Lo sustantivo de la "amenaza" de Juan Carlos Monedero, según denuncia de Juan Pedro Yllanes, es que revela con nitidez una concepción de la organización, un modelo de partido.

Monedero, utilizando una expresión muy española (ojito con lo que dices), le pone plazo a la capacidad para expresar críticas del diputado balear. A partir de febrero, momento en el que se celebrará el Congreso conocido como Vistalegre II, ya no habrá posibilidad de plantear discrepancias internas.

Fue V.I. Lenin, en su libro ¿Qué hacer?, el que desarrolló la tesis del "centralismo democrático". A diferencia de los partidos burgueses, los bolcheviques establecen un sistema de funcionamiento piramidal. Una vez que la dirección ha marcado la táctica y la estrategia a seguir, todos los militantes deben aplicarlas con la máxima disciplina.

Carrillo decía que más vale equivocarse dentro del partido que tener razón fuera de él

El centralismo democrático ha sido la guía de funcionamiento del Partido Comunista de España, puesta en práctica con distinta intensidad según las épocas. Santiago Carrillo fue defensor a ultranza de esa concepción leninista de la organización. Una de sus víctimas, uno de los caídos por la aplicación de ese modelo, Jorge Semprún, dice en su ilustrativa novela Autobiografía de Federico Sánchez: "Tener razón contra el partido significaba tan sólo que se poseía una diminuta parcela de verdad, que, al verse desgajada de la Verdad global, histórica y concreta, del Espíritu-de-Partido, se transformaba dialécticamente en falsedad global".

Pablo Iglesias y los que le apoyan han planteado Vistalegre II como el punto de no retorno, o como el comienzo de una nueva era para Podemos, caracterizada paradójicamente por una especie de vuelta al pasado... Al pasado comunista.

Como explicaba en un artículo anterior (Errejón: una lucha por la supervivencia), la disputa sobre las votaciones es un trampantojo del verdadero objetivo: convertir el próximo Congreso de Podemos en un plebiscito a favor del actual secretario general. Y, por tanto, de la asunción de sus ideas por aclamación.

A partir de ese momento, cuando Iglesias sea ungido como líder indiscutible, las diferencias en Podemos serán consideradas herejías, ataques a la unidad del partido. Volvamos a Carrillo: "Más vale equivocarse con el partido, dentro del partido, que tener razón fuera de él o contra él".

Lo que hay en juego en el tercer partido de España va más allá de una lucha interna por el poder, en todo caso legítima. Lo que se dirime es si esa organización asumirá planteamientos esencialmente comunistas o adoptará un modelo organizativo socialdemócrata. El fondo y la forma van íntimamente unidos. La organización y la línea política también.

La cuestión ahora es si los que se consideran "morados" y no "rojos", los errejonistas, van a dar la batalla o van a aceptar unas reglas de juego que les condenan sin remedio a ser la minoría menchevique de Podemos.