Tras ocho años de prolongado deterioro, el desenlace del FSO Safer, un superpetrolero con más de un millón de barriles de crudo en sus bodegas y varado frente a las costas de Yemen, podría estar cerca. Una empresa holandesa especializada en la construcción de infraestructuras marítimas iniciará este viernes la operación para evitar una catástrofe petrolera en el mar Rojo.

"El buque Ndeavor partirá mañana viernes del puerto de Rotterdam provisto de todo el equipo de salvamento necesario. Deseo a la tripulación todo el éxito en esta importante misión", ha declarado Peter Berdowski, el consejero delegado de la compañía Boskalis tras anunciar el acuerdo entre su firma y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que en un intento de desencallar la situación emprendió una campaña de micromecenazgo para adquirir las herramientas necesarias.

El buque fondea frente a la ciudad yemení de Hodeida desde que en 2015 se iniciaran los bombardeos de la alianza árabe liderada por Arabia Saudí sobre las zonas de Yemen controladas por el grupo rebelde chií de los hutíes. Construido como un petrolero de casco único en Japón en 1976, desde finales de la década de 1980 ha servido como almacén flotante y terminal de exportación de crudo en aguas yemeníes, en una de las rutas con mayor tránsito del comercio mundial.

La compleja misión comprenderá la retirada de petróleo del FSO Safer, amarrado frente a la costa yemení del Mar Rojo. Se busca transferir más de un millón de barriles de petróleo de un petrolero en descomposición a un petrolero moderno y seguro. Una vez completada la tarea, se acometerá la eliminación responsable del Safer.

"Hemos estado ayudando a la ONU en sus esfuerzos por evitar un potencial desastre ambiental y humanitario masivo frente a las costas de Yemen desde 2021. Estamos muy contentos de que estos esfuerzos y la perseverancia de la ONU para recaudar los fondos necesarios nos hayan llevado a este acuerdo", ha considerado Berdowski. Según la ONU, sería el quinto mayor vertido de un petrolero de la historia y cuatro veces mayor que el que en marzo de 1989 provocó el petrolero Exxon Valdez tras encallar en Alaska. 37.000 toneladas de chapapote cubrieron entonces 2.000 kilómetros de costa y, más de tres décadas después, los daños a la fauna continúan bajo evaluación.

Dos meses de salvamento in situ

En la operación ha participado también Países Bajos. Su ministra de Comercio Exterior y Cooperación al Desarrollo, Liesje Schreinemacher, ha celebrado "la oportunidad de evitar ese desastre". "Los Países Bajos han trabajado duro para movilizar fondos para la operación y ahora se ha dado un nuevo paso importante. "Es bueno que la empresa holandesa Boskalis asuma un papel clave en la respuesta. Los Países Bajos seguirán ayudando a la ONU a llevar esto a buen puerto", deslizan.

Faltan 29 millones de dólares para la operación

El dinero, no obstante, sigue siendo un escollo. "Estamos deseando trabajar con Boskalis y otros destacados expertos para evitar un desastre humanitario, medioambiental y económico. También hacemos un llamamiento a los líderes de gobiernos y empresas para que den un paso al frente y nos ayuden a recaudar los 29 millones de dólares restantes necesarios para completar esta compleja operación de rescate", ha reclamado Achim Steiner, administrador del organismo de la ONU en Yemen.

El calendario contempla un salvamento en varias fases. El equipo completará sus últimos preparativos en Yibuti antes de partir hacia el Safer. Así, la fase inicial in situ se centrará en una inspección minuciosa del buque y su carga y en la creación de un entorno de trabajo seguro. Abandonado a su suerte, durante años las escaramuzas entre hutíes y la coalición árabe impidieron el examen del buque.

Una vez sea asegurado el petrolero, un buque adquirido por la ONU se aproximará al costado e iniciará la operación de bombeo de petróleo de buque a buque. Tras la limpieza del Safer y la transferencia del agua residual, la operación in situ tiene previsto concluir en un plazo de dos meses. "Una vez que el Safer sea declarado limpio y vacío, se preparará para su remolque a un desguace ecológico bajo la responsabilidad de la ONU", concluye la empresa holandesa.