Al ex ministro de Derechos Humanos de Marruecos Mohamed Ziane, de 8o años, se le acumulan los casos judiciales tras convertirse en el principal crítico a la situación política del país, con un rey ausente y un círculo formado por el aparato de seguridad que rige los designios del régimen. La policía marroquí le ha comunicado la apertura de una nueva investigación contra él en plena preocupación por el deterioro de su salud y la negativa de las autoridades de trasladarle a un hospital.

Fuentes de Amnistía Internacional han denunciado a El Independiente que la brigada nacional le visitó recientemente en prisión para informarle de un nuevo caso contra él, un extremo confirmado posteriormente a su abogado por la fiscalía. Fuentes de su entorno desconocen las razones alegadas para esta nueva investigación pero lo atribuyen al intento del régimen alauí de inventar nuevos cargos que prolonguen su período entre rejas.

Desde finales del pasado noviembre Ziane se halla en la prisión de El Arjat, emplazada a unos 10 kilómetros de Rabat, en la ciudad vecina de Salé. El ex ministro de Derechos Humanos de Marruecos está condenado a tres años de prisión incondicional por una miríada de delitos presentados por el ministerio del Interior que él niega completamente, entre ellos, "la ofensa a funcionarios públicos y la Justicia", "la injuria contra un cuerpo constituido", la "difamación", el "adulterio" o el "acoso sexual".

Ziane ha trasladado a sus allegados que ha decidido resistir y que la consigna es mantener la presión sobre las autoridades y "no rendirnos". "Ziane está dispuesto a morir en la cárcel, no le importa. Si se deja de presionar, [las autoridades] harán lo que quieran", indican desde su entorno.

Ziane está dispuesto a morir en la cárcel, no le importa. Si se deja de presionar, [las autoridades] harán lo que quieran

Tal y como avanzó este diario la semana pasada, la salud del ex ministro se está deteriorando rápidamente. Ziane, que se ha granjeado el título del "preso más viejo del mundo" entre la castigada disidencia marroquí, padece espondilitis anquilosante, una enfermedad inflamatoria que, con el tiempo, puede provocar que algunos de los huesos de la espina dorsal se fusionen. Este fenómeno hace que la espina dorsal pierda flexibilidad y puede generar una postura encorvada, con dificultades para respirar hondo.

Debido a la prolongada detención y a la falta de atención médica, lamentan desde Amnistía, Ziane es ahora incapaz de permanecer de pie o sentado sin ayuda. Padece dolores inmensos y no puede moverse. Ha recibido alguna atención de la enfermería del centro penitenciario, pero no lo han llevado al hospital, donde su entorno considera que realmente necesita ir. Ha perdido mucho peso. "Tengo mis dudas de que el objetivo de su detención no sea matarlo poco a poco", concluye su familia.