Gabriel Attal, de 34 años, sustituirá a Élizabeth Borne en Matignon. Attal se convierte así en el primer ministro más joven de la V República y el primero declaradamente homosexual. A Attal, hasta ahora ministro de Educación, le llaman el "mini Macron" y con esta designación se sitúa en primera fila para su sucesión como candidato de Renacimiento en 2027.

El presidente francés, en caída libre en las encuestas con apenas un 27% de apoyos según una encuesta de Les Échos, ha sacrificado a Borne, la segunda mujer primera ministra, apenas 20 meses después de su nombramiento. Borne, de 62 años, ahora ocupará su escaño como diputada por Calvados en la Asamblea Nacional.

Finalmente Macron, que llegó al poder con apenas 39 años, se ha decantado por el miembro de su gobierno más popular, aunque algunos ministros y dirigentes cercanos al Elíseo le consideraban demasiado joven. Hasta ahora el primer ministro de menor edad al acceder al cargo era Laurent Fabius, pero tenía 37 años cuando fue designado, en 1984. Macron ha escrito en X, antiguo twitter, que sabe que cuenta con su "energía y compromiso para el proyecto de rearme y regeneración que ha anunciado. Con la fidelidad al espíritu de 2017: espíritu de superación y audacia. Al servicio de la nación y de los franceses".

Hijo de Yves Attal, fallecido productor de películas como Tacones Lejanos y Acción Mutante, Gabriel Attal tiene una educación exquisita. Se formó en la elitista École Alsacienne y en Sciences Po. Tiene fama de ser muy trabajador y un pragmático. Su carrera es fulminante: a los 29 años era secretario de Estado y luego fue portavoz y ahora ocupaba el Ministerio de Educación. Pertenece al entorno de Macron desde hace años.

Es pareja de Stéphane Séjourné, actual eurodiputado de Renew, que se perfila como número uno de la lista a las elecciones europeas de Renacimiento, el movimiento de Macron. Los sondeos prevén que la Agrupación Nacional, liderada por Marine Le Pen, sea la formación ganadora en la convocatoria del próximo mes de junio.

Uno de los primeros en expresar su opinión sobre esta designación ha sido Jean-Luc Mélenchon, fundador de Francia Insumisa, a la izquierda de los socialistas, ha sido contundente en su cuenta de X: "Attal recupera su puesto de portavoz. La función de primer ministro desaparece. La monarquía presidencial gobierna sola con su corte". En este punto de vista coincide la extrema izquierda y la extrema derecha: critican a Macron por creerse omnipotente.

Macron pretende con este movimiento dar un nuevo impulso a su mandato, que atraviesa serias dificultades como prueba el hecho de que la primera ministra saliente, Élizabeth Borne, haya tenido que recurrir 23 veces al artículo 49.3 para que salgan adelante proyectos del gobierno. En resumen, supone gobernar por decreto al carecer de mayoría en la Asamblea Nacional. Al recurrir a esta fórmula para aprobar la reforma de la edad de jubilación, Macron irritó a la oposición parlamentaria y extraparlamentaria. Las protestas se sucedieron en las calles de varias ciudades francesas durante semanas.

Justo antes de las Navidades, Macron logró salvar la ley migratoria con un giro a la derecha, e incluso a la extrema derecha. El ministro de Sanidad, Aurélien Rousseau, dimitió por considerar la ley excesivamente escorada a las demandas de la extrema derecha. Por ejemplo, se limitan al máximo las ayudas sociales a los extranjeros.

En un año marcado por las elecciones europeas, en junio, y los Juegos Olímpicos, en julio y agosto, Macron ha buscado un balón de oxígeno al elegir a un brillante joven con excelentes dotes comunicativas. Pero el problema de fondo persiste: Attal tampoco contará con mayoría en la Asamblea Nacional y Agrupación Nacional sigue cosechando cada vez más apoyos. Marine Le Pen tiene su mirada puesta en las presidenciales de 2027 y el principio del fin de Macron puede confirmarse después de las europeas de junio.