El ministro de Exteriores se refiere a la posibilidad de posponer sine die el ingreso de Ucrania en la OTAN, como dice el Kremlin que plantea Washington.

En el encuentro, Putin y Lavrov han dejado claro que su deseo es negociar directamente con Estados Unidos, ya que el presidente francés, Emmanuel Macron, empeñado en abanderar la mediación, no ha sabido exponer hasta qué punto puede cambiar la posición de las potencias occidentales. Desde el Elíseo, este lunes se anunciaba que Putin y Biden habían aceptado una cumbre en principio, siempre y cuando no hubiera invasión.

Al principio del encuentro en el Kremlin, Putin ha dicho que "nadie pone en cuestión" que en 2014 tuvo lugar un golpe de Estado armado en Ucrania y que algunas regiones del país no reconocieron al gobierno resultante. Ha dicho que Rusia ha hecho todo lo posible para solucionar el conflicto pero Kiev ha maltratado a la gente que vive allí todos estos años. Ha añadido que Ucrania no tiene intención de respetar los Acuerdos de Minsk.

Incluso el ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, ha señalado que Ucrania quiere volver a ser una potencia nuclear. Lo dice porque el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, denuncia que Rusia no respeta el Memorándum de Budapest por el cual Ucrania renunció a su arsenal nuclear a cambio de garantías de seguridad.

Dmytri Medvedev, quien fuera presidente cuando Putin fue primer ministro y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, ha señalado en su intervención: "No hay que pedir nada, porque vendrán y te lo ofrecerán". Es lo que cree Rusia. Son Donetsk y Lugansk los que llaman a la puerta del Kremlin. Y ha añadido: "Sabemos cómo lidiar con las sanciones. Ucrania no tiene la importancia de Rusia en la escena internacional".