"El rearme de Francia pasa por el rearme de Europa". Stéphane Séjourné, recién designado ministro de Asuntos Exteriores de la República Francesa, remarcó nada más acceder al cargo el viernes 12 que París busca que Europa sea una potencia y que la construcción europea es base para la proyección de Francia. Sus primeras salidas al exterior ha sido a Berlín el domingo, como es tradicional, y por primera vez después se ha desplazado a Varsovia el lunes 15 indican cuáles son los socios preferentes de Francia en esta misión.

"Polonia regresa a Europa", dijo Séjourné en Varsovia. "El jefe de la diplomacia francesa podría haber ido a Roma o Madrid, pero ha querido visitar Varsovia", confiesan fuentes diplomáticas francesas.

Polonia se impone así a España, y a Italia, como socio preferente de Francia y de Alemania en la UE. Italia con un gobierno encabezado por Fratelli d'Italia, de la ultraderecha, no es el socio ideal. Y en España el gobierno del socialista Pedro Sánchez ha de hacer equilibrismos con sus aliados para mantenerse en el poder. Además, la guerra en Ucrania hace que Berlín y París busquen aliados en el Este, entre los vecinos de Rusia y de Ucrania.

Séjourné y Radoslaw Sikorski, ministro polaco de Exteriores, aseguraron que su estrategia con Ucrania es la misma: ayudarán a Kiev el tiempo que sea necesario hasta la victoria, una victoria que han de definir los propios ucranianos, sin presiones del exterior.

París y Berlín consideran que hay que revitalizar el llamado Triángulo de Weimar para reforzar la construcción europea. A nivel de ministros de Exteriores la última cumbre tuvo lugar en París el 15 de octubre de 2020. La próxima será en febrero en la capital francesa. Acudirán Sikorski y la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock.

El Triángulo de Weimar está reviviendo y creo que es algo bueno"

stéphane séjourné, ministro francés de asuntos exteriores

"El Triángulo de Weimar está reviviendo y creo que es algo bueno", ha dicho Stéphane Séjourné, que no es diplomático de carrera. Era eurodiputado por Renew desde 2019 y fue pareja del recién nombrado primer ministro, Gabriel Attal. El Triángulo de Weimar se creó en 1991 en esta ciudad alemana con el fin de ayudar a Polonia a salir del comunismo. Es una plataforma que fomenta la cooperación entre las dos principales potencias de la UE y Polonia, un referente con cada vez mayor peso en el Este, especialmente desde que terminó el mandato del PiS, que emprendió una deriva hacia la democracia iliberal, en un término popularizado por el primer ministro húngaro, Viktor Orban.

El ministro Radoslaw Sikorski, dijo el lunes que el foro de Weimar era "una plataforma muy importante" que "marcaría las direcciones estratégicas para el futuro de nuestro continente".

Sikorski también habló de la necesidad de financiación adicional de la UE para ayuda militar a Ucrania. "Los ucranianos tienen derecho a estar cansados, pero nosotros no", dijo sobre el agotamiento de algunos aliados occidentales sobre la continuidad de una guerra que ya enfila su segundo aniversario.

El propio Emmanuel Macron en su conferencia de presa del martes remarcó que no se puede permitir que Rusia gane porque esto desestabilizaría la arquitectura de seguridad en Europa. Así pues, la importancia geopolítica de Polonia queda clara. Es en el frente oriental donde se libra una guerra entre el autoritarismo ruso y la democracia ucraniana, y los fundadores de la UE están preocupados por poner frenos. Polonia lo acaba de hacer, y tiene clara su posición frente a Moscú.

En una entrevista publicada en Rzeczpospolita, el viceministro polaco de Exteriores, Andrzej Sejna, recuerda que "Alemania y Francia desempeñan un papel clave e la Unión, en el debate sobre su futuro, y tiene una importancia estratégica si Polonia se uniera a él de forma permanente".

De socio incómodo a aliado necesario

El cambio político en Polonia, que estuvo gobernada por los ultraconservadores del Partido Ley y Justicia (PiS) entre 2015 y 2023, ha revitalizado el eje París-Berlín-Varsovia. Polonia ha dejado de ser el socio incómodo que ponía en cuestión el Estado de Derecho.

El nuevo gobierno, encabezado por el liberal Donald Tusk, pretende reparar las grietas del Estado de Derecho. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, recibió "con gran entusiasmo" la victoria de la coalición que forman la Plataforma Cívica, Tercera Vía y La Izquierda en las elecciones legislativas del 15 de octubre de 2023. Tusk, que fue presidente del Consejo Europeo entre 2014 y 2019, se conoce bien los entresijos de la política europea y tiene especial relación con Macron desde esa época. Fuentes diplomáticas francesas aseguran que París ayudará a Varsovia para recuperar los fondos europeos, bloqueados por la deriva autoritaria del anterior gobierno.

Esta sintonía entre Macron y Tusk es un elemento relevante más, que explica cómo ahora Francia está tan interesada como Alemania en que Polonia sea su socio preferente en la UE: Polonia va a construir una segunda central nuclear y es posible que lo haga con Francia. También la cooperación militar se va a reforzar: hasta ahora Varsovia adquiere mucho material de EEUU y Corea del Sur pero ahora tiene en cuenta a París. El hecho de que Polonia invierta entre el 3% y el 4% del PIB en defensa y esté construyendo el que será el ejército más poderoso de Europa fortalece su peso en la UE.

A ello se une que la debilidad del presidente, Emmanuel Macron, sin mayoría en la Asamblea Nacional, y la fragilidad del canciller alemán, Olaf Scholz, con una ultraderecha representada por Alternativa para Alemania en ascenso, refuerza el papel de Polonia. El viceministro Szejna constaba en el diario polaco cómo tanto Macron como Scholz "reconocen a Tusk como un socio absolutamente igual tras los cambios democráticos".

El papel de Polonia va a ser cada vez más relevante en la Unión Europea. El 1 de enero de 2025 asumirá la presidencia del Consejo de la UE. Su presidencia tendrá lugar después de las elecciones en Estados Unidos, con un Trump enfilando hacia la Casa Blanca tras arrasar en Iowa. Y con un Parlamento Europeo renovado, probablemente con los partidos ultraderechistas más fuertes, y una nueva Comisión Europea. Una Polonia sólida con una experiencia democrática reforzada tras conocer las sombras del iliberalismo, será vital para el futuro europeo. Y de ello se han dado cuenta Francia y Alemania.