Es la disidente iraní más mediática. Masih Alenijad (Gomi Kolah, 1976) se formó como periodista parlamentaria y es evidente que era una gran profesional. Masih (mesías o el ungido, en farsi) se explica de forma contundente y con claridad. Activista desde la adolescencia, fue detenida en 1996 cuando estaba embarazada por los agentes de la Inteligencia iraní por pintar grafitis y repartir folletos en contra del régimen de los ayatolás.
En 2001 comenzó su carrera como periodista en Hamshahiri, una publicación reformista. Realizó varias investigaciones sobre la corrupción del régimen y finalmente tras la persecución desencadenada tras las protestas de 2009 decidió dejar Irán rumbo al Reino Unido. En mayo de 2014 lanzó la campaña My Stealthy Freedom con fotos suyas en Facebook sin el velo. Su abundante cabellera al viento se ha convertido en un símbolo de la libertad que ansían las mujeres en Irán. Animaba a otras iraníes a hacer lo mismo y contar su experiencia. Logró una gran respuesta popular. Por acciones como esta el régimen ha intentado secuestrarla e incluso matarla.
Esta semana que concluye ha sido todo un éxito para uno de los proyectos en los que está implicada, el Congreso Mundial por la Libertad, un foro en el que colaboran activistas de países como Rusia, Bielorrusia, Irán, Corea del Norte y Venezuela, con el fin de sacudir las conciencias de los gobernantes democráticos para que sean exigentes con las dictaduras y demanden la liberación de todos los presos políticos.
Masih Alenijad apoya desde el exterior a las mujeres iraníes en su lucha contra el régimen de los ayatolás. El movimiento "Mujer. Vida. Libertad" que se articuló después de la muerte en prisión de la joven Mahsa Amini, en septiembre de 2022, sigue vivo, a pesar de los cientos de presos políticos condenados por defender su libertad. En 2023 la disidente iraní Narges Mohammadi, que cumple condena en Evin, fue distinguida con el Nobel de la Paz. No pudo recogerlo: lo hicieron en su nombre su esposo, Taghi Ramani, y sus hijos gemelos.
En una conversación a través de zoom con El Independiente, con motivo del encuentro del Congreso Mundial de la Libertad, asegura que no es que el llamado Líder Supremo Alí Jamenei esté moribundo sino que son sus ideas y el propio régimen los que están muertos. "Yo no le llamo Líder Supremo porque es un terrorista que debería pagar por sus crímenes ante la Corte Penal Internacional. Pero sus ideas están muertas. Sin embargo, la llama de la revolución de las mujeres sigue viva". Por eso ve cerca el fin de la República Islámica.
Han implantado cámaras de vigilancia en el metro, en las tiendas.. pero las mujeres miran a las cámaras y les muestran que no tienen miedo"
"Han implantado cámaras de vigilancia en el metro, en las tiendas, en los transportes públicos, para observar a las mujeres y así identificar a quienes no lleven el velo. Pues ellas miran a la cámaras desafiantes y les muestran que no tienen medio. Por eso creo que la revolución Mujer. Vida. Libertad triunfará", señala Mahsi Alinejad entre reunión y reunión. En Irán se acaban de celebrar elecciones legislativas. La convocatoria tuvo lugar el 1 de marzo y la abstención fue elevada, tanto que el régimen difundió datos confusos. Ganaron los conservadores porque los reformistas habían sido eliminados previamente de las listas.
Urnocracias, no democracias
Es la peculiar forma que tienen países como Irán, Venezuela o la Federación Rusa, donde se vota este fin de semana, de convocar a las urnas. Dan a los ciudadanos la oportunidad de votar pero no les permiten elegir a quién votar porque solo los elegidos por el régimen pueden ser candidatos. Son urnocracias, no democracias.
Por eso Masih Alinejad y destacados activistas como el ruso Garry Kasparov o el venezolano Leopoldo López promueven que las democracias se unan para actuar contra estas dictaduras que sí se coordinan y se protegen.
En noviembre pasado el Congreso Mundial de la Libertad celebró su primera asamblea general en Lituania. Acudieron a la cita 400 disidentes de 56 regímenes autoritarios de todas las regiones, desde África a Latinoamérica. Cuenta cómo en la elección del equipo directivo había activistas de China, por ejemplo, emocionados por ser la primera vez que votaban.
"No somos una organización de defensa de derechos humanos sino un foro en el que se vinculan los opositores a estos regímenes autoritarios. Es hora de que luchemos unidos contra estos dictadores", indica la activista iraní, que preside el Congreso Mundial de la Libertad.
Cómo unir fuerzas
Sin embargo, la oposición iraní no está unida, a pesar de que se intentó en febrero de 2023 promover un acercamiento en la llamada Alianza de Georgetown, en la que también estaba Reza Pahlavi, el heredero del último sha o la primera Nobel de la Paz iraní, la abogada Shirin Ebadi. Quienes son defenestrados por todos son los muhayadines por su colaboración con Irak. Aquel intento de Georgetown ha quedado diluido.
Masih Alinejad reconoce que es un punto débil, con el que también coinciden los venezolanos, o los rusos, y por eso cree que han de trabajar juntos para aprender de las experiencias de los otros.
"Putin, Jamenei y Xi usan la tecnología para dividir a la oposición, y a la vez recurren a la desinformación para crear una oposición a la medida. Y así es cómo sobreviven estas dictaduras. Soy consciente de que hemos de aprender a combatirlo. Es irónico pero al mismo tiempo que prohiben el acceso a las redes sociales, como sucede en Irán, usan estas redes para dividirnos o para difundir bulos", señala. al tiempo que deja caer que fue el heredero del sha quien dejó esa alianza de Georgetown en primer lugar.
La activista ha emprendido una nueva campaña que cree que es vital para terminar con el régimen de los ayatolás. Está lidiando la batalla contra lo que denomina el apartheid de género. "Las mujeres en Irán dan muestras de una unidad excepcional. Sesenta mujeres encarceladas han empezado una huelga de hambre para enviar un mensaje al mundo sobre su unidad", indica Alinejad.
El objetivo es que las mujeres dejen de ser ciudadanas de segunda y sean objeto de una represión aún más dura en regímenes como el iraní o el afgano. "Hay que criminalizar el apartheid de genero. Los líderes del mundo libre nos pueden ayudar en esta misión".
Lleva más de 14 años fuera de su país pero sigue soñando con volver. Y lo ve posible. "No queremos que otros países nos salven, sino que dejen de salvar a los dictadores que rigen nuestros países. Nuestro sueño es que se celebren elecciones libres en Irán, en Rusia, en Venezuela. Cuando Martin Luther King libró su lucha, nadie habría imaginado que un afroamericano podría ser presidente. Y sucedió", concluye Alinejad. De la misma forma en Irán habrá una presidenta cuando la libertad se abra paso.
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