Kirill Stremousov, subgobernador de Jersón, ha dicho en un mensaje de Telegram publicado a última hora del martes que "en un futuro muy cercano, la batalla por Jersón es inminente". Por eso, las autoridades prorrusas de la región ubicada en el sur de Ucrania han ordenado a los civiles que abandonen la capital regional ante la inminencia de una gran batalla que la parte ucraniana empieza también a dar por hecho, con acusaciones cruzadas entre los dos bandos.

"En general, la situación en la zona de operaciones militares especiales puede describirse como tensa", ha dicho el general Surovikin, refiriéndose a Jersón en declaraciones para la televisión pública rusa.

Varios responsables de la administración afín a Moscú han instado a la población local a irse de la zona cuanto antes, en previsión de una ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Serguei Surovikin también ha advertido en declaraciones a la agencia TASS de estas operaciones inminentes y ha centrado entre los potenciales objetivos una planta hidroeléctrica.

El gobernador de Nicolaiev, Vitali Kim, aliado de Kiev, ha acusado en cambio a las tropas rusas de prepararse para bombardear ellos mismos la ciudad de Jersón. En este sentido, ha asegurado que son las fuerzas ocupantes quienes han comenzado a preparar la zona para futuros combates, informa la agencia UNIAN.

Encarnizadas hostilidades

La región ucraniana de Jersón fue una de las cuatro cuya anexión firmó este mes el presidente de Rusia, Vladimir Putin, a pesar de que las fuerzas rusas no controlan la totalidad del territorio.

"Se aconseja a la población civil que abandone la zona de las próximas y encarnizadas hostilidades, si es posible, para no exponerse a riesgos innecesarios", añadió Stremousov.

"El enemigo intenta continuamente atacar las posiciones de las tropas rusas", dijo Serguei Surovikin en su primera entrevista televisada desde que fue nombrado a principios de este mes, añadiendo que la situación era especialmente difícil en torno a la ciudad sureña ocupada de Jersón.

Las autoridades tienen previsto evacuar a entre 50 y 60.000 personas en los próximos seis días, en medio de la creciente presión de la contraofensiva ucraniana.

El gobernador ruso Vladimir Saldo dijo que las autoridades estaban trasladando a los civiles a la orilla izquierda del Dnipro para "mantener a la gente a salvo" y permitir que los militares "actúen con determinación".