El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö, ha hecho público este domingo en Helsinki que su país va a solicitar su ingreso en la OTAN. Junto a él estaba la primera ministra, Sanna Marin. Los dos ya anticiparon que tomarían esta iniciativa el pasado jueves. El país, neutral hasta ahora para mantener su buena relación con Rusia, ha dado un giro de 180 grados a su política exterior después de la invasión ordenada por Vladimir Putin el pasado 24 de febrero.

Este sábado el presidente Niinistö conversó con el líder ruso, quien le expuso que Finlandia cometía "un error" al dar este paso. Según Putin, la seguridad de Finlandia no está amenazada. El Kremlin ha amenazado con una respuesta "técnico-militar" si Finlandia y su vecina Suecia se integran en la OTAN y se emplazan armas que considera amenazantes en su frontera.

"Finlandia va a solicitar su ingreso en la OTAN. Nace una Finlandia protegida com parte de una región nórdica estable, fuerte y responsable. Ganamos en seguridad y la compartimos. Es bueno tener en cuenta que la seguridad no es un juego de suma cero", ha dicho el presidente. "Arranca una nueva era".

La primera ministra ha señalado que el Parlamento ha de ratificar esta propuesta, que será aprobada con seguridad. "Nuestra decisión es histórica. Como miembros de la OTAN seremos también responsables de la seguridad de la Alianza". Finlandia, que se independizó de Rusia en 1917, ha librado dos guerras con su vecino, con el que comparte 1.300 kilómetros de frontera. Su neutralidad venía dada por el pragmatismo.

La población finlandesa, y su clase política, está convencida en su mayoría de que así se protege frente a la política expansionista del Kremlin. A finales del año pasado solo uno de cada cinco finlandeses estaba a favor de entrar en la OTAN. Ahora solo el 10% rechaza el ingreso.

"Las amenazas rusas tenían como objetivo impedir la adhesión de Finlandia y Suecia. Rusia siempre ha querido señalar que está muy en contra. Ha querido meternos el miedo en el cuerpo. Pero desde el ataque del 24 de febrero esas amenazas ya no tienen impacto. Ya hemos visto lo que puede hacer Rusia: puede atacar de forma brutal a un país vecino. Ahora el objetivo principal es protegernos de esa amenaza militar que representa Rusia. Preferimos enfrentar lo que venga dentro de la OTAN que fuera", señala Tuomas Iso-Markku, investigador en el Finnish Institute of International Affairs. 

Turquía se hará de rogar

Este domingo se espera que los socialdemócratas suecos también den su visto bueno al ingreso de su país en la Alianza Atlántica. En este caso la neutralidad se explica por ideología principalmente. En los últimos 200 años Suecia no se ha visto inmersa en ninguna guerra.

El ingreso de Suecia y Finlandia en la OTAN debería darse lo antes posible para evitar una "zona gris", es decir, un tiempo prolongado en el que no contaran con la protección del artículo 5 y fueran más vulnerables. Para evitarlo contarán con la seguridad que ha ofrecido el Reino Unido, de momento. Y previsiblemente más garantías.

En la cumbre informal de la OTAN que se celebra este fin de semana en Berlín están presentes diplomáticos de alto nivel de Suecia y Finlandia. El primer escollo que han de salvar es convencer a Turquía para que apoye la entrada de estos nuevos miembros que ha de darse por unanimidad. El presidente turco, Recep Tayip Erdogan, ha mostrado su rechazo porque dice que son países que sirven de refugio a grupos del exilio kurdo. "Prácticamente son un hogar de terroristas", dijo Erdogan.

Los ministros de Exteriores reunidos en Berlín confían en que Turquía finalmente no se oponga. Es posible que Turquía busque algo a cambio de su luz verde. Es posible que pretenda que EEUU agilice la adquisición de armamento por parte de Turquía, como 40 F-16, cuya compra depende de la aprobación del Congreso estadounidense.