Este sábado, en vísperas de que concluya la presidencia de turno española del Consejo Europeo, la institución comunitaria ha confirmado que Rumanía y Bulgaria entrarán en el espacio Schengen de libre circulación a partir del mes de marzo de 2024. El anuncio ha tenido lugar pocas horas después de que Austria confirmara la retirada de su veto a la entrada de ciudadanos rumanos y búlgaros por vía aérea.

Rumanía había anunciado este acuerdo ya el miércoles pasado. El jueves, también Bulgaria aseguró que Viena había retirado su veto, el último obstáculo para que los dos países balcánicos de la UE se integren, de momento sólo en el aspecto de viajes aéreos, al espacio de libre circulación europeo. A partir de marzo comenzará la negociación para la apertura de las fronteras terrestres.

Rumanía y Bulgaria son dos de los países comunitarios, junto a Chipre e Irlanda, que permanecían hasta la fecha al margen del espacio Schengen. Croacia fue el último país en incorporarse el 1 de enero de 2023 a un tratado al que también pertenecen cuatro países no comunitarios: Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza. Actualmente, el espacio Schengen abarca 4,3 millones de kilómetros cuadrados y 423 millones de ciudadanos.

Retirada con condiciones del veto austriaco

Esta semana, el gobierno rumano agradeció a la Comisión Europea y a la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, así como a los ministerios del Interior de Austria y Bulgaria, las "constructivas conversaciones" que han hecho posible el acuerdo.

A pesar de que la Comisión y el Parlamento Europeo llevan años asegurando que Bulgaria y Rumanía, miembros de la UE desde 2007, están preparados para entrar en Schengen, Austria ha bloqueado hasta ahora su ingreso. El ministro austriaco de Interior, Gerhard Karner, se abrió a la opción de aceptar un Schengen aéreo a cambio de que se triplique la presencia de agentes Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, y los dispositivos de vigilancia en las fronteras con Turquía y Serbia, además de mayor vigilancia en las fronteras interiores de Schengen y una política de reubicación de solicitantes de asilo procedentes de Afganistán y Siria.

El Tratado de Schengen establece el levantamiento de los controles en las fronteras internas de su espacio, es decir, entre sus Estados miembros, al tiempo que se fortalecen en las lindes externas (con terceras naciones). Además de con dos países comunitarios, Hungría y Bulgaria, Rumanía, que cuenta con algo más de 19 millones de habitantes, tiene frontera física con Ucrania, Moldavia y Serbia. Su vecino búlgaro, con menos de 7 millones de habitantes, limita con otro socio comunitario, Grecia, y cuenta con fronteras exteriores con Serbia, Macedonia y Turquía. Ambos limitan al este con el Mar Negro.