El 2016 terminó siendo un año convulso en lo político, aunque muy positivo en lo económico. Las principales economías muestran sólidas tasas de crecimiento, aunque bien es cierto que tienen problemas heredados del pasado. Si bien, desde el punto de vista del crecimiento se puede decir que la recesión queda lejos, la profundidad y duración de la crisis de 2008-2009 han dejado huellas que aún hoy notamos de forma muy notable.

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