"No queremos la guerra, pero si Putin nos ataca, protegeremos a nuestras familias". En la Plaza del Teatro de Mariúpol, enclave estratégico en el sur de Ucrania, se han concentrado este martes unos miles de ucranianos con banderas gualdiazules. No se sienten intimidados por Putin, a pesar de que el líder ruso ha dicho que considera que los límites de las repúblicas Donetsk y Lugansk que acaba de reconocer como independientes van más allá de los territorios dominados por los separatistas prorrusos. Incluirían ciudades como Mariupol, que fue recuperada por los ucranianos en 2014. En esta localidad portuaria viven más de 400.000 personas.

"Nadie sabe lo que tiene en la cabeza Putin, pero si está dispuesto a llegar hasta Mariupol se enfrentará a los soldados ucranianos que nos protegen. También a una población que en su mayoría está dispuesta a resistir", explica por teléfono desde Mariupol Kiriil Vishnyalov, del partido opositor Poder del Pueblo.

La zona más caliente de Ucrania: Donetsk y Lugansk
La zona más caliente de Ucrania: Donetsk y Lugansk. E.I. Gráficos

"Llevamos ocho años bajo la agresión rusa. Esto no es nuevo para nosotros, pero la situación puede empeorar. Tenemos cierto miedo pero no vamos a salir de Mariupol. Estamos acostumbrados", indica Vishnyalov, quien confía que esta vez, al contrario de lo que ocurrió en 2014 cuando Rusia se anexionó impunemente Crimea y alentó a los separatistas prorrusos, las potencias occidentales no se queden cruzadas de brazos.

Objetivo: dividir Ucrania y desestabilizar

Putin está llevando a cabo un plan diseñado en un tablero de Risk para dividir Ucrania y desestabilizarla. En primer lugar, la Duma pidió al líder ruso que reconociera la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk para "proteger" a la población rusa de estas provincias ucranianas, donde la guerra sigue latente desde hace ocho años. Las violaciones del alto el fuego en los últimos días se han multiplicado exponencialmente.

Después de una reunión del Consejo de Seguridad en la que Putin simulaba consultar a sus ministros y asesores más cercanos, anunció que reconocía la independencia de las autoproclamadas repúblicas, que ocupan parte de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk.

Pero este martes ha ido más allá porque considera que las fronteras comprenden zonas que están controladas por el ejército ucraniano, donde se enclavan ciudades como Slaviansk o Mariúpol. Si pretende llegar hasta ellas, con la excusa de dar amparo a la población rusa, los ucranianos van a plantarle cara y será un desastre.

En el mismo decreto que reconocía la independencia, Putin autorizaba a las tropas rusas a entrar en estas repúblicas como fuerza de paz. Había enmascarado una invasión en toda regla bajo una pátina de legalidad. Las tropas rusas no encontrarán problema al moverse por las zonas controladas por los separatistas prorrusos, la más cercana a Rusia, pero sí habrá resistencia en las áreas ucranianas. Será un auténtico baño de sangre.

Están enviando más tropas rusas, por lo que suena aterrador. Pero el ejército ucraniano es fuerte en esa región... Si los rusos quieren avanzar, no les resultará nada fácil"

arsenyi, procedente de bakhmut

"Están diciendo que las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk deberían tener todo el territorio del Donbás. Están enviando más tropas rusas, por lo que suena aterrador. Pero sabemos que el ejército ucraniano es fuerte ahora en esta región. Esperamos que la comunidad internacional impida que Rusia ataque ciudades como Mariúpol y Bakhmut", cuenta en conversación telefónica Arsenyi, de 22 años, que procede de Bakhmut, otra de las localidades ucranianas en el Donbás."Si los rusos deciden hacerlo, no les resultará nada fácil". Muestra de que Rusia está preparando un escenario bélico es que ordenado a sus diplomáticos salir de Ucrania.

Arsenyi, que ahora estudia en Kiev, señala que en Bakhmut antes había más contactos con la comunidad rusa, pero se ha ido reduciendo desde la guerra de 2014. "Antes la gente iba a trabajar a Rusia de forma temporal, pero ya no. Ahora prefieren probar suerte en Polonia o en cualquier país de la UE". El Covid, según indica, ha cerrado más las zonas donde se impusieron los separatistas prorrusos.

Como señala Kiriil Vishnyalov, que trabaja para el ayuntamiento, para saber qué pretende Putin habría que estar en su cabeza. Pero si hacemos caso de su discurso el lunes, resulta evidente que difícilmente se va a conformar con el control, que ya tenía, de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, que además son zonas yermas, que necesitarían una salida como ofrece Mariúpol para tener alguna viabilidad económica.

Mariúpol, junto al mar de Azov, tiene dos plantas dedicadas al acero. Los gobiernos de Kiev han mimado a la ciudad porque es la puerta de entrada a Ucrania desde Rusia. Desde hace unos años se ha parado la salida de jóvenes, que antes huían de una urbe que figura entre las más contaminadas del país. También ha cambiado la orientación: cada vez hay más gente que mira a Ucrania y no a Rusia. Un 58% se declara comprometido con la defensa de Ucrania, según nos cuenta Vishnyalov. Hace unos años habría sido impensable.

Putin dejó claro que en su concepción del mundo Ucrania es Rusia. "Ucrania para nosotros no es solo un país vecino. Es una parte integral de nuestra propia historia, cultura, espacio espiritual", dijo en una intervención que dejó estupefactos a los más experimentados seguidores de la política rusa. Hubo quien se estremeció al pensar que esa figura desafiante que pretende volver a recuperar el espacio soviético lidera un país con armas nucleares.

Aludió a Lenin como el "autor y arquitecto" de Ucrania y amenazó a los ucranianos por pretender tomar distancias con el legado comunista. "¿Quieren encontes la descomunización? Eso nos conviene. Pero no nos quedemos a mitad de camino. Estamos preparados a demostrar cómo es la verdadera descomunización?". Es una amenaza a la integridad territorial de Ucrania. Amenaza con volver a las fronteras anteriores a la Unión Soviética. Implica a todo el sureste de Ucrania.

Un joven porta un cartel contra Putin en una manifestación en Mariúpol
Un joven porta un cartel en el que desea la muerte de Putin, en Mariúpol.

Putin ha vuelto a poner este martes encima de la mesa sus condiciones. Pretende que se reconozca el reférendum de Crimea, que Ucrania no entre en la OTAN y sea neutral, y que Ucrania se desmilitarice. En realidad, busca la rendición de Ucrania, que se convierta en otra Bielorrusia. Es decir, un Estado satélite, que supedita a sus tropas a la voluntad del Kremlin. Y que mantiene un régimen autócrata, alejado de la Unión Europea y de la OTAN.

La situación se ha agravado de tal manera que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha ordenado a los reservistas a prepararse. Habla de la reserva operativa, militares retirados y ciudadanos con entrenamiento. "Debemos aumentar la preparación de ejército ucraniano para todos los posibles cambios en la situación operativa", ha dicho.

A pesar de la agresión rusa, quienes se levantaron hace ocho años en demanda de mayor libertad no están dispuestos a dar marcha atrás. Saben que les queda mucho para cumplir con estándares democráticos, y han de adoptar medidas contra la corrupción, pero no miran ya hacia Moscú. Putin lo sabe y de ahí su incontenible rabia.

El líder ruso quiere imponerse por la fuerza. El Kremlin usará los métodos de la guerra híbrida que conoce a la perfección: desinformación, ciberguerra, atentados con bandera falsa, o amenazas. Muchos temen una campaña de terror y violaciones de derechos humanos. Pero los ucranianos tienen menos miedo que cualquiera de nosotros. Saben a lo que se exponen. En la manifestación en pleno centro de Mariúpol un joven porta una pancarta que dice: "Ojalá este 22.2.2022 muera Putin".