"Estamos sufriendo un contagio de autocracia". El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, a quien la oposición de su país también acusó de fraude, ha descrito así la última oleada de golpes militares que se viven en África. Una decena de asonadas, la mayoría exitosas, en menos de tres años. La última, este jueves en Gabón, aunque es la penúltima, en Níger, un país que se había convertido en fundamental para Francia y para la UE en el Sahel, la que más preocupa a la comunidad internacional. Militares ávidos de poder aprovechan el furor antifrancés para afianzarse en un continente rico en recursos naturales pero con una población en la pobreza en el que mueven sus fichas todas las grandes potencias, con gran pujanza de China, Rusia, y más sigilosamente Turquía, Emiratos o la India. Un nuevo reparto de África está en curso. 

Gabón es el último país donde se han impuesto los generales, tras unas contestadas elecciones en las que de nuevo se proclamaba ganador Ali Bongo, que llegó al poder en 2009. Sucedió a su padre, presidente desde 1967. Los Bongo, íntimos de Mohamed VI de Marruecos, organizan elecciones pero como los líderes de Uganda, Ruanda, Guinea Ecuatorial o Camerún se las arreglan para ganarlas durante décadas. Ha sido la guardia presidencial liderada por el general Brice Oligui Nguema la que ha intervenido, probablemente alentada por el reciente éxito de los uniformados en Níger, donde se había vivido la primera transición pacífica entre civiles en 2021.

"Estos dos últimos golpes, en Gabón y Níger, hay que insertarlos en un contexto de cierto efecto contagio. Los sectores del ejército se han atrevido a hacerlo fortalecidos por la coyuntura. En Níger habían mantenido contactos con sus vecinos del Sahel, Mali y Burkina Faso (donde triunfaron golpes en 2021 y 2022). Tras la caída de Mali la presencia francesa y europea se había desplazado a Níger, el país que tenía los mejores resortes en evolución política en el Sahel y es en este contexto donde se entiende el cambio. En Gabón son sectores cercanos a los Bongo que aprovechan el momento y el descontento social", afirma Óscar Mateos, profesor titular de la Facultad de Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna-Universidad Ramón Llull, e investigador asociado del Cidob. Apunta cómo en Ruanda y Camerún se ha relevado a la cúpula militar tras el golpe en Gabón. 

La ola de golpismo también tiene que ver con la inestabilidad regional y global vinculada a la pandemia y las consecuencias de la guerra en Ucrania. Entre 2000 y 2020 hubo 17 golpes de estado, según la Escola de Pau, mientras que entre 2020 y 2023 superan la docena. Destacan los de Mal (2020 y 2021), Sudán, Chad y Guinea Conakry (2021), Burkina Faso (2022) y Níger (2023).

Francia ha sido más intrusiva y por ello se cuestiona su papel. Es el fin de la Francáfrica pero es un movimiento liderado por sectores del ejército, no viene de abajo"

óscar mateos, investigador asociado cidob y profesor en univ. ramon lluLl

En los golpes de los últimos cinco años, excepto en Sudán, hay un denominador común: son antiguas colonias francesas. Forman parte de lo que era Francáfrica, una zona de influencia que se mantuvo tras la descolonización. "El sentimiento antifrancés viene de lejos. Francia ha sido más intrusiva que el Reino Unido, en economía [el franco centroafricano acuñado en Francia], en las dinámicas políticas, y por ello se cuestiona su papel en estos países", añade Mateos. "Es el fin de la Francáfrica, pero es un movimiento liderado por sectores del ejército. No viene desde abajo, si bien es evidente que es una crisis de la estrategia francesa de los últimos diez años, una estrategia militar que no ha funcionado". 

Las palabras del presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, ante el jefe del Estado francés, Emmanuel Macron, en su visita a Kinshasa en marzo pasado sintetizan bien este sentimiento, que ahora también vemos en las calles de Niamey, la capital de Níger. "Debe cambiar la forma en que cooperamos con Europa y Francia. Debéis vernos de otra forma. Debéis respetarnos y considerarnos como un verdadero socio. y no con una mirada paternalista, como si siempre supierais lo que necesitamos y nosotros no", dijo Tshisekedi, tras una reprimenda pública de Macron por no ser capaz de restaurar la soberanía militar y de seguridad. 

Buenos conocedores de ese cansancio de la población, en Mali, Burkina Faso y ahora en Níger, tres países clave en el Sahel, los militares golpistas atizan ese sentimiento antifrancés. Tras verse forzada a salir de Mali, donde todavía hay una misión europea de entrenamiento, ahora dirigida por España, Francia había puesto sus esperanzas en el Sahel en Níger, uno de los países más pobres del mundo, que alberga una de las mayores reservas de uranio. Francia importa este uranio para sus centrales nucleares. 

A finales de julio, el presidente Mohamed Bazoum, en el poder tras ganar las elecciones en febrero de 2021, fue depuesto por una junta militar encabezada por el general Abdourrahmane Tchiani, a cargo de su guardia presidencial. El general Tchiani se vio en la cuerda floja porque temía que el presidente Bazoum recortara su poder o le destituyera así que pasó a la acción, alentado por el éxito que habían tenido los uniformados en Mali y Burkina Faso. El presidente Bazoum está retenido por los golpistas, que no atienden las demandas de la Unión Europea y EEUU para que lo liberen y le restauren en el poder. 

"Abajo Francia", "Haremos que se vayan los franceses", corean los nigerinos en las calles estos días, contrarios a la injerencia extranjera, mientras la Junta Militar ha dado un ultimátum al embajador francés, Sylvin Itté, para que salga del país. Los generales persiguen incluso que los 1.500 soldados franceses dejen la base cercana a Niamey a lo que Macron se niega en rotundo. Este sábado una multitud se ha manifestado junto a la base francesa en Niamey.

El presidente francés respalda totalmente a la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (Cedeao), encabezada por Nigeria, que ha pedido que se restaure en el poder al presidente Bazoum, y que dice estar dispuesta a intervenir militarmente, aunque este paso daría lugar a una guerra regional. Los militares nigerinos acusan a Francia de querer "perpetuar su operación neocolonial contra el pueblo nigerino". Están respaldados por los regímenes militares de Mali y Burkina Faso. 

Mientras tanto, Estados Unidos, con base y tropas en Níger, mantiene una aproximación más pragmática al nuevo régimen, que de momento no ha criticado su presencia.

Para Francia, como apunta Ken Opalo en Le Grand Continent, "los países africanos francófonos aportan a Francia peso estratégico en la escena mundial... lo que más debería preocuparle es la erosión de la dependencia económica y la llegada de nuevas grandes potencias competidoras como China y Rusia".

El nuevo reparto de África

Néstor Siurana, analista en geopolítica e investigador del África subsahariana, destaca este hartazgo colonial como factor común a la mayoría de los últimos golpes en el continente africano. "Hay tres causas fundamentales: un cambio en el orden mundial, en el que la ayuda de Occidente se ve sustituida por Rusia, que aporta seguridad, y China, infraestructuras; el rechazo a la injerencia francesa que ven intrusiva; y el terrorismo yihadista, pues los golpistas suelen recriminar al gobierno su incapacidad para hacer frente a los terroristas, si bien sus resultados luego no son mejores".

El Sahel es una zona de fronteras porosas y grandes extensiones de desierto donde los grupos terroristas campan a sus anchas. La pobreza extrema y esta inseguridad genera grandes movimientos migratorios. 

Es el nuevo reparto (new scramble) de África lo que está en curso. En la Conferencia de Berlín, a finales del siglo XIX, se hizo una división con tiralíneas del continente africano entre las potencias coloniales. Ahora el reparto se realiza por otras vías. Está en juego el acceso a recursos naturales y minerales (oro, diamantes, uranio, hierro, petróleo, gas natural, etc) y también el peso en organismos internacionales (son 54 votos en la Asamblea General de la ONU, y de ellos en marzo de 2022 la mitad se abstuvo en la condena a Rusia por la invasión de Ucrania)

Rusia, China y Turquía

"Las principales potencias globales y regionales están implicadas: EEUU, China, Rusia, la UE, Turquía, India, y también Emiratos Árabes Unidos. Rusia desembarca con energía nuclear y armamento. Ofrece también servicios de seguridad a través del Grupo Wagner hasta ahora. Así han entrado en Sudán, República Centroafricana, Chad, en Mali, y lo intentan en Burkina Faso", afirma Jesús Manuel Pérez Triana, analista militar y fundador de OsintSahel.com.

Los rusos están dispuestos a defender al dictador de turno sin exigencias sobre derechos humanos"

jesús manuel pérez triana, fundador de osintsahel.com

"Todo presidente que quiera perpetuarse en el poder quiere una guardia que le blinde, y los rusos les forman como han hecho en Mali y República Centroafricana. Los rusos están dispuestos a defender al dictador de turno sin exigencias sobre derechos humanos, como hace la UE cuando ofrece ayuda para combatir el terrorismo", añade Pérez Triana, quien subraya que los rusos suelen aprovechar el elemento antifrancés para aproximarse a los gobiernos, pero eso no quiere decir que sean los instigadores directos de golpes como el de Níger. 

El Grupo Wagner, ligado al fallecido Yevgueni Prigozhin, actuaba como compañía privada de seguridad hasta ahora, aunque con estrechos vínculos con el Kremlin. Tras la muerte de Prigozhin, es seguro que Putin querrá mantener las operaciones de Wagner en África, donde Prigozhin realizó negocios muy rentables. Por ejemplo, en Sudán, donde en la primavera pasada estalló la lucha por el poder entre el general Al Burhan y el general Hemedti, Wagner protege la extracción de oro. 

Prueba del interés del líder ruso, Vladimir Putin, por África fue la cumbre de principios de agosto en San Petersburgo. A los líderes africanos Putin les presentó a Andrei Averyanov, jefe de la inteligencia militar, como la persona que será responsable de la seguridad de vuestro continente”. En este encuentro destacó la intervención del joven presidente de Burkina Faso, Ibrahim Taoré, quien en la línea del líder revolucionario Thomas Sankara, dijo ante Putin y otros 17 jefes de Estado africanos: "¿Cómo puede ser que con la riqueza que tenemos seamos el continente más pobre del mundo?" y entonó una crítica a los líderes "títeres de Occidente".  

Pero el actor que se ha movido a gran velocidad para ganar terreno en África ha sido China, potencia que se ve con mejores ojos por su aportación en infraestructuras y su no injerencia en asuntos políticos. "La presencia de China es transversal y generalizada desde 2006. Diez años después se llega al mayor nivel de la relación. La intensidad de la presencia china no es comparable con ningún otro país. En 2016 el presidente Xi Jinping da un giro más asertivo porque tiene cada vez más intereses: un millón de ciudadanos chinos tenían negocios en países africanos y se quejan de la seguridad. Así establecen en 2016 la primera base militar en Yibuti y se habla de una segunda base en la zona atlántica. Ha dado un giro pero es más sutil que Rusia", afirma el profesor Óscar Mateos. 

La situación que se da en África es el resultado de los proyectos fallidos de Europa y EEUU. Ahora existen alternativas"

néstor siurana, analista en geopolítica

Otro actor relevante en la región es Turquía, que se va a beneficiar de la salida de escena de Francia. "Combina el compromiso militar y económico con la ayuda humanitaria y la proyección cultural y religiosa. Ankara se ha convertido en el gran proveedor de drones. Entró por Libia, siguió con Argelia y luego el Sahel. En los últimos diez años ha abierto 30 embajadas", explica Néstor Siurana. Según este experto, "la situación que se da en África es el resultado de los proyectos fallidos de Europa y Estados Unidos en el continente. Ahora existen alternativas. Prefieren los proyectos de seguridad de Rusia, las infraestructuras de China y la agricultura de la India". Lo que está por ver es si la población africana se beneficia de este nuevo reparto, ya que el Grupo Wagner ha sido acusado de matanzas y violaciones indiscriminadas: un informe de la ONU los implica en la muerte de 500 personas en mayo de 2023 en la localidad maliense de Mopti.

"Soluciones africanas para problemas africanos"

En esta lucha de potencias la Unión Europea ha quedado desplazada. En la reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, pidió que se aplicaran sanciones individuales a los generales golpistas nigerinos.

La UE expresó su respaldo al presidente Bazoum y a la Cedeao, si bien da prioridad a la vía diplomática. "Apoyamos las soluciones africanas para problemas africanos", insistió Borrell, que se reunió con el ministro de Exteriores nigerino, Hassoumi Massoudou, y el presidente de la Cedeao, Omar Alieu Touray. Sin embargo, la UE parece sobrepasada por la situación.

La guerra de Ucrania ha centrado sus esfuerzos desde hace más de año y medio y ahora el escenario en el Sahel es más complejo y adverso. En agosto de 2022 Macron anunció la retirada de las tropas francesas de Mali y a principios de este año la Junta Militar de Burkina Faso ha exigido la salida de los soldados galos. Ahora Níger sigue esta línea. De nuevo Francia, y la UE, se ven forzadas a reorganizar su estrategia.

La UE tiene difícil su agenda en África. Se juega su relevancia como actor global"

óscar mateos, cidob y univ. ramón llull

"La UE tiene difícil su agenda en África. No puede militarizar las soluciones porque la UE no tiene ejército. Se juega la relevancia como actor global. Tendría que buscar cómo favorecer transiciones políticas para que los militares cedan el poder a los civiles y potenciar la diplomacia", señala Óscar Mateos. 

Quedan lejos ahora las primaveras africanas, que cosecharon su mayor éxito en Sudán, donde las protestas con gran protagonismo de las mujeres acabaron con el dictador Al Bashir, en la primavera de 2019. "Estaban lideradas por jóvenes urbanos más formados, un tejido social nuevo. Serán clave en el futuro para que los africanos se apropien de la idea de democracia, porque hay países donde hay elecciones pero están manipuladas, cuando sí hay una tradición de participar en la toma de decisiones. Sería un margen por explorar", concluye Mateos.

Los golpistas ahora se aprovechan de la ira de la gente contra el enemigo de fuera pero si siguen la línea de enriquecerse y violar los derechos humanos llegará un momento en el que esos jóvenes, mayoría en África, dirán basta ya.