La crisis entre Francia y Argelia suma un nuevo capítulo, una semana después de los primeros gestos de distensión entre ambos. El ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot, ha advertido este lunes que su país replicará "inmediatamente" si se cumple la expulsión de Argel de doce funcionarios franceses ordenada por Argelia en una aparente respuesta al procedimiento judicial en Francia de un empleado de un consulado argelino en suelo galo.

En una declaración divulgada a la prensa y recogida por Efe, Barrot pide a las autoridades argelinas que renuncien "a esas medidas de expulsión sin relación con el procedimiento judicial en marcha". El jefe de la diplomacia francesa avisa de que "si se mantiene la decisión de expulsar a nuestros agentes, no tendremos más opción que responder inmediatamente".

Argelia convocó el sábado al embajador francés en Argel, Stéphane Romatet, para protestar por el encarcelamiento de uno de sus agentes en el marco de una investigación en la que también han sido imputados otros dos argelinos por haber secuestrado en abril del pasado año durante un día a Amir Boukhors, un opositor al régimen argelino refugiado en Francia.

Respeto a los derechos diplomáticos

Más allá de considerar "frágiles" las pruebas de la acusación contra su empleado consular, las autoridades argelinas exigieron que se respeten de forma estricta sus derechos diplomáticos y consideraron que las actuaciones de la Justicia francesa constituyen un giro "sin precedentes" en las relaciones bilaterales.

Además, lo interpretaron como una tentativa de "obstaculizar" el acercamiento que se había producido entre los dos países tras meses de una profunda crisis diplomática.

De hecho, hace apenas ocho días se había escenificado en Argel lo que parecía un comienzo de reconciliación con la visita de Barrot, que fue recibido por el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, y que después mostró su voluntad de pasar página de las recientes tensiones y reactivar una cooperación "de igual a igual".

Desde que Argelia se independizó de Francia en 1962 al cabo de una sangrienta y larga guerra que puso fin a 130 años de colonización, los dos países han mantenido una relación con muchos altibajos y repetidas crisis.

La última se desencadenó a finales de julio de 2024 cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, se alineó completamente con la posición marroquí sobre el Sáhara Occidental, lo que implica en particular excluir la organización de un referéndum de independencia.

Argelia, que es el principal soporte del Frente Polisario, retiró inmediatamente a su embajador de París y desde entonces los contenciosos se han multiplicado.

Francia reprocha en particular los obstáculos que pone Argelia a la aceptación de sus nacionales a los que Francia querría expulsar en virtud de decisiones judiciales o por considerarlos indeseables