Fumata blanca en el Quirinal. O fumata técnica. El elegido para formar gobierno en Italia es Mario Draghi, quien fuera presidente del Banco Central Europeo y a quien se veía como el sucesor de Sergio Mattarella. El presidente de Italia ha pedido a los partidos políticos italianos que apoyen a un político de gran prestigio internacional, a quien encargará este miércoles que forme un gobierno técnico "de perfil alto que no se identifique con ninguna fuerza política". No ha sido posible renovar la alianza que encabezaba Giuseppe Conte, ni con él ni sin él.

Mattarella ha decidido evitar así la convocatoria de elecciones anticipadas, debido a la pandemia, tanto por cuestiones sanitarias como económicas. La Liga, que lidera Matteo Salvini, y Fratelli d'Italia, con Giorgia Meloni al frente, son los que demandan la convocatoria de comicios, ya que los sondeos favorecen claramente a estas formaciones conservadoras. En su cuenta de Twitter, Salvini invoca el artículo 1 de la Constitución para exigir elecciones. "La soberanía pertenece al pueblo".

Italia ya recurrió a un gobierno técnico en la crisis financiera de 2008, con Mario Monti al frente. Esta vez será Mario Draghi, con un excelente curriculum. Quizá sea el único que actualmente puede sumar fuerzas. Aún así no lo tendrá fácil.

En una comparecencia ante la prensa, Mattarella ha explicado que si bien las elecciones "representan un ejercicio de democracia", en este momento "la campaña electoral coincidiría con una momento de emergencia sanitaria, con la vacunación en marcha", por eso ha descartado esta vía.

En el mes de abril han de presentar a la Comisión Europea el plan para obtener los fondos de recuperación y no se puede hacer con un gobierno en funciones, según el presidente italiano.

Esas razones han pesado para que Mattarella haya optado por un gobierno técnico, encabezado por Mario Draghi, una figura que ejerció su mandato como presidente del Banco Central Europeo hasta 2019 con éxito.

El Movimiento Cinco Estrellas, el grupo con más apoyos parlamentarios, podría salir dividido de este golpe. Alessandro di Battista, el número dos y representante de los más alineados con su carácter antisistema, se opone a Draghi. Pero Di Maio podría respaldarlo. En caso de que Cinco Estrellas lo rechace, Draghi necesitará el apoyo de Forza Italia, Fratelli d'Itali, el Partido Democrático, Italia Viva y algunos otros.

Adiós a Conte

Es el fin de Giuseppe Conte, que ha sobrevivido más de lo esperado cuando llegó al gobierno de la mano de esa curiosa alianza que formaron el Movimiento Cinco Estrellas y la Liga. Ha sido ahora Matteo Renzi, de Italia Viva, quien ha acabado con su trayectoria.

Renzi ha respaldado la opción Draghi y, de momento, ha logrado lo que quería: acabar con Conte y debilitar al Movimiento Cinco Estrellas. Además, será un técnico quien se ocupe de gestionar los fondos de recuperación, como pretendía. Pero el riesgo de unas elecciones anticipadas sigue ahí, y su formación quedaría fuera del mapa electoral, si hubiera convocatoria a las urnas.

Conte se impuso a Salvini, cuando el líder de la Liga dio un órdago al gobierno, pero la coalición del Movimiento Cinco Estrellas y el Partido Democrático (la antigua formación de Renzi) no ha podido mantenerlo al frente del gobierno una vez que Renzi forzó la renuncia de las dos ministras de Italia Viva. Al dirigente florentino no le gustó que le apartaran de la negociación del fondo de rescate europeo y rompió la baraja.

El movimiento de Renzi era arriesgado para él. Italia Viva, creada en septiembre de 2019, apenas cuenta con un apoyo electoral del 3%. Pero quien fuera el primer ministro más joven de Italia no estaba dispuesto a tolerar que le ningunearan.

Conte logró superar la moción de confianza en el Cámara de diputados y en el Senado. En la Cámara Alta fue muy ajustada la votación, de modo que su gobierno quedaba debilitado en exceso, tanto que no tuvo más remedio que presentar su renuncia al presidente Sergio Mattarella.

Entonces empezaron los intentos para resucitar la coalición del Movimiento Cinco Estrellas y el Partido Democrático con apoyos externos, incluso en estos últimos días el presidente del Parlamento, Roberto Fico, ha encabezado una negociación para volver a atraer a Renzi.

A última hora de este martes Fico ha tenido que reconocer a Mattarella que no había manera de salir adelante. Conte tenía esperanza hasta el final de impulsar una nueva etapa, sobre todo por la falta de alternativas. Pero no ha podido ser.

Renzi gana la partida contra Conte, pero deja a Italia abocada a un gobierno técnico en el momento más crítico desde la Segunda Guerra Mundial. Si no logra los apoyos suficientes, su órdago desembocará en elecciones. Matteo Salvini vuelve a sonreír entre bambalinas. Y Giorgia Meloni, la astuta líder de Fratelli d'Italia, ve cómo se acerca su momento.

Veremos si los políticos italianos hacen caso a Mattarella y apoyan a Draghi en la titánica tarea de encabezar el gobierno italiano en estos tiempos convulsos.