"No tenemos derecho a sentir fatiga" por la guerra que sufren los ucranianos. Lo dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, en la cumbre de la Comunidad Política europea de finales del año pasado en Granada. "Los ucranianos tienen derecho a estar cansados, pero nosotros no", dijo este lunes en Varsovia el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sakorski. Francia, Polonia, Alemania y Reino Unido han dado firmes señales los últimos días de que van a seguir ayudando a Ucrania "hasta la victoria", y que esa victoria ha de ser definida por los ucranianos. España coincide con esta visión, como demostró durante la Presidencia del Consejo de la UE en el último semestre de 2023.

El núcleo duro de Europa se está movilizado para evitar que Ucrania se quede sola si falla el apoyo de EEUU. Los trumpistas en el Congreso están obstaculizando que fluya la ayuda como hasta ahora y se teme que si Donald Trump vuelva a la Casa Blanca el líder ruso, Vladimir Putin, aproveche para forzar unas negociaciones a toda costa. En el Kremlin correrán ríos de vodka si finalmente Trump gana el 5 de noviembre. De momento, ya ha arrasado en Iowa, el estado agrícola en el que se da oficialmente el pistoletazo de salida de la batalla electoral en EEUU.

El viernes 12 de enero el primer ministro británico, Rishi Sunak, se desplazó por sorpresa a Kiev, donde firmó un nuevo acuerdo de seguridad al tiempo que anunciaba un incremento de la financiación militar destinada a la compra de aviones no tripulados o drones, incluso de largo alcance, para Ucrania. Reino Unido dedicará 200 millones de libras (232 millones de euros) más que en 2024. En total, 3.190 millones de euros. Ucrania cuenta ya con los misiles Storm Shadow británicos. Londres rompió el tabú de los aliados occidentales de Kiev al anunciar el envío de estos misiles de largo alcance en mayo pasado.

Si vacilamos ahora, envalentonaremos no solo a Putin, sino también a sus aliados en Corea del Norte, Irán y otros lugares"

rishi sunak, primer ministro del reino unido

"Nuestros adversarios en todo el mundo creen que no tenemos ni paciencia ni recursos para guerras largas. Si vacilamos ahora, envalentonaremos no sólo a Putin, sino también a sus aliados en Corea del Norte, Irán y otros lugares", declaró Sunak en una conferencia de prensa. Coincide con esta visión el presidente francés, Emmanuel Macron, quien dijo en su comparecencia el martes ante los medios, en el Palacio del Elíseo, que si Putin se sale con la suya en Ucrania, eso será solo el principio. Macron insistió en que la seguridad de Europa estaría en riesgo con alguien como Trump al frente.

Macron irá a Kiev en febrero

Macron anunció que en febrero viajará a Ucrania para cerrar un acuerdo de garantías de seguridad bilateral, que facilitará la entrega a Kiev de armamento más sofisticado, incluidos misiles de largo alcance. Es significativo este gesto justo cuando está bloqueada la entrega de 61.000 millones de dólares debido a que los republicanos quieren condicionarla a endurecer las condiciones para la entrada de inmigración por el sur.

En los próximos meses Francia entregará 40 misiles SCALP con un alcance de 250 kilómetros. "Vamos a facilitar más equipamiento a Ucrania y lo que necesite para defender sus cielos", apuntó Macron. El nuevo ministro francés de Exteriores, Stéphane Séjourné, viajó por primera vez a Kiev el sábado, antes de desplazarse a Berlín el domingo y a Varsovia el lunes.

Ucrania demanda su ingreso en la UE y en la OTAN. En la última cumbre de la UE de diciembre los Veitisiete diero luz verde a que Ucrania iniciara las negociaciones para el ingreso. A Kiev le gustaría también formar parte de la OTAN, pero no podrá hacerlo mientras siga la guerra. De este modo, lo que busca son garantías de seguridad de los países que le brindan apoyo. En el acuerdo que suscribirá con Kiev y lleva negociándose dos meses, París se comprometerá en suministrar ayuda humanitaria a largo plazo, apoyo para la reconstrucción y asistencia militar.

Estos compromisos de Londres y París son muy relevantes para el nuevo gobierno de Donald Tusk. Como lo es que el canciller alemán, Olaf Scholz, hace un llamamiento para que los países de la UE hagan llegar armamento a Kiev. Berlín ha duplicado la cantidad de dinero que ofrecerá a Ucrania: serán 8.000 millones de euros. Scholz ha hablado esta semana con el presidente Joe Biden sobre el necesario apoyo a Kiev.

Según el Kiel Institute, que cuantifica la ayuda militar a Ucrania, Alemania fue el segundo mayor donante el año pasado después de Estados Unidos, con 17.100 millones de euros, seguidos por el Reino Unido. La aportación de Francia apenas llega a los 500.000 millones, y por debajo está España con 340.000 millones.

çEl apoyo político de España es indudable: el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, comenzó y terminó la Presidencia de la UE con un simbólico viaje a Kiev, y se empeñó en que se aprobara el inicio de las negociaciones, a pesar de la cerrazón del primer ministro húngaro, Viktor Orban. Sin embargo, la ayuda militar no es destacable. A cambio sí que ha entrenado a militares ucranianos, ha atendido heridos y ha recibido a decenas de miles de ucranianos. En las próximas semanas, la Unión Europea ha de vencer los obstáculos que impiden que se apruebe un paquete de ayuda de 50.000 millones.

Ucrania lucha contrarreloj para que sus aliados, encabezados por Estados Unidos, no le den la espalda, como pretenden los trumpistas. Cuando falta poco más de un mes para que se cumpla el segundo aniversario de la guerra de Rusia contra Ucrania, es más importante que nunca que quienes ayudan a defender Ucrania sigan siendo conscientes de lo que está en juego.

En ese contexto, tiene especial relevancia Polonia, un país que dedica más del 3% del PIB a defensa, y que ha acogido más refugiados que ningún otro, y que por vecindad sabe bien que el oso ruso cuando tiene una presa a su alcance.