El líder ruso, Vladimir Putin, arranca su quinto mandato con una sorpresa. Ha destituido a Serguei Shoigu, uno de sus más cercanos aliados, como ministro de Defensa tras 12 años en el cargo. Será sustituido por Andrei Belousov, ex ministro de Desarrollo Económico en un giro que se interpreta como una señal de que quiere preparar el país para una guerra larga.

Shoigu, a punto de cumplir el día 21 69 años, ocupará el cargo de jefe del Consejo de Seguridad de Rusia en lugar de Nikolai Patrushev. O bien Putin quiere lanzar la señal de que no ha caído en desgracia o simplemente está protegiendo a su fiel escudero aunque en realidad le quita de en medio. El nuevo puesto de Patrushev, que como Putin hizo carrera en el KGB, aún no se ha dado a conocer. Es el cambio más relevante en el gobierno ruso desde que empezó la invasión total de Ucrania en febrero de 2022.

Tras vencer en las elecciones de marzo pasado, de forma apabullante, Putin juró su cargo la semana pasada. El 9 de mayo acudió a la celebración del Día de la Victoria, último acto relevante de Shoigu como ministro de Defensa. Primero confirmó a Mijail Mishustin como primer ministro y este lunes ha sorprendido con el relevo de Shoigu.

Del éxito de Crimea a la fallida 'operación especial'

Como ministro de Defensa, Shoigu se encargó de modernizar las fuerzas armadas rusas, dando importancia a la Inteligencia militar, el conocido como GRU (Glávnoye Razvédyvatelnoye Upravleni). Vivió un momento de gran popularidad cuando Rusia se anexionó Crimea en 2014.

Es rara avis en el entorno de Putin porque no proviene ni del Ejército ni del KGB. Había sido ministro de Emergencias entre 1991 y 2012, lo que le permitió un gran acceso a la información de todos los ministerios, también de lo relacionado con terrorismo. Con Putin solía ir a cazar y pescar en Tuva, la república budista de Siberia, en la frontera con Mongolia, de donde procede.

Pero la invasión rusa no ha ido como se esperaba. Los ucranianos impidieron que Rusia consumara su plan de cambio de gobierno tras una guerra relámpago, que se está dilatando el tiempo y no tiene visos de terminar.

El verano pasado tuvo que sofocar el levantamiento del oligarca Yevgueni Prigozhin, quien había comandado al Grupo Wagner en la toma de Bajmut, una de las batallas más sangrientas de la guerra. Prigozhin se echó atrás cuando estaba cerca de Moscú y aparentemente Putin y Shoigu le perdonaron su osadía. Sin embargo, murió unas semanas después en un sospechoso accidente de avión.

Shoigu vio su posición debilitada el mes pasado cuando se reveló que su viceministro, Timur Ivanov, estaba implicado en una trama de corrupción a gran escala.

Economía de guerra

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha justificado la designación de Belousov, civil y veterano economista, por el aumento del gasto bélico de Rusia debido a la guerra en Ucrania. "Es muy importante poner la economía de seguridad en consonancia con la economía del país para que responda a la dinámica del momento actual", ha dicho Peskov. Como jefe del Estado Mayor seguirá Valery Guerasimov.

En los dos últimos años, Rusia ha llevado a cabo un aumento masivo de la producción militar industrial, con un incremento del gasto total en defensa estimado en el 7,5% de su PIB, según informa The Guardian.

En el frente, Rusia ha logrado frenar la contraofensiva ucraniana y en los últimos días está intentando abrir un nuevo frente en la ciudad de Járkov, la segunda de Ucrania. Mientras Rusia ha puesto su economía al servicio de la guerra, y conserva una gran capacidad de movilización, Ucrania ha sufrido retrasos en los envíos de ayuda occidental y cada vez tiene más problemas para refrescar a sus tropas. De ahí que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, insista en que es crucial que los aliados occidentales refuercen su asistencia a Ucrania, especialmente con sistemas de defensa aérea.