Lleva tres años en la República del Níger, después de una vida nómada, primero como migrante y luego como cooperante internacional. Zakaria Camara Kourouma, economista español nacido en Guinea Conakry, de 47 años, está a cargo de la delegación de la Cruz Roja Española en Níger. Con proyectos en Niamey, y en las regiones de Maradi, Tahoua y Tillabéri, cuenta con 59 empleados locales. Prestan especial atención a la población en movilidad y a las mujeres como portadoras del cambio social. Admira el buen talante de los nigerinos, quienes siguen adelante con su vida incluso en las peores circunstancias. "Quieren gestionar sus propios problemas; rechazan cualquier intervención del exterior", nos dice en conversación telefónica desde la capital nigerina. 

En una extensión similar a la de la Península Ibérica más Francia, viven 25 millones de personas. Níger cuenta con fronteras con Mali y Burkina Faso en el oeste; Libia y Argelia en el norte; Chad al este; y al sur con Nigeria y Benín. Zakaria Camara fue testigo del primer traspaso de poder entre civiles, cuando el presidente Mahmoud Bazoum asumió el poder en la primavera de 2021.

Ahora ha visto cómo una junta militar encabezada por el general Abdourahamane Tchiani ha dado un golpe, condenado por la antigua potencia colonial, Francia, Estados Unidos, la UE, y gran parte de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (CEDEAO), encabezados por Nigeria, determinada a poner fin a las asonadas en la región. Por ello, esta comunidad africana ha dado un ultimátum, que concluyó el pasado domingo, para intervenir militarmente si no se devuelve la Presidencia a Bazoum. De momento, se mantiene el impás hasta que la CEDEAO vuelva a reunirse este jueves. Mientras, la junta militar ha cerrado el espacio aéreo por temor a una invasión. 

"En Níger vienen de un proceso democrático que empezó hace 12 años. Al presidente Mahamadou Issoufu le sucedió Mohamed Bazoum. Al principio hubo protestas, pero ahora la gente estaba conforme. El golpe sorprendió a todo el mundo. No nos lo esperábamos, pero se llevó a cabo, no hubo muertos, así que ahora lo que la gente quiere es seguir su vida en paz", afirma Zakaria Camara, quien subraya que la vida continúa su curso en este castigado país del Sahel. Esta nación era considerada ejemplar por Francia y Estados Unidos por sus avances democráticos.

Relata cómo al principio hubo protestas favorables al presidente Bazoum, que continúa retenido por la junta militar en su palacio, pero después todas las demostraciones populares han sido favorables a los uniformados. El domingo pasado, unas 30.000 personas se concentraron en el principal estadio de Niamey en apoyo de la junta militar. 

La población vive al límite, en una situación de vulnerabilidad extrema, y desde el 26 de julio se añade otro elemento más de inestabilidad"

El cierre de fronteras sí que ha afectado a la población, ya que los precios se han multiplicado al alza en el mercado. Los alimentos proceden en gran parte de la vecina Nigeria, así que básicos como el arroz son más caros. También hay menos liquidez en los bancos. "Níger vive desde hace más de una década con guerra en sus fronteras. Hay muchos movimientos de migrantes. A su vez aquí se notan especialmente las consecuencias del cambio climático. Cuando llueve hay inundaciones, y luego pasamos a la sequía extrema. La población vive al límite, en una situación de vulnerabilidad extrema, y desde el 26 de julio se añade otro elemento de inestabilidad", señala Zakaria Camara.  

"La gente está inquieta, especialmente desde el fin del ultimátum y el cierre del espacio aéreo. No sabemos qué va a pasar. Pero no quieren que haya guerra, no quieren que una fuerza extranjera intervenga en su país. Hay jóvenes que se concentran en las plazas con ánimo de vigilar y dispuestos a resistir", añade. 

Níger es un país rico en recursos, cuenta con la cuarta mayor reserva de uranio en bruto del mundo, según el OIEA. Sin embargo, su población vive en la pobreza: uno de cada dos nigerinos vive con menos de un euro al día. La renta per capita, según los datos de 2021, es de 590 dólares. La española supera los 31.000 dólares. En el índice de desarrollo humano Níger ocupa el puesto 189. Solo registran peores datos Chad y Sudán del Sur.

Depende de la ayuda exterior, una ayuda que ha empezado a suprimirse desde que los militares asumieron el poder. A su vez, muchos países han empezado a aplicarse sanciones y le afectan especialmente las que aplica Nigeria, ya que un 60% de su electricidad procede del país vecino. 

Las sanciones están afectando a la economía del país y a la sociedad. Están reforzando el patriotismo"

"Las sanciones están afectando de forma grave a la economía del país y a la sociedad. Los nigerinos, a pesar de todo, no se enfadan, pero son orgullosos. Lo que se está reforzando es el patriotismo", apunta el responsable de Cruz Roja española en Níger, quien confía en que la vía diplomática finalmente se abra paso. Este martes se ha sabido que la vicesecretaria de Estado de EEUU Victoria Nuland se ha visto con varios miembros de la junta militar, que se han reafirmado en su voluntad de mantenerse en el poder. Aunque lo intentó, no pudo ver al presidente depuesto. 

Zakaria Camara asegura que los nigerinos no tienen problema con los expatriados, tampoco con los franceses, aunque algunos son críticos con las políticas de sus gobiernos. La junta militar ha suspendido sus acuerdos de cooperación militar con Francia. Quita importancia a la presencia de banderas rusas en algunas manifestaciones, porque son "pocas" y la mayoría de la población no toma partida ni a favor ni en contra del cambio de régimen. 

Francia, que cuenta con 1.500 militares en Níger, ya procedió a la evacuación de sus nacionales, unos 600, al igual que otros países, entre ellos España. Había 70 españoles y han salido del país aproximadamente la mitad

La Cruz Roja sigue adelante

"El Comité Internacional de la Cruz Roja evalúa la situación y hace un seguimiento cercano con fuentes de información segura. De momento consideran que sigamos atendiendo a las familias en situación de vulnerabilidad. Estamos en contacto con la embajada", afirma el responsable de Cruz Roja en Níger. 

Los migrantes y desplazados a los que atiende la Cruz Roja son población extremadamente vulnerable a quienes una guerra regional golpearía de lleno. "Ayudamos sobre todo a mujeres, cabezas de familia, con muchas personas a cargo. Son nuestro punto de entrada en las comunidades. Nuestra actividad se articula a través de los clubs de madre, grupos de 20 mujeres que transmiten las informaciones sobre violencia de género, higiene, nutrición, primeros auxilios, alfabetización… Y les guiamos a la hora de crear actividades generadoras de ingresos", explica Zakaria Camara, quien remarca la necesidad de la ayuda humanitaria para que los nigerinos aspiren a un futuro mejor. 

"Esperemos que no haya guerra. Ni lo quieren los nigerinos, ni lo desean sus vecinos"

Nadie mejor que él puede dar testimonio de que incluso en las peores circunstancias hay salidas. A finales de 2002 llegó en patera a Lanzarote, tras cruzar desde Guinea Conakry a Mali, Argelia y Marruecos. Después de este en un campo de concentración en Fuerteventura se trasladó a Madrid. Primero trabajó en la construcción y cuando pudo convalidar sus estudios de economía accedió a puestos administrativos. Siguió formándose y aprendiendo español. Y regresó a África como en un círculo benéfico. Primero trabajó con una fundación ligada a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Habitáfrica, y luego con Cruz Roja: de Senegal a Cabo Verde y Mali antes de Níger. 

Níger es precisamente un país de destino y partida de migraciones. La experiencia vital de Zakaria Camara es muy útil a la hora de tratar con quienes pasan por esta ruta migratoria. Suelen presentar debilidad física y traumas psicológicos. "Los nigerinos también se mueven mucho. Suelen ir al norte y luego vuelven. Es un fenómeno que existe hace tiempo, pero si esta situación empeorara, puede haber un movimiento masivo de gente que quiera abandonar el país. Esperemos que no haya guerra. Ni lo quieren los nigerinos, ni tampoco sus vecinos".