Los vecinos de la orilla sur cerrarán este año pulverizando registros en gasto militar. La rivalidad de ambos, in crescendo desde 2021, alimenta una carrera armamentística que preocupa en los cuarteles españoles. Al poderío militar español le han salido competidores. La alianza de Rabat con Tel Aviv nutre a marchas forzadas la modernización de una institución castrense que, por orden de Hasán II, quedó cortada a medida tras las intentonas golpistas de principios de la década de 1970. En Argelia, el enemigo con el que se disputa la hegemonía en el Magreb, el régimen militar también ha recurrido al talonario para rearmarse.

“Por ahora el ejército español tiene ventaja, especialmente en la Marina y la Aviación, pero ¿hasta cuándo?”, se pregunta Abdelilah Issou, un oficial del ejército marroquí que desertó en 2002 y reside desde entonces en suelo español. No es el único en vocear el interrogante, ante el empuje reciente de los ejércitos al otro lado del Estrecho. “Estamos entrando en un terreno en el que Marruecos por primera vez empieza a tener más y mejor armamento que las Fuerzas Armadas españolas en algunos campos. Estamos viendo una creciente internacionalización de las Fuerzas Armadas marroquíes. Y está claro que hay una voluntad de Marruecos de modernizar sus Fuerzas Armadas y ponerlas a la altura”, confirma Jesús Manuel Pérez Triana, analista militar y creador de OsintSahel.com.

Estamos entrando en un terreno en el que Marruecos por primera vez empieza a tener más y mejor armamento que las Fuerzas Armadas españolas en algunos campos

La clasificación Global Firepower, que analiza a 145 ejércitos del mundo, sitúa al español en la posición número 21 -entre el polaco y el saudí, lejos de Francia (9) e Italia (10)-; al argelino en la casilla 26; y al marroquí en el 61, arropado entre Bielorrusia y Uzbekistán. Pero la imagen fija oculta el movimiento de los últimos años. “La rivalidad entre Argelia y Marruecos se agravó sustancialmente en 2022. Marruecos obtuvo un mayor acceso a la tecnología de defensa gracias a la mejora de sus lazos con Estados Unidos y, especialmente, con Israel, con quien firmó un acuerdo de normalización en 2020”, subraya el último informe anual del International Institute for Strategic Studies.

Según su balance militar global de 2023, Rabat cuenta hoy “con la la flota de aviones no tripulados (UAV) más diversa de la región, compuesta por equipos chinos, israelíes, turcos y estadounidenses”. Una realidad que conocen bien al otro lado del muro construido en los territorios del Sáhara Occidental ocupados por Marruecos, donde los drones kamikazes han golpeado a las tropas del Frente Polisario.

Desde mediados de año los militares marroquíes cuentan con el sistema de defensa antimisil israelí Barak MX, capaz de interceptar amenazas diversas, desde misiles ABT (Air Breathing Threat) de alta velocidad, a distancias de 2 a 150 kilómetros o misiles balísticos tácticos utilizando tres misiles interceptores diferentes.

Récord en gasto militar

“Las mejoras se centran en su parque de carros de combate con la incorporación de los M1 Abrams o de lanzacohetes. Están incorporando sistemas antiaéreos avanzados, que era uno de sus grandes agujeros, y comprando drones de observación, vigilancia y kamikazes”, detalla Pérez Triana. Una fiebre de compras, alimentada también por el fin del alto el fuego con el Polisario que permanecía vigente desde 1991, que refleja el incremento de su presupuesto de defensa. “El gasto militar de Marruecos fue de 5.400 millones de dólares (4,2% de su PIB). En 2023 se espera que el presupuesto de defensa de Marruecos alcance el 5,2% del PIB”, apunta Haizam Amirah Fernández, investigador del Real Instituto Elcano.

Una apuesta que no pasa desapercibida en Argelia, que comparte con Marruecos 2.000 kilómetros de frontera y una historia de rencillas y recelos. “Para Argelia, la perspectiva de un Marruecos mejor armado, que se beneficie de las alianzas occidentales, ha hecho saltar las alarmas dada su dependencia del armamento ruso”, destaca el International Institute for Strategic Studies. Además de lindes, ambos países comparten la opacidad que rodea a sus ejércitos. “A la hora de la verdad generan un gran enigma. El ejército argelino está influenciado por el modelo y la tecnología heredada de la Guerra Fría, el modelo soviético y la relación privilegiada que ha mantenido con Rusia, su principal proveedor. Últimamente ha intentado diversificar sus fuentes con Italia, China o Alemania. Está también en un proceso de transición de lo que era un auténtico museo de la Guerra Fría”, indica Pérez Triana.

Los militares argelinos, que controlan “de facto” la vida política del país, presumen de estar entre los ejércitos mejor equipados del norte de África. “Existe un intento en curso de profesionalizar las fuerzas armadas, que se reflejó en la reducción del servicio militar obligatorio de 18 a 12 meses en 2014”, subrayan en el citado anuario sobre balanza militar en el planeta. “La capacidad logística militar parece suficiente para apoyar los despliegues internos. Los inventarios del ejército y la fuerza aérea consisten en un núcleo de equipos modernos, principalmente de origen ruso, aunque China también ha suministrado equipos, incluida artillería autopropulsada”, agrega. Uno de los interrogantes es cómo ha afectado el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia en el suministro de piezas de repuesto. Argel ha invertido, además, en el desarrollo de una industria de defensa nacional con el establecimiento de empresas mixtas con la italiana Leonardo y la alemana Rheinmetall.

En el caso de Argelia, uno de los interrogantes es cómo ha afectado el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia en el suministro de piezas de repuesto

“Argel ha recapitalizado alrededor de la mitad de su inventario de aviones de combate de ala fija y la armada ha invertido en su flota de submarinos y fragatas. La industria local y los servicios son capaces de realizar el mantenimiento de los equipos”, indica el informe. En 2021 su gasto en defensa llegó hasta los 9.100 millones de dólares (5,6% de su PIB) y se prevé que este año los duplique hasta alcanzar los 18.000 millones de dólares. En comparación, España ha destinado este año 12.825 millones de euros(unos 13.600 millones de dólares) a su presupuesto de Defensa. En 2022 su inversión superaba por poco el 1% del PIB y se ha comprometido en incrementar su gasto con el propósito final de alcanzar en 2029 el objetivo de la OTAN de gastar el 2% en defensa.

El esfuerzo económico de Argelia, financiado por su venta de hidrocarburos, está acompañado con la voluntad de ganar experiencia internacional. En noviembre de 2020 se modificó la Constitución argelina para permitir el despliegue de sus fuerzas armadas fuera del país. “Un claro indicio de que Argel podría intervenir en países vecinos -como Libia- y también participar en operaciones de mantenimiento de la paz en el marco de la Unión Africana, Naciones Unidas o la Liga Árabe”, sugiere Amirah Fernández.

Mayor presencia internacional

Una presencia internacional que también ejercita Rabat, con despliegues de mantenimiento de la paz de la ONU y en ejercicios multinacionales. También se ha desplegado en el extranjero en misiones de combate, contribuyendo con aviones F-16 a la intervención de la coalición liderada por Arabia Saudí en Yemen desde 2015 hasta principios de 2019. Sus soldados han realizado ejercicios conjuntos con tropas estadounidenses, francesas, españolas o israelíes. El Congreso estadounidense, no obstante, ha presionado a la Administración Biden para que recule en la política de ejercicios conjuntos con Marruecos y busque una ubicación alternativa para las maniobras African Lion, que en 2022 se llevaron a cabo en Ghana, Marruecos, Senegal y Túnez. El régimen alauí reintrodujo el servicio militar obligatorio a principios de 2019.

Hasán II les soltó aquella famosa frase de 'haced dinero y dejad de hacer política'. Y es lo que siguen haciendo

Su armamento está formado principalmente por equipos franceses y estadounidenses anticuados, “aunque hay planes para reequipar todos los servicios e invertir significativamente en la armada”, sostienen en el informe del International Institute for Strategic Studies. “Marruecos opera dos satélites de observación de la Tierra, que satisfacen algunas necesidades de vigilancia. Marruecos depende de las importaciones y donaciones para obtener los principales equipos de defensa. Sin embargo, su relativa estabilidad ha atraído a empresas de defensa occidentales, como Airbus, Safran y Thales, para establecer en el país instalaciones de fabricación y servicios aeroespaciales”, agrega.

Hasta ahora, la comparativa entre los ejércitos de Marruecos y Argelia se saldaba en favor del segundo. ¿El desfile de armamento llegado de Washington o Tel Aviv pone en jaque la ecuación? “ Incluso con esas armas, la diferencia sigue siendo muy grande y sobre todo a nivel de estatus personal”, replica Issou, muy crítico con los males que, a su juicio, padece el ejército marroquí. “Se remontan a los golpe de Estado de 1971 y 1972. Hasán II les soltó aquella famosa frase de 'haced dinero y dejad de hacer política'. Y es lo que siguen haciendo, desde el de menor rango hasta el general”, opina.

Las dos intentonas de derrocar al padre de Mohamed VI han marcado la trayectoria del estamento castrense. “Son unas fuerzas armadas un poco peculiares por ese motivo. Lo que hizo entonces Hasán II fue compartimentar el ejército de tal forma que no tuviera grandes unidades y ningún general concentrara mucho poder o tuviese bajo su mando una gran cantidad de tropas”, arguye Pérez Triana. “A partir de 1975 el conflicto en el Sáhara se convirtió en la manera de reconducir todas las energías del ejército, que sigue sin tener un líder claro para evitar la figura de un general carismático y muy profesional”.

El reto de España

A su juicio, el proceso de modernización y profesionalización del vecino marroquí suscita una pregunta: “¿Serán capaces sus militares de manejar, operar y reparar todo lo que han ido comprando? Lo que comentan los militares españoles que interactúan con los marroquíes en ejercicios bilaterales es que existen una serie de competencias básicas militares en las que no están a la altura de las circunstancias. En 2004, durante unos ejercicios navales, una corbeta marroquí casi colisiona en Altamar con un buque de la armada estadounidense. El plan de transformar una fuerza armada es mucho más complicado de lo que uno se puede imaginar”, desliza el analista, quien subraya -a modo de comparativa entre España y Marruecos- lo acontecido en el campo de los helicópteros de ataque. “España se metió en un programa europeo, el del helicóptero Tigre, que ha sido un fracaso. Marruecos, en cambio, ha comprado una versión avanzada de los Apache y encima ha adquirido 24. Es una ventaja cuantitativa”.

En el caso español, el plan de modernización incluye la actualización de los helicópteros Chinook del ejército y los aviones de combate Eurofighter, la adquisición de cuatro submarinos S-80, nuevos vehículos blindados 8x8 y dos satélites de comunicaciones militares, así como reforzar una industria de defensa que incluye a Navantia, Airbus o Santa Bárbara Sistemas. España, subraya el experto, mantiene la ventaja cualitativa de la profesionalidad y preparación de su ejército. 

El interrogante de la capacidad de las filas marroquíes para formarse con el nuevo armamento que llega hasta sus regimientos se suma a la inestabilidad y las crisis cíclicas que caracterizan las relaciones hispano-marroquíes -con el trasfondo de las zonas grises de Ceuta y Melilla-; el conflicto del Sáhara Occidental o las hostilidades entre Argelia y Marruecos, con el potencial escenario de una guerra entre ambos países, los únicos que en el norte de África salieron indemnes a los cambios surgidos hace más de una década por la Primavera Árabe y con dos sociedades en las que los sentimientos nacionalistas han sido convenientemente exacerbados. “Nos llevaríamos una sorpresa si estuviéramos en la tesitura de un conflicto armado de alta intensidad entre Marruecos y Argelia porque posiblemente tendríamos las disfuncionalidades y las carencias de ambos lados. Hasta que no llegue ese escenario, no sabremos la realidad”, concluye Pérez Triana.