BME ha publicado un informe sobre el negocio exterior de las empresas españoles. En 2016, el 65% de los ingresos de las cotizadas proviene del extranjero. En los últimos 20 años la facturación en el exterior ha crecido ininterrumpidamente. En 1997 las exportaciones sólo suponían el 23% de los ingresos. En 2007 prácticamente se habían duplicado.

El proceso de internacionalización ha sido espectacular. Las firmas españolas se han visto obligadas a buscar nuevos mercados para sus productos y han conseguido mejorar su competitividad. Es indudable que desde 2014 la divisa ha jugado muy a favor, pasando la cotización frente al dólar desde 1,40 a 1,10, pero muchos de los años del intervalo de tiempo estudiado no podemos decir que el nivel del euro frente al dólar favoreciera las exportaciones. Hoy nos parece el pleistoceno, pero en el 2008 el euro llegó a alcanzar 1,5894 dólares.

En cuanto al mercado de destino, se reparten a tercios entre la Unión Europea, países de la OCDE (excluidos los de la UE) y el resto del mundo. En los últimos 10 años, los ingresos obtenidos por ventas en la Unión Europea se han mantenido estables en el intervalo 18-20%. Las ventas en otros países de la OCDE se han triplicado en los últimos 10 años. En el resto del mundo, el máximo se alcanzó  en 2011 con casi un 24% del total, cayendo estos últimos años 3 puntos porcentuales como consecuencia de la crisis en Brasil y otros países latinoamericanos. Y el proceso de internacionalización se ha vivido en paralelo tanto en las grandes empresas (Ibex 35) como en medianas y pequeñas, siempre en el universo de las cotizadas.

El sector exterior pesa un 65,8% en el Ibex frente al 45% que supone en el Dow Jones

El universo de compañías objeto del estudio asciende a 123, de las cuales 45 obtienen en el exterior más del 70% de su facturación. Para hacernos una idea de la magnitud de este proceso de internacionalización, el peso del sector exterior en el Dow Jones es sólo del 45% frente al 65,8% del Ibex 35.

En definitiva, el sector exterior ha tenido un comportamiento extraordinario y, junto con el turismo, ha sido fundamental para salir de la crisis, compensando con creces la caída del consumo doméstico en el proceso de desapalancamiento que han protagonizado las empresas y las familias en España.

Leyendo estas líneas parece que todos los trabajadores en España estamos enfocados a la exportación y que nuestro mercado laboral es un ejemplo. Pues no, no es tan así. Hay 22,7 millones de personas activas de las que un 18,75% están en el paro, 4,3 millones. En esto del paro sí que destacamos, medalla de plata y duplicando la media de la Unión Europea, que está en el 8%. Del resto, o sea de los 18,5 millones de trabajadores, casi 3 millones son funcionarios, mientras que el resto trabaja en la empresa privada. El peso del empleo público respecto al privado no es superior respecto a otros países de nuestro entorno.

Analicemos ahora el tamaño de las empresas en las que trabajamos en este país. El 66,9% del total de trabajadores lo hace en una pyme, organización con menos de 250 trabajadores, en línea con lo que pasa en la UE. Sin embargo, respecto a la media de la UE, el porcentaje que corresponde a microempresas, compañías con menos de 9 empleados, es muy superior, el 33,5% frente al 29,2%. En Estados Unidos, sólo el 12% de los trabajadores son empleados de microempresas. Es otro mundo, allí el 52% de los trabajadores lo hace en empresas con más de 500 empleados.

Ayudaría al desarrollo del país que las pymes encontraran menos trabas para crecer

La realidad es que más allá de las apariencias, la mayoría de los españoles trabajamos en empresas pequeñas o somos funcionarios, no nos dedicamos a exportar. Ayudaría al desarrollo del país que esas empresas pequeñas y medianas encontraran menos trabas en su camino para crecer.

Mi idea era acabar con una conclusión muy positiva y optimista, sin embargo, este fin de semana me desperté leyendo que el 41,6% de los jóvenes que en 2016 se incorporaron al mercado laboral lo hicieron por enchufe. Sí, sí, a través de amigos, familiares o conocidos. Sin eufemismos, enchufe. Mis hijos son pequeños, pero a ver que les cuanto yo ahora de la meritocracia. Bueno, ya lo pensaré más adelante, de momento, vamos a centrarnos en que sean hombres de bien, en incentivarles y motivarles para el esfuerzo, el trabajo duro y que expriman al máximo sus capacidades. Suerte.


Kike González es director de Renta Variable de Ahorro Corporación