Carme irradiaba luz. Tenía una sonrisa luminosa, abierta, y era cariñosa, generosa, accesible, solidaria, cómplice, intuitiva, sensible. Con un agudo sentido del humor, además. Su conversación era cercana, fresca, divertida, brillante como su inteligencia.

Tras su cálida persona había también una mente ordenada, una tenacidad sin tregua, una admirable fortaleza, fuerza de voluntad y profundo sentido de la responsabilidad, como demostró en cada labor que asumió y cada cargo que desempeñó.

Era valiente, de principios firmes, siempre comprometida a fondo con todo aquello en lo que creía, leal. Abanderó y personificó la lucha feminista por ocupar la mitad de todo, que por derecho nos corresponde a las mujeres. Se ha ido una enorme mujer, una persona excepcional y una gran amiga y compañera. La echaremos muchísimos de menos.


Beatriz Corredor fue ministra de Vivienda entre 2008 y 2010, cargo en el que sucedió a Carme Chacón.