En este podcast de urgencia Culturas Políticas se aproxima a la invasión perpetrada por Rusia en Ucrania bajo la guía de tres expertos. Juan Luis Manfredi, que nos acompaña de nuevo, es profesor en la Universidad de Castilla-La Mancha y catedrático Príncipe de Asturias en la Universidad de Georgetown. También retorna a nuestro podcast Beatriz Becerra, escritora, parlamentaria europea entre 2014 y 2019, vicepresidenta de la Comisión de Derechos Humanos y actualmente directora general de Participación, Migración, Acción Exterior, Cooperación, Transparencia y Buen Gobierno en Ayuntamiento de Málaga. Asimismo, contamos con Ruth Ferrero-Turrión es Profesora de Ciencia Política y Estudios Europeos en la Universidad Complutense de Madrid.  

La reacción desde Europa está siendo más compleja de lo que casi todos esperábamos ante una agresión ilegal, injustificada y que amenaza la estabilidad de toda Europa. De un lado, las instituciones europeas han pasado de la tibieza inicial a una rápida y contundente escalada de sanciones y ayuda a los ucranianos. Y sin embargo, al mismo tiempo, a la izquierda, el ministro Alberto Garzón ha condenado la agresión rusa y sugiere disolver la OTAN como primera medida para dialogar con Putin; a la derecha Santiago Abascal y Viktor Orban, reunidos en la Cumbre de Madrid, también condenaban la agresión rusa, y también sugerían dialogar para lograr una desescalada como mejor solución.

Cuando las tropas llegaban a las puertas de Kiev y el ejército ucraniano trataba de liberar el aeropuerto de la capital, Jorge Buixade volvía a insistir, en directo en el Canal 24 horas, en exigir negociar con Putin para lograr una desescalada dialogada; reproducía así el de Vox, con bastante precisión, el punto de vista de la europarlementaria de Unidas Podemos que le seguía en pantalla unos minutos más tarde.  Como se desprende de lo anterior, un elemento en común a todos los actores citados es el euroescepticismo y una profunda convicción iliberal.

Convicción iliberal que también se encuentra, claro está, en el argumentario empleado por Vladimir Putin para justificar su invasión. Nos dice Putin que Ucrania no tiene derecho a existir porque siempre ha sido parte de Rusia; porque su gobierno está compuesto por "nazis" y porque, dados sus lazos con Occidente en general y la OTAN en particular, supone una amenaza existencial para Rusia. Y, como todas las buenas mentiras, todo eso está basado en una parte de verdad. Por ejemplo, como los aficionados al fútbol español saben, es cierto que Ucrania contiene grupos de extrema derecha y que estos han sido utilizados militarmente por el Estado ucraniano en el Batallón de Azov, activo el Donbas desde la invasión rusa de 2014.

También es cierto que el origen de Rusia, en la noche de los tiempos, puede trazarse al Rus de Kiev, allá por el siglo X; y desde luego es cierto que la OTAN se expandió, tras la caída del muro del Berlín hasta incorporar las repúblicas bálticas, otrora partes del imperio zarista y de la URSS y fronterizas con la Rusia actual. Y sin embargo, a pesar de las medias verdades y la manipulación una realidad sigue siendo incuestionable: Ucrania es un Estado soberano, encabezado por un gobierno razonablemente liberal e incuestionablemente democrático. 

Y por eso, después de todo, Europa despertó. Nuestros expertos lo examinan y valoran las decisiones de los europeos y el efecto de la invasión sobre los valores liberales que dan sentido a la Unión y sostienen el orden internacional.  


David Sarias es profesor de Historia del Pensamiento político en la Universidad Rey Juan Carlos.